Había una vez... no, esto no es un cuento de hadas.
Hace mucho tiempo... ni si quiera ha pasado.
En un país muy muy lejano... ¡Ni que fuera Shrek!
De acuerdo, comencemos de nuevo.
En un momento del futuro inexistente (mucho mejor) una chica y una chico (follaban, fin)... esto es ridículo.
René (sí, como el muppet) Adams era el tipo de chica con abundantes tatuajes y más perforaciones que neuronas. Caminaba por los pasillos de la universidad camino a la estúpida clase de inglés, En sus oídos se escuchaba la ¿melodiosa? Voz (más bien gritos) de una banda deathmetal cuyo logo parecía indescifrable hasta para el mayor fanático de este género.
Por el contrario, Tony era el típico chico que da nauseas, literalmente (como suele referirse a él René) de solo verlo.
En serio, la tipa ha vomitado varias veces a causa de ello...
Tony Sparkle (joder, que feo nombre) también se dirigía a la clase de inglés, aunque no en el mismo aula que René, ya que él iba a un curso avanzado (aparte de nauseabundo era un nerdillo de primera). Aunque eso no impidió que tropezaran con los ojos del otro (ya saben, se te caen los ojos y el otro choca con ellos, típico).
Antonio Brillitos (mejor nombre, mejor todo) sintió su corazón aumentar su velocidad al sentir a la chica muppet cerca suyo, con su cabello verdusco a la altura de la quijada y aquellos ojos oscuros enmarcados con una delgada línea azabache que los acentuaban con cierto esplendor...
René solo quería escupirle en la cara.
Brillitos soñaba con algún día armarse de valor y tomar la mano de la señorita Adams (aunque se arriesgara a que lo golpeara en la cara), una mano llena de tatuajes, sin rastro de piel limpia (es que no le gustaba bañarse a la tipa).
El momento se congeló por un instante que pareció eterno. Antonio abrió la boca, pero ningún sonido logró salir de ella, René dio la vuelta y entro al aula, pensando que esta vez Tony se veía aún más estúpido.
Pero Antonio vivía en un cuento de hadas donde René era su musa más preciada.
Pasó el tiempo con gran lentitud y el destino unió la vida de estos dos personajes, a Brillitos no pudo agradarle más la idea, pero no digamos lo mismo de René, que si fuera por ella se mudaba en ese mismo instante.
-¡Más, más!
Tony gritaba en un momento de estaxis que nunca había experimentado. René sudaba y trataba de darle Brillitos lo que pedía, y por un momento se encontró en la duda de si lo hacía por el placer de hacerlo o porque se convirtió en una rutina imposible de dejar.
-¡Voy a explotar!
Tony gritó, sin importarle que los vecinos volvieran a quejarse por sus sonoros gritos a mitad del día. Y sí que parecía explotar... en su cara se dibujaba una mueca que no se sabría definir si era de gozo o de dolor.
-Y como no, te has comido 5 platos, ya estoy cansada de cocinar, Antonio.
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Yo sé que mal pensaron hermosas personas del ciberespacio eue cofcofEseEraElObjetivocofcof
Solo era una historia para hacerlos reír un rato, espero haberlo logrado.
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¡Los quiero!... creo, no sé.
Atte. LART