¡Waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡Esto es vidaaaaaaaaaa! ¡Cuba es geniaaaaaaaaaaaaaaaal". Gritó Michiko, estirando los brazos llena de felicidad, de pie sobre la arena y frente a un hermoso mar de aguas turquesa bajo un maravilloso día soleado. "¡Qué bueno es estar vivaaaaaaaaaaaaaaa!".
"¡Aaaaaaaaiiiiiiiiiiisssssssssssssh! ¡Ya basta, demonio! ¿Por qué siempre tienes que ser tan escandalosa?". Se quejó Kaji, recostado sobre una silla plegable, vistiendo una camisa rosa pálido con pequeños flamentos rosas y un par de pantalones rosas. Estaba tomando un daikiri bajo la sombra de una gran sombrilla.
"¡Miera quién hablaaaaaaaaa!". Se burló Michiko, volviendo su rostro hacia él, sacándole la lengua. Ella estaba vestida con un ligero vestido largo y suelto, de color rojo con diseños aztecas dorados. La brisa de la playa hacía flotar su vestido e intentaba arrebatarle el bonito sombrero de alas anchas que ella trataba de sostener con una mano sobre su cabeza.
Feliz, Michiko fue hasta él y se arrodilló a su lado, sonriendo de oreja a oreja mientras sostenía el sombrero.
"Qué bueno que hayas podido venir a pasar tiempo conmigo, Kaji-chan, te hace falta descanso, ¿sabes? Me alegra que no te hayan promovido a profesor en ese hospital, ya no podrías haber seguido siendo mi primer asistente en las cirugías, además, eres bastante bueno como para dejar de operar".
"¿De verdad lo crees así?". La miró, sorprendido.
"Si. Además de mi novio, eres el único asistente en quien confío, ¿sabes?".
"¡Aaaaaaay! ¡Si! ¡Ya lo sé!". Se rió, todo colorado y vanidoso.
"¡Pfh! Presumido...". Se quejó Michiko, poniéndose de pie, agarrando su propia copa de daikiri, sentándose en la otra silla plegable, al lado de Kaji.
Había pasado casi un año desde la exitosa cirugía de Michiko y ella estaba completamente recuperada. Su fortaleza era admirable gracias a que nunca había descuidado su salud, en cambio, Kaji ya había comenzado a decaer físicamente por su falta de cuidado personal. Sufría de ciática y de presbicia, por esa razón había intentado que lo eligieran como profesor en el último hospital en donde Hiruma lo había enviado a trabajar, pero al final sacrificó su última oportunidad para salvarle la vida a su contrincante con una cirugía y tuvo que admitir que jamás dejaría de ser cirujano.
Como hacía años que no se tomaba verdaderas vacaciones, decidió visitar a su novia en Cuba por un tiempo antes de volver al trabajo. No se habían vuelto a ver después de la cirugía de Michiko, y ella se había marchado a Cuba para recuperarse y tomarse un año sabático con Akira luego de que éste cerrara la agencia de médicos independientes.
"¡Mamá! ¡Papá!". Le oyeron decir a Himiko con todas sus fuerzas y alegría, tirándose sobre la molesta Michiko para abrazarla. "¡Abuelito me compró un sombrero nuevo, mamá! ¿Te lo muestro?".
"¡Aaaaaaaaaaaaaaiiiiiiiiiissssssssssssh! ¡Ya te dije que no soy tu mamá, Himi-chaaaaaan!". Se quejó Michiko.
"¡Que sí!". Insitió Himiko, mirándola a la cara, muy tozuda.
"¡Que no!". La miró a la cara, tozuda también.
"¡Que sí!".
"¡Que no!".
"¡Que sí!".
"¡Que no!".
"¡Que sí!".
"¡Que no!".
"¡Carajo! ¡Ya basta, ustedes dos!". Se quejó Kaji, haciendo una mueca molesta.
"Doctor Kaji, no hable así frente a sus hijos". Le advirtió Akira, tranquilo como siempre, viniendo con los dos mellizos desde el hotel.
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DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON. MI RIVAL, MI OMEGA, MI AMANTE... OTRA VEZ (Doctor-X)
FanfictionKamisama le da una oportunidad a Michiko para volver a conocer a Kaji siendo ellos más jóvenes y así poder conquistarlo y volver a formar una familia con él con un poco más de tiempo para estar juntos, como mujer alfa y hombre omega, pero no contó c...