Cinco minutos

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Dedicado con todo mi amor a reina, temari05nara_

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Caricias insanas, besos apasionados, gemidos hipnotizantes, era la combinación perfecta que dos amantes estaban experimentando tumbados en el sillón de su departamento.

Era una típica mañana en la que ambos debían ir a trabajar. Habían desayunado y cada uno estaba listo para iniciar con sus obligaciones, pero un tierno beso de despedida fue el detonante para que mandaran por un tubo el horario y se fundieran sin reparo en la sala de su casa.

—Me van a despedir —balbuceó Chifuyu entre jadeos mientras sus manos disfrutaban a placer la excitada virilidad de su pareja—. Hoy tengo una junta importante.

—Tranquilo, llegarás a tiempo. Además, estos minutos en el paraíso te harán estar más relajado —susurró cerca de su oído, erizándole la piel con su cálido aliento—. ¡Ah, Chifuyu!

—¿Te gusta? —Lo vio asentir—. ¿Quieres más? —Kazutora apenas podía mover la cabeza gracias al cúmulo de sensaciones que estaba experimentando—. No sabes cuánto me excita tenerte a mi merced.

—Chifuyu... —El ambarino estaba extasiado, perdido entre los brazos de ese hombre que tanto amaba—. Quiero ser tuyo —murmuró.

—Mi cielo —le otorgó una mirada lasciva antes de apoderarse de sus labios y besarlos con ímpetu a su antojo—, tú eres mío y yo soy tuyo. Haré que ese volcán que llevas en tu interior haga erupción para mí.

Chifuyu se sentó en el sofá y encima de él subió a Kazutora a horcajadas. Hanemiya se prendió en su cuello y comenzó a lamerlo a plenitud mientras su mano jugaba con el delicioso miembro de su pareja. Esos instantes en los que se entregaban al placer era una de las cosas más gratificantes que tenía su relación, ya que los dos habían aprendido a amarse de una manera inigualable.

Matsuno tomó de la barbilla a su amado, lo vio con ternura y lo besó en los labios con desesperación. El ambarino se dejó envolver por el embriagante sabor a menta que tenía su boca, quería grabar en sus pupilas gustativas su esencia hasta que ambos volvieran del trabajo.

Chifuyu llevó dos de sus dedos a la boca de su pareja. Kazutora los atrapó con sus labios y con delicadeza los lamió, regalándole a Matsuno una escena que lo encendió aún más.

Hanemiya siguió repartiendo besos por el cuello y la clavícula de su hombre, mientras se retorcía entre sus piernas por el placer que le generaba el sentir sus dedos dentro de su cuerpo. El ojiverde no quería esperar ni un minuto más, así que lo tomó por la cintura enterrándose en él en una sola estocada.

Kazutora mordió el hombro de su novio cuando su miembro se fundió con su cuerpo y sus paredes lo recibieron con anhelo, apretando con fuerza para que su invitado se sintiera más deseado al estar dentro de su templo.

Chifuyu puso sus manos en los glúteos de su pareja y abrió levemente las piernas para profundizar sus embestidas. Los gemidos que salían de los labios de su amado lo tenían al borde de la locura y lo inducían a aumentar sus movimientos.

Hanemiya arqueó la espalda y dejó caer su cabeza hacia atrás cuando los saltos que hacía sobre la anatomía de su novio se hacían más intensos. Sentía que faltaba poco para que explorara y derramara su lava encima de su hombre.

El joven de ojos esmeralda tomó con rudeza el miembro de su amante para acariciarlo con ahínco. Estaba a punto de entregarse a los brazos de Hímero y deseaba que ambos lo hicieran juntos.

Kazutora dejó caer su rostro sobre el hombro de Matsuno y lo mordió cuando sus jugos fueron liberados. Con su mano rodeó la nuca de su pareja y se aferró a esta al sentir como él explotaba con fuerza dentro de su ser.

Hacer el amor con la persona que se amaba era alcanzar el cielo con ambas manos.

Chifuyu abrazó a su amado y besó su sudado cuello con ternura. Quería tenerlo así, acunado en su cuerpo toda la vida.

—¿Te gustaron estos cinco minutos en el paraíso? —inquirió Kazutora a su novio, ya que él había sido quien provocó ese encuentro inesperado—. Si te dicen algo en la empresa me someteré a tu castigo.

—Me encantaron estos minutos contigo y si fuera por mí podrían ser siglos —dijo al acariciarle su hermoso rostro—. Te amo, Kazutora.

—Te amo, Chifuyu.

Matsuno sonrió y con cuidado sentó a su pareja en el sillón para que él pudiera levantarse. Tenía el espacio justo para darse un rápido baño y llegar a tiempo al trabajo.

—Ven, vamos a ducharnos —le pidió al extender su mano para ayudarle a ponerse de pie—. Si nos bañamos juntos ahorraremos tiempo.

—Como tú quieras —espetó el ambarino con una ceja arqueada—. Te ayudaré a lavar ese exquisito abdomen que posees —susurró.

—Y yo te voy a ayudar con tu delicada espalda —musitó Chifuyu cerca de su oído—. Vamos, tenemos el tiempo necesario.

Se tomaron de la mano y juntos ingresaron a su habitación para disfrutar de un baño caliente, en el que el agua y las burbujas de jabón los harían tener otros cinco minutos en el cielo.

Por un día que llegaran tarde no se acabaría el mundo. Además, romper las reglas de vez en cuando era muy excitante.

FIN.

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Dato cultural

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Dato cultural.

Hímero: es el dios griego de la lujuria y el deseo sexual. Es hijo de Afrodita, la diosa del amor, la belleza y la fertilidad, y de su amante Ares, dios de la guerra. Hímero es considerado el patrón del amor homosexual.

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¡Hola!

¿Cómo están?

Estaba inspirada y decidí escribir esta apasionada viñeta para hacerlos suspirar un instante con esta pareja que tanto amo. Espero que lo disfruten mucho.

Este pequeño escrito está dedicado especialmente a mi reina, temari05nara_ porque este mes está de cumpleaños y lo que más deseo es hacerla sonreír. Inician los regalos de cumple mi alma gemela, te amo muchísimo.

Nos leemos muy pronto.

Con amor.

GabyJA

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