📖CIENTO DOS📖

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Luego de 30 largos minutos, en los que me límite a contar los trofeos y reconocimientos que decoraban la pared más cercana a mi incómodo asiento, por fin escuché como se acercaban 3 personas, dos de las cuales conocía a la perfección.

En un segundo mi mente viajo a mil por hora, no sólo había hecho click con la realidad, sino que ahora por fin había decidido comprender la gravedad del asunto: mis padres estaban por llegar a la dirección sin tener la más remota idea de porque fueron llamados y seguramente se llevarían más que una sorpresa al enterarse que el diario perdido que habían buscado desesperadamente meses atrás siempre había estado en mis manos, les había mentido, tendría mucho que explicar.

-Señor y Señora Ackerman, el director ya los espera en su oficina, pasen directamente. - decía una voz que debía pertenecer a la profesora que vigilaba la entrada.

Busque con la mirada un lugar donde esconderme, aunque ni desapareciendo de la faz de la tierra me libraria de lo que estaba por venir. Ami y Levi aparecieron con cara de incertidumbre, eso me daba 5 minutos adicionales de vida.

-Señor y Señora Ackerman - saludo el director saliendo de su oficina -, gracias por venir con tanta rapidez, por favor pasen para que pueda explicarles por que los hice venir. - el profesor Phanda me volteo a ver. - Kai, tu también entra.

Con cautela y ya sin ni una gota de valentía, pase a la oficina y me senté en el mismo lugar de antes.

-Señor y Señora Ackerman, les presento al profesor de Kai, el profesor Windell Forst - señalando a mi profesor que ahora estaba junto a la puerta. - el profesor les explicara porque están aquí.

Windell se aclaró la garganta y avanzó hasta el escritorio, se detuvo junto a mis padres.

-Lamento mucho conocerlos en estas circunstancias, pero me temo que no podía ser de otro modo - comenzó a decir mi profesor. - Quizá no estén al tanto de las calificaciones de Kai y es entendible pues apenas es el primer periodo, pero llevo conociéndolo un par de años y es la primera vez que veo un desempeño tan bajo de su parte.

-Si se refiere a la última semana, no se si el director ya le comentó que... - comenzó a decir Ami.

-No me refería sólo a esta semana - interrumpió Windell -, verá, en lo que llevamos del año, Kai ha prestado poca atención a clase, casi no entrega tareas y acaba a destiempo las actividades de clase.

Me mantuve callado, no podía negar nada y tampoco sería bueno que lo hiciera, ya era lo suficientemente malo que me hubiera comportado tan altanero hace rato.

-Se que es un niño muy hiperactivo, por lo que decidí tolerarlo hasta los exámenes para comprobar que si estudiaba y que solo le costaba hacer tareas y esas cosas. - siguió explicando mi profesor - Sin embargo, reprobó cada examen que se le aplicó y hoy...

Mi profesor dudo en cómo decirlo, debió haber leído una parte demasiado explícita como para que no supiera como describir lo que pasó.

-Hoy, el profesor le retiro esto durante el examen. - siguio el director mostrando el diario que aún tenía la cubierta falsa. - Lo estaba leyendo en lugar de hacer el examen. ¿Les es familiar?

-Si, es un libro que ha estado leyendo todo el verano - Explicó Levi sin entender que sucedía del todo.

-¿De verdad? ¿Ustedes han autorizado que lea libros de esa clase pese a su corta edad? - quizo saber mi profesor.

-¿Libros de esa clase? - pregunto Ami atrapando la idea al instante.

-Señor y Señora Ackerman, ¿y si quitamos esta cubierta y revisan el libro? - sugirió el director.

Maldición.

El profesor Phanda hizo lo que dijo y le pasó el libro a mis padres. Levi lo reconoció al instante y abrió los ojos con pánico.

-Si revisan poco antes de la mitad encontrarán... - comenzó a explicarles Windell.

-¿De dónde lo sacaste? - me preguntó Levi ignorando completamente a mi profesor.

Le di la espalda y agache la mirada, me estaba muriendo de miedo. Este era mi fin sin duda.

-¿Lo reconoce? ¿Cómo un libro así terminó en manos de un menor? - interrogó Phanda.

-¡Kai! ¿De dónde lo tomaste? ¿Desde cuándo lo tienes? - insistió Levi.

-Director, profesor... No mal entiendan... - escuche decir a Ami. - Este libro pertenece a mi esposo y lo perdió hace algún tiempo, jamás esperamos que lo tuviera Kai, pero definitivamente no tiene nuestra autorización para...

- Este sin duda es un asunto familiar, lo resolveremos en casa. - interrumpió Levi con la poca paciencia que le quedaba. - Y en cuanto a su desempeño académico, espero que nos den oportunidad de hablarlo en otra ocasión, el otro asunto es más urgente.

Dicho eso, Levi ni siquiera espero respuesta cuando tomo mi mochila, que estaba junto a mi silla:

-Nos vamos. - me dijo en voz baja.

Me dio un escalofrío. Bien pude quedarme justo donde estaba, pero sería peor si no lo seguía, así que solo me puse de pie y me fui detrás de él. Ami se quedo disculpándose con los profesores y concertando una fecha para tratar lo de mis calificaciones; minutos más tarde nos alcanzo cuando ya estábamos saliendo de la escuela.

Ninguno dijo ni una palabra en todo el camino. No ibamos a casa, pero tampoco era el camino a la casa de Hange (que era la más cercana), lo que me hacía pensar que entonces Levi se dirigía al único lugar más cercano donde podría explotar con libertad: su oficina.

-Antes de que comiences a gritar, deja que se explique. - sugirió Ami.

En menos de 10 minutos habíamos llegado a la oficina, la cual, por la hora y el día estaba vacía, ni siquiera rondaba un alma por el pasillo. Era el lugar perfecto.

-Bien. - aceptó Levi azotando el diario en su escritorio.

Jamás, en mi corta vida, había visto a mi padre tan enojado como ahora; mentiria si dijera que no me moría de miedo.

-Kai, explicate. - exigió.

Me había quedado junto a la puerta, como si realmente eso me asegurará que saldría vivo de aquí.

-¡AHORA! - Grito furioso.

-¡Levi! - le sermoneo mi madre parándose delante de ambos. - Primero deberías calmarte.

-¿Calmarme? Lo haré cuando explique porque tenía este libro y desde cuando.

-Yo... - comencé a decir pasando saliva con dificultad. Era mejor que hablara ya. - Yo lo encontré por accidente cuando limpiaba el estudio en casa.

-¿Cuándo? - insistió Levi.

Aquí venía la peor parte. No había modo de embellecer la verdad, se mirara por donde se mirara yo les había mentido desde hace meses. Dude en hablar, pero al final respondí:

-Desde el día que llegaste con el equipo de maniobras...

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora