Semanas antes, cuando pensaba en cómo sería si me descubrieran leyendo el diario de mi padre, siempre buscaba la excusa perfecta para justificarme o me imaginaba cual sería la peor reacción de quien me descubriera, incluso tenía planeadas varias situaciones hipotéticas. Pero, ahora, todo había pasado tan rápido y estaba tan renuente a preocuparme por lo que podría pasar, que solo me quede ahí observando como la expresión del profesor pasaba del enfado a la sorpresa y preocupación en un parpadeo.
-Kai, recoge tus cosas. - me ordenó el profesor con un ligero titubeó.
Sin protestar tome mis cosas. Estaba tan calmado que hasta me sorprendía a mi mismo, ¿tanto me habían dejado de importar las consecuencias? Carla y Niggel estaban más blancos que la cal; el salón estaba estático por la incertidumbre, deberían agradecerme, les conseguí, mínimo, 5 minutos para hacer trampa en lo que llegaba un sustituto para el profesor.
De camino a la dirección razone mi defensa: no era un libro escolar por lo que no estaba haciendo trampa, no me podían castigar por ello; a lo mucho podrían hacerme repetir el examen y mandarme un reporte.
-Espera aquí. - me ordenó mi profesor una vez en la dirección.
Había estado ahí varias veces, siempre esperando un sermón del director por culpa de las travesuras de Carla, así que no era nada nuevo para mí estar aquí. Sin recibir autorización, caminé hasta las sillas de espera que le daban la espalda a la oficina del director y me senté sin decir palabra.
-¿Qué fue esta vez? - dijo a modo de saludo la amable secretaria, la señora Ludwort.
Ella era quien se encargaría de cubrir a mi grupo mientras mi profesor me acusaba con el director. Le sonreí, pues me conocía tan bien que sabía que no estaba ahí por mera coincidencia.
-Leer durante un examen - confesé encogiendome de hombros como si no fuera importante.
Abrió la boca para, seguramente, reprenderme medio en broma por mis actos, pero no completo la acción pues el mismísimo Director, el señor Phanda, salió de su oficina con la misma expresión que mi profesor.
-Señorita Ludwort, el grupo del joven Ackerman la espera. - le dijo con seriedad, con una orden implícita. Luego se dirigió a mi: - Señor Ackerman, pase.
Suspiré fastidiado, me levante e hice lo que me pidió, no sin antes regalarle una sonrisa despreocupada a la secretaria. El director me hizo sentarme delante de él, teniendo también frente a mí a mi profesor.
-¿Podría decirnos que es esto? - me preguntó el señor Phanda.
-Un libro. - respondí en tono de obvio.
-¿Dónde lo consiguió? - insisto el director.
-Ciertamente no aqui en la escuela.
Hacerme el sabiondo no mejoraría las cosas, pero no podía evitarlo, había algo en el director que me hacía querer ser tan sarcástico como fuera posible - quizá era por su peluquin mal encubierto -, aunque terminará siendo peor para mí.
El director entendió mi falta de cooperación e hizo que la bibliotecaria confirmara que el diario no había salido de la biblioteca; una vez claro que el libro nunca había pertenecido a la escuela, sólo pudo preocuparse más y decidió la única cosa que si había planeado.
-Llamaremos a tus padres. - amenazó.
-Adelante. Mi padre está en su trabajo, yo llamaría primero allí. - acepte burlon.
Me hicieron salir de la oficina. Al menos había perdido clases y había evitado tener que hacer el examen; lastima que el diario estaba en garras de los adultos.
P. O. V. LEVI:
-¿Pues que esperaban? - nos decía Hange.
Ami acababa de regresar de casa de Gabi y Falco. La última semana habíamos acordado poner como punto de reunión la casa de Hange, para cuando yo saliera del trabajo y ella terminará sus habituales visitas. Así pues, justo ahora, luego de mis largas quejas con Hange, esta volvía a reprendernos como la última semana.
-Si a ustedes les hubieran ocultado algo tan importante como eso, ¿a poco no estarían furiosos? - insistió la castaña del parche.
-No lo estaría, si fue por mi bien. - respondió Ami revolviendo su tercer plato de estofado.
-Eso lo dices porque ya eres madre y lo entiendes, pero ponte en el lugar de Kai... - Hange estaba empeñada en hacerla entrar en razón.
Negué con la cabeza, sabía perfectamente que nada ni nadie haria que Ami cambiará de opinión. Hange parecía que ya también se estaba dando cuenta. Mi amiga suspiro al tiempo que sonaba el teléfono instalado en su casa.
-¡Voy! - le grito al aparato.
-Dudo mucho que la persona que llama te escuche. - dije molesto por el grito.
Me ignoro y contestó la llamada:
-Residencia de Hange, ¿quién habla?
Mire a Ami con preocupación, últimamente comía y vomitaba constantemente, al principio pensé que se debía al estrés de las últimas semanas, pero ahora me parecía que más bien comenzaba a enfermar o algo peor.
-... Es para ustedes... - nos llamo Hange con voz temblorosa. Ambos volteamos a verla sin entender. - Es de la escuela de Kai...
Me puse de pie de un salto y fui a tomar el teléfono; sabía que la escuela tenía el número de la casa de Hange para los casos en que no hubiera nadie en casa o no lograrán encontrarme en la oficina, pero aún así era alarmante que llamaran cuando nunca lo hacían. Hange regreso a lado de Ami y ambas miraron en mi dirección esperando a que les dijera que ocurría.
-¿Señor Ackerman? - pregunto la persona del otro lado de la llamada.
-Soy yo, ¿Quien es? ¿Qué sucede?
-Ah, lamento molestarle, soy el director Phanda, le llamo porque es necesario que se presente en la escuela de su hijo Kai urgentemente...
-¿El está bien? ¿Paso algo?
-Eh... Bueno, verá, es algo complicado de explicar por teléfono, pero si se encuentra bien Kai, solo ha surgido un problema.
-Bien, voy para allá. - y colge.
-¿Qué pasó? - pregunto Ami poniéndose de pie.
-Quieren que vayamos a la escuela, ya mismo. - explique. - Pero no me dijeron por qué razón.
El semblante de Hange cambió, como si supiera algo, lo cual no era muy sorprendente, yo mismo intuía porque razón tenía que ir, pero no consideraba que fuera tan grave como para que me llamaran con urgencia.
-Bien, vamos. - aceptó Ami.
-No, tu te quedas. - me negué.
-Obligame, Levi. También es mi hijo y creo que por la razón por la que nos llamaron es necesario que vayamos ambos.
Hange se ahorro sus comentarios y prefirió darse la vuelta para fingir que recogería la mesa. Suspiré, no tenía ánimos de discutir algo tan trivial con Ami.
-Bien, andando. - terminé aceptando.
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Levi's diary
FanfictionMiembro de la Legión de Reconocimiento, proveniente de la Ciudad Subterránea, hijo de una Ackerman, soldado, compañero, líder, amigo... ¿Qué más podría decir para describirlo? Levi Ackerman, uno de los grandes héroes. Pero... Aún hay más que contar...