Capítulo 5 (Confía en ti)

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6:00 de la mañana.

La estrepitas voz de mi madre retumban en mi alcoba, al primer grito mi cuerpo reacciona, pero mis ojos se niegan a abrirse. Su voz cada vez se escucha más cerca y más ruidosa que hacen dolerme la cabeza. Tomo las sabanas y me cubro la cabeza. Al entrar a mi espacio personal grita con más fuerza.

— ¡Winter!, ¡Levántate! —con fuerza despoja las sábanas de mi cuerpo.

Ignoro sus llamados, mantengo mis ojos cerrados, pero al decimo llamado los abro al sentir la furia en su voz.

—Winter, tu profesor llegará en un ahora y tú no te has bañado.

Sin reprochar abro lo ojos encontrándome con el rostro molesto de mi madre; de inmediato me toma de la mano y me jala hacia el baño.

—Báñate mientras yo elijo tu vestimenta.

Con pereza me encamino al cubículo. La baja temperatura del agua hace que el sueño desaparezca y rápidamente me termino de bañar. Al terminar de lavar mi boca, salgo envuelta en una toalla y me encuentro a mi madre poniendo un vestido color vainilla repleto de pequeños girasoles en el corse sobre mi cama.

Después de una batallosa guerra vistiéndome, por último, cepillo mis largos y castaños fibras de cabello. Madre me ayuda a peinarme, hace una larga trenza y como adorno, enreda un listón amarrillo en él. Por último, pongo un poco de humectante en mis labios y bajo junto a mi madre para recibir al extraño profesor Rouxel.

Papá se encargó de arreglar y amueblar una alcoba para convertirlo en un estudio, ahí tomaré mis clases personales con el profesor Gareth.

Entro a la alcoba junto a mi madre, nos encontramos con mi padre, quien está inspeccionando el estudio; al igual, miro mi nueva escuela. Me sombro por la sencilla y ambiental decoración. Papá y yo tenemos algo en común, es la decoración, a ambos nos gusta lo sencillo y hogareño.

Con una sonrisa le agradezco a mi padre.

—Winter, hija —su voz capta mi atención —. Tengo fe que a partir de este momento nuestra vida van a cambiar. El profesor Gareth es muy bueno y espero que como buena hija que eres, aprendas todo de él, aprovecha esta oportunidad de oro.

Tanto mi madre como mi padre se ven muy emocionados por tener al profesor. Confían mucho en él.

El que mis padres sean felices, yo también lo soy. Ellos son mi adoración, si mi papá se siente enfermo, yo también me siento enferma, si mamá llora a mí me duele verla llorar.

Ambos están emocionados con el nuevo profesor, ellos esperan que su hija sea exitosa para que pueda hacer mi vida el día en que ellos ya no estén conmigo.

Sé que mis padres estarán toda mi vida conmigo, algún día ellos se irán y yo tendré que mantenerme de pie sola, sin ellos. Y aunque me duela, debo prepararme y aprender a cuidar de mí misma.

El estudiar medicina es una forma de agradecerles por sus cuidados, por darme una vida sin careces y de ser los grandiosos padres que son.

—Si, padre. Aprenderé todo del profesor Rouxel. Además, le pediré consejos para desempeñarme como una futura doctora.

—Estoy muy orgulloso de ti mi pequeña.

Thomas emprende su acercamiento hacia mí y me envuelve en ese cariñoso abrazo de amor entre padre e hija. Al separarse un poco besa mi frente.

—Estudia mucho, hija. Desarróllate. Eso es lo único que te pedimos —cometa mi madre, Margaret.

El emotivo momento es interrumpido por la empleada quien anuncia la llegada.

Oscuro y puro corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora