Aunque nadie pudiera pensarlo, Denise se había acostumbrado a vivir en ese pueblo con el pasar de las semanas.
Dos meses habían transcurrido sin que ella reparara en el tiempo, suficiente para darse cuenta de que al final ese lugar era un buen sitio donde estar, había logrado caerles bien a las personas con las que se topaba, convivió con sus vecinos hasta que la idea de que fuera una extranjera de una tierra extraña dejara de ser relevante.
Sarah se convirtió en una especie de madre para Denise, se preocupaba por ella como aquella hija que siempre deseó tener, en sus propias palabras, logró hacer que se interesara en la cocina pese a que ella era un desastre en toda la extensión de la palabra, enseñándole lo básico para que pudiera hacer mínimo un arroz sin quemar la cocina, sin regañarla por cortarse a sí misma en vez de a las verduras y siendo tan paciente con sus nulas habilidades que Denise se encontraba encanta de que ella fuera tan dulce consigo.
La rubia por supuesto se esforzaba en lo que hacía, aunque el sabor no fuera el mejor, había logrado mejorar considerablemente en opinión de su maestra por lo que no se preocupaba. También estaba el hecho de que gracias a ella tenía más confianza en sus habilidades, había logrado preparar buñuelos lo suficientemente buenos como para encantar a Mirabel.
La familia Madrigal era evidentemente lo mejor de todo ese viaje, eran agradables, ocurrentes y por supuesto, Mirabel era lo mejor de ella; por supuesto, ella le trataba de manera amigable, paseaban por los alrededores del pueblo cada vez que tenían oportunidad, jugaban con los niños y cuando ellos se mostraban muy molestos se encargaba de controlarlos, y, en las palabras de Denise, Mirabel tenía un don con los infantes, su espíritu alegre los aliviaba cuando lloraban por alguna circunstancia fuera de su entendimiento, era amorosa con ellos como lo era con su primo menor, a su vez ella había visto en la extranjera las ganas de aprender por lo que se empeñó en enseñarle algunas cosas que podrían gustarle, la costura era una de ellas, Denise había logrado coser algunas prendas después de una tarde de estudio intenso, hacer bordados era un tema aparte, tendía a lastimarse demasiado con la aguja por lo que la morena se encargaba de mantener comida preparada por la señora Julieta cerca cuando fuera el momento de enseñarle, por precaución decía.
Al mismo tiempo Denise pidió hasta el cansancio que ella le enseñara a tocar el acordeón, al verla manejar el instrumento con tanta maestría se entusiasmó en tocarlo igual, era un instrumento complicado para quién nunca lo hubiera sostenido, pero con la practica pudo hacerlo sonar medianamente decente para llevar cuatro semanas intentándolo. Eso había afianzado su relación, se veían todas las tardes para jugar y aprender, Denise creía que el sentimiento de comodidad que sentía al lado de Mirabel era compartido, sus risas provocaban un burbujeo de mariposas en su estómago por lo cálido que era sentirse contenta por una buena platica, era extraño lo que experimentaba, pero nada grave.
Luisa era alguien con la que formó una relación agradable, no salía muy a menudo debido a lo ocupada que estaba la Madrigal todos los días, pero Denise no perdía ocasión para ayudarle en lo que pudiera así su fuerza no fuera comparable con la suya, lo hacía con tareas pequeñas en las que sus destrezas fueran requeridas, después de eso solían ir por dulces en alguna tienda cercana, hablaban hasta haber pasado el tiempo de descanso y reían por los lugares tan inusuales que elegían los burros para escaparse.
Su relación con Isabela iba por buen camino, en realidad Denise se encontraba encantada con los poderes de Isabela por la hermosa cantidad de flores que ella podía brotar solo con desearlo, en cierta medida el hecho de que ella fuera llamada el ángel de la familia motivaba su curiosidad por ella, Isabela varias veces le llegó a regalar algunas flores cuando se la encontraba en la casita, la belleza de los brotes era admirable, pero eso quedaba reducido a nada cuando veía como Isabela trataba mal a Mirabel por nimiedades, comenzando pequeñas peleas en las que ninguna daba el brazo a torcer. Había escuchado de parte de Dolores que ella estaba comprometida con el galán del pueblo; Mariano Guzmán, Denise tuvo el placer de conocerlo y no parecía un mal muchacho.
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Sólo tú y nada más(encantó)
FanficUn nuevo habitante llega al pueblo nadie sabe como llego o de donde proviene, esta persona afectara el destino de la familia madrigal para buena o mala forma pero mas de un integrante de la familia. NOTA: la historia transcurre unas meses antes de...