𝙸𝙽𝙵𝙸𝙴𝙻「MarkHyuck」

19.

Custodia compartida...

Donghyuck miró el documento en sus manos, aquel documento que había firmado años atrás. Sonaba fácil pero la realidad era difícil, aquello lo unía a Mark y aún habían heridas que no habían sanado por completo, tal vez no convivirían mucho tiempo pero ahí estaría Mark siempre presente y eso sólo provocaba estragos en su cuerpo.

Tendría que enfrentar a su hija, después de haberle fallado. Porque sí, Mark tenía razón, había abandonado a su pequeña Layda cuando ella más lo necesitaba.

—Hola —la suave voz lo saco de su ensoñación. —¿Qué pasa?

Donghyuck le sonrío a Jisung tratando de tranquilizarlo pues tenía una mirada de preocupación en su rostro.

—Hable con mi ex esposo, él quiere quedarse con la custodia de Layda.

—Obvio tú te negaste —afirmo Jisung sentándose a su lado.

—Sí, es sólo que es raro, ella no sabe que estamos separados y apenas está recuperándose, el doctor dice que pasaran semanas de tratamiento para que ella lleve una vida normal, y...

—Y no saben cómo decírselo —lo corto Jisung.

Donghyuck asintió.

—Por ahora Mark y yo hemos acordado no llevar a nuestras parejas para no confundirla más de lo que ya está, lo siento Jisung, en verdad quiero que convivas con ella pero no podemos hacer eso por ahora.

—Entiendo. Ya abra tiempo después, y sobre la custodia, si necesitas ayuda yo puedo conseguir un buen abogado.

—Eso... Eso sería de mucha ayuda.

—Lo que sea por hacerte feliz —Jisung acorto las distancias entre sus rostros hasta juntar sus labios en un cálido beso. —My baby, mi lindo Hyuckkie.

Donghyuck se dejó acariciar, las manos de Jisung eran la mayor parte del tiempo frías, pero cuando lo tocaban sentía como si se quemara.

𖥸

El mayor soltaba pequeños gemidos y apretaba las sabanas de la cama, sin dejar de mover sus caderas buscando más contacto con el cuerpo desnudo sobre él.

Jisung era más delgado y grande que él, pero lejos de disgustarle lo amaba.

Apretó los dientes cuando Jisung toco el punto exacto de su delirio. Gimió fuerte y rogó para que el menor se moviera más rápido.

—Sí joder así —exclamaba Donghyuck agitado con la frente empapada de sudor.

Miró a Jisung, quien estaba concentrado en hacerlo sentir bien, sus muecas de placer, el pequeño sudor que escurría por su frente y pecho, fue tan excitante de ver. Park grito al llegar al orgasmo luego de varias embestidas, después de que él alcanzará el orgasmo minutos antes.

El cuerpo del menor cayó sobre el suyo con la respiración aún agitada.

—Perdón —le susurro Jisung en su oído. —Me vine dentro.

Donghyuck río descaradamente. —Ya no importa, no es como si fuera a embarazarme.