Habían pasado tan solo unos minutos de lo ocurrido, y Jimin parecía haberse congelado en su lugar. Jungkook se encargo de limpiarle el rostro con su propia camisa, lo tomo en brazos y lo llevó a la pequeña cama de aquel lugar, desvistiéndolo para ponerle una camisa de manga larga y un pantalón holgado junto con unos calcetines. Era lo menos que podía hacer.
Fue cuando Jimin se durmió, o eso parecía, que Jungkook se giro hacia la puerta, haciendo un movimiento con su mano en dirección a esta. Debía de bloquearla, al menos en el tiempo en que no estaría allí.
Se puso de pie lentamente, caminando hasta el medio de la habitación con cada pisada provocando un ruido con la vieja madera del suelo. Echo un ultimo vistazo al joven que parecía dormir plácidamente bajo las mantas y finalmente desapareció de allí, dejando en aquel lugar un silencio ensordecedor.
Cuando regreso a la casa de los Castrati, fue recibido por un irritante y desgarrador llanto. No podía importarle menos. Estaba allí para amenazar al único primo castrato de Jimin, a quien le advertiría guardar silencio, o su muerte seria aun mas dolorosa que la de sus hermanos.
Habían oficiales en aquel lugar, también oyó el llanto de una mujer y estaba seguro que era la tía de Jimin, lamentándose por la pérdida de otro de sus hijos. No era su culpa, pero no podía explicárselo, ni quería. Jungkook hubiese ido directo hasta el cuarto donde aquel idiota estaba, pero se detuvo de forma abrupta al notar algo inusual. Su mirada viajo hasta la bolsa del óbito que se encontraba sobre la camilla, para ser transportada hacia la morgue, por lo cual se aproximo. No le importaba. Había algo extraño, si...
Llevo su mirada a la bolsa que envolvía el cadáver de Ten, el cual estaba sobre una camilla, y tuvo que acercarse un poco para comprobarlo. De todas formas, no estaba siendo visible para los demás.
Llevo su mano sobre la bolsa, sin tocar, y lo confirmo: El alma de Ten seguía en su lugar.
¿Cómo era posible? Más bien, la verdadera pregunta de Jungkook era: ¿Por qué Muerte no había ido por el alma de aquel lamentable intento de persona?
Cuando el no estaba haciendo pactos. Muerte era la encargada de las almas. Se las llevaba y las guiaba había donde pertenecían: Cielo, infierno, purgatorio. El no tomar un alma de un cuerpo, significaba dejarla con decisión propia, es decir; Ten se volvería un alma en pena, o ni siquiera despertaría, continuaría como si estuviese dormido, cosa que a Jungkook le parecía perfecto porque no quería ni verla en fantasma pero...aun así era extraño.
Lo suficiente para no prestarle atención.
*
Cuando Jungkook reaparece en el cuarto de motel nota a su esposo despierto, observando al techo antes de girar un poco su cabeza en su dirección, observándolo fijo.
Hay ojeras más notables bajo sus ojos, parece como si se deteriorara con el paso de los minutos.Esto tenía que terminar hoy, y más ahora, que estaba casi seguro de haberlo conseguido.
El Diablo camino hacia la cama, sentándose en el espacio que quedaba.
---Necesito que me cuentes sobre tus visiones.
Jimin parpadeo rápidamente antes de negar, regresando su mirada al techo.
---No eran muy interesantes.---Dijo. Un silencio se forma entre ellos antes de que Jimin suspiraba y se pusiera de lado en dirección a su esposo.---¿Por qué quieres saberlo?
Jungkook debía de ser inteligente, y eso significaba no decirle a Jimin su plan. Este había comenzado la etapa de oscuridad y probablemente no querría su alma de regreso.
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Dancing with the Devil •Kookmin•
FantasyEs 1967 y Jimin esta harto de ser aquel chiquillo religioso al cual todos molestan. Ya cansado de Dios fingiendo no oírle, decide tomar otras riendas a escondidas; ¿Qué tan mal podría irle si recurriera al Diablo? ¿Que tan rápido le oiría esté? Era...