No te dejes amedrentar

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Información: No lo añadí a la historia, pero cuando llegó a la mansión Gintoki tuvo el momento para cambiarse de ropa y conocer a los sirvientes, por lo que está con su atuendo habitual. No creí necesario escribirlo.

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No te dejes amedrentar... por tus demonios.

A menos que... tu historia sea cierta y realmente provengas de otro mundo.- Prosiguió el conde sin escucharlo. - O mejor dicho, traigas cosas de otro mundo que pongan en riesgo a éste.

Phantomhive no apartó su mirada crítica y severa de su inquilino, quien de igual manera la mantuvo fija e inexpresiva a pesar de su situación.

Las palabras de su mayordomo aún presentes en su mente y hacía todo más confuso de lo que ya era, ¿Una Marca demoníaca? Significaba que este hombre estaba protegido. Y que al igual que él, era un posible contratista.

- ¿Eso significa que no me van a pagar?- Cuestionó el invitado como única preocupación, todo su trabajo y esfuerzo desperdiciado.

El conde volvió a sentarse con irritación y entendió de pronto que las amenazas no servirían ante alguien como Gintoki, quien parecía no tomarse nada en serio.

- Pareces no ser consciente de la gravedad de tu situación, ¿deseas que te la ilumine?- Intervino el mayordomo con una sonrisa maliciosa que irritó al Yorozuya.

- No soy estúpido. Han estado vigilándome todo el tiempo, extrayendo información sobre mi conducta, mis reacciones, mis defensas y mi estilo de pelea... Dime, ¿te ha servido de algo?- Dijo con desinterés, pero de repente muy serio al sentir el peligro inminente que provenía del mayordomo. - Te recuerdo que nunca fue un secreto, ni mi intención ocultar mi lugar de origen.

De hecho casi la mitad de Londres conocía o había escuchado sobre el visitante Yorozuya de otro mundo... por más que nadie lo creía.

- Aquí lo que menos me importa es tu persona. - Dijo Ciel con desprecio.- Sino el motivo y el modo en que pudiste llegar hasta este mundo... ¿Por qué en Inglaterra? ¿Con qué medios? ¿Y Quién más podría ser capaz de llegar? ¿Y con qué intenciones? - Indagó críticamente el joven conde, entendiendo ahora los razonamientos de la reina sobre el peligro que representaba su presencia. - Por lo que podemos ver... si no te entregas voluntariamente, no nos queda otra opción que eliminarte.

Gintoki a penas pudo evitar una herida cortante en su cuello con el entrecruce de un tenedor, que tenía media carne pinchada y cubierta de salsa roja que salpicó su rostro. La sombra negra de su atacante se alzó sobre él como un cuervo que clavó sus garras sobre el indefenso conejo.

- Alguien no ha hecho bien su tarea de clases, señorito Conde.- Dijo Gintoki con tono burlón mientras forcejeaba contra el cuchillo que lo amenazaba.- Nunca dije que tenía los motivos para un viaje tan largo, pero dime... ¿Qué te hace creer que ustedes mismos no tienen los motivos ni los medios para hacerlo?- Preguntó de manera provocativa, refiriendose al gobierno de Inglaterra. Pero no dio tiempo a nada más, por debajo golpeó la mesa con su rodilla y todo el contenido dispuesto sobre ésta fue lanzado hacia arriba, amenazando con caer sobre el mayordomo.

Pudo zafarse con a penas un hilo fino de sangre en la clavícula, mientras la criatura servicial maniobraba para que nada sea derramado y todo estuviera en orden, la distracción dio un tiempo limitado a Gintoki para correr hacia la salida mientras se burlaba.

Black and Silver [Crossover]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora