Quiero que tú quieras [Elbdo #2] COMPLETA

Capítulo 15

Feliz cumpleaños Heydi💜 Un fuerte abrazo para ti, este capítulo va con mucho amor.

Perdí la noción del tiempo. Sé que después de ese baño juntos en la tina, Mark se encargó de secarme y traerme a la cama. Adoro cuando hace ese tipo de cosas, me cuida de una manera tan especial y su toque simplemente parece mágico.

Dormí, no sé por cuanto, solo sé que desperté a media noche con sus brazos rodeando mi cuerpo. Él despertó poco después y no perdimos tiempo en esta hermosa suite. Claro que ya no como amo y sumisa, solo como él y yo. Tomé el control y fue estupendo.

Ahora seguimos en la cama, mi cabeza recostada en su pecho y sus brazos envolviéndome mientras hablamos en voz baja, como si pudiéramos despertar a alguien.

—Hay tantos lugares a los que me gustaría viajar—comento—. En cuanto sea financieramente estable, podré hacerlo con toda libertad—Mark sonríe.

—Planeo ir en el verano a visitar a Sebastián—deja un beso en mi frente—. Podrías venir conmigo, estoy seguro de que se alegrará de verte.

—Inglaterra...—suelto un suspiro—. Suena maravilloso.

—Podríamos aprovechar el viaje y conocer por ahí—se voltea pegando su frente a la mía—. Me encantaría viajar contigo.

—¡Dios, no! Ya empecé a planearlo en mi cabeza—reímos—. Y aun faltan meses...

—Tenemos tiempo—me besa suavemente.

—¿Nos ves juntos de aquí al verano? —pregunto en un susurro tan bajo que incluso me sorprende.

Mark tira de mi cintura y me pega aun más a él.

—Nos veo juntos toda la vida, si tú quieres...—la intensidad en su mirada me deja sin palabras, es casi una promesa, sin ser dicha.

—¿Y si no quiero? —sonrío con burla—. ¿Qué harás?

Aprieta sus labios, divertido y niega.

—Tendré que comprarme un gato—encoge sus hombros—. Dicen que son mimados, así no te extrañaría tanto...—finge un largo suspiro.

—¡¿Me estás comparando con un gato?! —lo alejo y cruzo mis brazos mirando hacia el techo.

Mark se ríe y vuelve a tirar de mi cintura enterrando su cara en la curva de mi cuello.

—No podría compararte con nada ni nadie, bebé—susurra en mi oído estremeciéndome por completo—. Así que, ¿qué dices?... ¿Toda la vida?

Hago un puchero y finjo pensarlo.

—Mmm... ¿Serás siempre así de lindo? —rueda sus ojos.

—No soy lindo—se aleja pero atrapo su rostro con mis manos.

—Tienes razón... ¡Eres hermosoo! —aprieto sus mejillas y reímos.

Nos abrazamos en silencio por un momento, hasta que, sorprendentemente, soy yo la que lo rompe.