㍿┊𝗡𝗢 𝗤𝗨𝗜𝗘𝗥𝗢 𝗕𝗘𝗕𝗘𝗦 ↶

9.

El día había llegado.

El inesperado y odiado día por Haruto había dado su aparición, al igual que su mal humor, tristeza y la hermana de Asahi.

Eran, apenas, las dos de la tarde. El bebé estaba muy bien vestido, perfumado, tiernamente peinado y con una enorme sonrisa, descansando sobre las piernas del menor entre los mayores, mientras estos platicaban de cosas triviales y sin importancia.

Haruto no, aún así. Haruto estaba más concentrado en mentalizarse y aceptar que el pequeño Yoshinori no estaría en su casa después de hoy. Ya no despertaría en la madrugada por los llantos debido a un estómago vacío y ya no tendría que cambiar pañales con caca y orín a las diez de la mañana y nueve de la noche. Ya no tendría que sostenerlo mientras Asahi se encargaba de bañarlo y ya no tendría que cuidarlo de algún mal tropiezo cuando esté aprendiendo a caminar. Él ya no tenía que hacer nada de eso luego de hoy.

Y eso era algo... matificante.

ㅡ¿Haruto? ¿Estás bien? Has estado ido en este rato, ¿te sientes mal? ㅡ

No obstante, él tenía que dejar sus pensamientos de lado por un rato.

La hermana de Asahi era muy observadora e inteligente. Ella podía leer a las personas muy bien y descifrar lo que estas piensan de una forma demasiado fácil. Era alguien que prestaba atención a los detalles y que, al ser psicóloga, podía crear una tesis de estos. Ella era una mujer impresionante y ahora su punto de mira recaía sobre el nervioso hombre que había empezado a mover su pierna de arriba hacia abajo, a una rápida velocidad, mientras trataba de evitar la mirada de su cuñada.

Él le temía mucho a ella.

ㅡN-No... estoy bien. ㅡ

ㅡ¿Ocurre algo? ¿Te sientes enfermo? ㅡ

Esta vez fue Asahi quien intervino.

Su esposo, quien estaba sentado al lado suyo mientras platicaba con sus parientes, ahora estaba viéndolo fijamente, con su ceño preocupadamente fruncido y su mano descansando sobre la frente contraria, con el fin de encontrar una temperatura más elevada que lo permitido. Él no la encontró.

Y Haruto sólo pudo perderse en el mar que había intentado navegar durante días, otra vez.

ㅡEl bebé se está durmiendo. ㅡ

Susurró bajito, volteando hacia Asahi.

ㅡEllos ya tienen que regresar. ㅡ

ㅡEs peligroso viajar con un niño dormido en moto, ¿sabes lo torpes que son cuando duermen? ㅡ

Haruto suspiró, tomando con sus manos el pequeño cuerpo del bebé que estaba tratando de mantenerse cuerdo por más tiempo. Era gracioso y muy tierno verlo así. Los niños eran lo más lindo que podría tener la vida.

ㅡNo te preocupes, Haruto. Sawa está más que acostumbrada a viajar con él en moto. Ellos sabrán cómo hacer para cuidarlo, ¿cierto? ㅡ

ㅡ¡Por supuesto! Nosotros trajimos esto, porque pensamos que lo necesitaríamos. ¡Y lo hacemos! ㅡ

Haruto negó, un poco alterado. Rápidamente, abrazó al pequeño que había caído dormido repentinamente y lo apretó suavemente contra su pecho, demostrando su desacuerdo por medio de su ceño furiosamente fruncido. ¿Cómo se les ocurría viajar con un bebé en una moto? Eran los peores accidentes que podían haber y, si ellos no se interesaban en sus propias vidas, que al menos resguardaran la de Yoshinori.

Eran unos padres desconsiderados.

ㅡ¿Qué ocurre, Haru? ㅡPreguntó bajito Asahi, luego de que la sala quedara en un ruidoso silencio.

Haruto resopló, fastidiado.

ㅡEs muy peligroso. No pueden andar con un bebé en moto, ¿acaso no miras noticias? La cantidad de accidentes que hay es impensable. ㅡ

ㅡHaruto, nosotros hemos viajado durante siete meses con el bebé en moto, ¿por qué habría que preocuparnos ahora que estamos acostumbrados? ㅡ

Haruto no respondió. Él no tenía que responder.

ㅡCariño, el bebé necesita irse ahora, ellos están muy cansados. Nada malo pasará, ¿bien? ㅡ

ㅡN-No, ellos- ㅡ

ㅡ¿Por qué ahora te preocupas por el bebé, Haruto? ㅡEsta vez, el que intervino, fue el padre de Yoshinori. ㅡRecuerdo que, cuando nos visitaban, siempre te mantenías al margen y cuando te preguntaba que por qué no te acercabas a ver a tu sobrino, tú decías que detestabas a los niños. ¿Qué pasa ahora? ㅡ

Haruto chupó una respiración.

ㅡTú odiabas a los niños, de hecho, solías decir que ellos no debían existir entre nosotros. Que eran molestos, asquerosos y horribles, como si fuesen un "algo". ¿Por qué ahora no quieres soltar a mi hijo y lo proteges de esa manera? ㅡ

Haruto suspiró. Era cierto aquello.

Como con cualquier otra persona, Haruto había sido transparente con su punto de vista respecto a los bebés, meses atrás. Él se expresaba libremente siempre que podía y decía lo mucho que repudiaba a los seres humanos más pequeños. Y ahora, portándose de esa manera, no estaba haciendo más que alimentar la posible sospecha que su cuñada tenía de su cambio respecto a los bebés.

Él estaba dándole más razones para creer que él amaba a Yoshinori.

ㅡLo siento... no fue mi intensión hacerlos pensar mal. ㅡ

Y por eso, él debía parar.

De repente, se levantó del sofá y entregó al bebé con mucho cuidado cuando la pareja se levantó. Ellos debieron irse desde hace un rato, pero debido a la insistencia de Haruto, habían decidido quedarse un poco más. Ellos no podían estar más ahí.

Por tal razón, cuando la pareja cruzó el umbral de la puerta y volteó hacia ellos con unas enormes sonrisas, Haruto sólo pudo chupar una respiración. Su mirada no estaba enfocada en los adultos. Su mirada estaba perdida en el pequeño niño dormido, mientras recapitulaba los buenos y malos momentos que vivió con él. Cuando jugaban con la cuna, cuando lo sostenía para enseñarle a caminar, cuando este le sonría al despertar cada mañana... cuando balbuceó algo parecido a la palabra "papá".

Haruto apretó fuertemente su mandíbula al notar una repentina borrosidad en su mirada.

ㅡHaruto. ㅡ

El mencionado suspiró.

Él dirigió su mirada hacia la persona que lo llamó: Hamada Sawa.

ㅡApresúrate. Tú lo quieres tanto como Asahi. ㅡ