[10] Celos

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En día después en que estuvimos juntos por primera vez, desperté extenuado en mi cuarto y Jimin se había ido.

No había ningún indicio de que hubiera estado ahí y por un momento pensé que había sido una especie de sueño, como los que de vez en cuando tenía con él.

Me levanté de la cama y fui directo al baño para lavar mi rostro antes de bajar al desayuno, abrí el agua fría y me froté suavemente con jabón.

Al mirarme frente al espejo noté que mi boca estaba algo abultada, tenía una pequeña herida que parecía ser de una mordida. En ese instante llegó un recuerdo vívido de Jimin encima de mi mordiéndome los labios.

Enrojecí y me di cuenta de que todo había sido real, estaba tan embriagado y sin control el día anterior que temí que alguien se hubiese percatado.

Bajé al comedor pocos minutos después, nervioso de que los chicos me dijeran algo y solamente encontré a Jin, Hobi y Nam sentados en el comedor.

-No han bajado los demás, pero teníamos hambre, puedes servirte ya está el desayuno preparado- dijo Hobi con una sonrisa

-Gracias ¿entonces los chicos no están por aquí?- pregunté extrañado

-Parece que Jimin salió temprano, como es nuestro día libre probablemente quería hacer algo solo. Tae y JK siguen dormidos- dijo Nam

-¿Qué te pasó en el labio?- dijo Jin asustado, señalándome con horror

Me cubrí de inmediato con una mano y fingí levantarme por algo a la cocina

-Nada, creo que ayer me mordí por accidente- dije descuidado

Tomamos el desayuno y pensé en irme al estudio a seguir haciendo algunas canciones, aunque siendo sincero me sentía con algo de resaca y cansancio por el día anterior.

Jin y Hobi decidieron ir a jugar videojuegos mientras que Namjoon se quedó mirándome un rato mientras yo estaba perdido en mis pensamientos mirando hacia la cocina, donde ayer habían sucedido tantas cosas.

-¿Sabes qué es raro? Parece que Jimin se mordió el labio exactamente ayer, igual que tú- dijo RM, en un tono algo sarcástico

-¿Ah, sí? Si que es raro- traté de decir controladamente, pero tuve que irme del lugar antes de que notara lo nervioso que estaba.

Estuve toda la tarde tratando de distraerme, practicando algo de guitarra y creando algunos beats para canciones nuevas que traía por la mente.

Por la noche escuché desde mi habitación la voz de Jimin, parece que había regresado después de haber estado todo el día fuera.

No quise salir de mi habitación a cenar, no me sentía lo suficientemente preparado para verlo a la cara después de lo que había sucedido la noche anterior.

Me puse los audífonos y unos minutos después el sueño se había apoderado de mí.

Desperté con el ruido de la puerta, miré a mi celular y eran muy de madrugada, casi las 4 a.m.

-¡Hyung, despierta!- escuché que Jimin me susurraba al oído

Me levanté sobresaltado y lo pude sentir muy de cerca.

-¿Pasa algo?- dije aún con la sensación de estar dormido

-Es que no te vi en todo el día- señaló Jimin de forma juguetona

-¿Dónde estuviste?

-Bueno un amigo me había invitado a salir hace tiempo y hoy después de muchas semanas tuvimos un día libre, así que fui con él- me indicó naturalmente.

-¡Vaya qué interesante! Me parece perfecto, puedes irte, déjame dormir- dije enfadado, no sabía por qué demonios me había hecho sentir tan celoso ¿y si no era la única persona con la que hacía lo que había hecho conmigo la noche anterior?

-Hyung ¿estás celoso?- me respondió con una sonrisa.

-¿Puedes dejar de ser tan descarado?- le dije con tono molesto.

-¿Por qué? ¿así te gustó más?- contestó riéndose de forma provocativa.

Lo tomé fuerte del cuello y comencé a besarlo casi con ira, detestaba que me hiciera sentir tan celoso, detestaba lo mucho que lo deseaba.

Apenas podía escuchar el ruido de sus labios soltando pequeños gemidos cuando quité su ropa y lamía cada espacio de su cuerpo.

Él me respondía sujetando mi miembro entre sus manos y pidiendo que lo besara más, que lo mordiera, que lo hiciera mío.

Esta vez no pude controlar mis ganas de adentrarme en él, quería sentirlo por completo, unirme a su cuerpo, temblaba de deseo.

Sin pensarlo mucho lo giré para quedar bocabajo y con mis dedos comencé a estimularlo, usé mi saliva lo más que pude para preparar su cuerpo y después de algunos minutos al fin soltó:

-¡Ya, por favor, hazlo!- me rogó.

Y entré en él, era una sensación totalmente indescriptible, no sé si era el peligro que corríamos estando ahí, que era mi primera experiencia con un hombre o simplemente que era Jimin, pero estaba seguro de que era el mejor sexo que había tenido nunca.

Él movía sus caderas lenta y deliciosamente hasta que por fin ambos terminamos, envueltos en la bruma del placer caímos extenuados en la cama.

-Podría hacer esto todos los días- me dijo en el oído.

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