— Arge, ven aquí...
El nombrado se sentó en la silla del comedor, frente a México.
— Vamos a hacerlo fácil, ¿Córdoba y Chaco son mis hijos?
— Eeeeeh, ¿Por?
— Porque ahora que lo veo, son parecidos a Francia, o al menos Córdoba.
Argentina no entendía cómo su marido podía sentarlo allí con él solo para preguntar eso, pero solo se limitó a contestar.
— No, nada que ver México, los colores son diferentes y están al revés.
— ¡Misiones tiene la bandera de Rusia al revés y si es su hijo!
— Ay Dios... — Argentina reía por las pavadas que salían de la boca del centroamericano.— no México, no es hijo de Francia. Aparte son mellizos, no pueden tener padres diferentes.
México achicó lo ojos.
— ¿En serio, Agentina?
— Si México, la puta madre, sino directamente le pediría la manutención a Francia y tenemos la vida arreglada.
— Es verdad...
.....
Final otra vez ñaca ñaca