Un Amor Que Nació En El Pasado [Libro #2]

Capítulo 37

Narra _______:

    Desperté notando que me había quedado dormida en la habitación de Giotto. Íbamos a hablar un rato y luego me iría a mi habitación, pero evidentemente el cansancio nos venció antes de que pudiera irme.

    No estaba segura de que él tuviera que levantarse temprano, pero de ser así G aparecería pronto. Así que me limité a darle una caricia en el cabello y ponerme de pie. El libro de Heidi estaba tirado en la cama, por lo que decidí tomarlo y llevármelo para leerlo en algún momento, después de todo, solo había visto pedacitos del anime.

    Le di una última mirada antes de irme.

    Me arreglé un ratito antes de bajar al primer piso dispuesta a ir a buscar a Alaude. Teníamos mucho en que ponernos al día.

    Abrí la puerta con cuidado y ya medio abierta di unos golpecitos en ella para llamar la atención de Alaude.

    —Toc, toc —dije con una sonrisa—. ¿Se puede?

    —Tú siempre.

    Mi sonrisa se ensanchó aun más.

    —Giotto me dijo que estás a cargo de las reparaciones del pueblo —dije entrando a la oficina y sentándome en la silla frente al escritorio de Alaude donde tantas veces me había sentado antes.

    —¿Vienes a ofrecer tu participación? —asentí—. ¿En construcción u organización?

    —Lo que tú quieras.

    Alaude levantó ambas cejas haciéndome reír.

    —Si Primo te escucha podría ponerse celoso.

    —Lo dudo.

    —Tienes razón, quizá ni siquiera conozca los celos —dijo haciéndome reír.

    —¿Y en qué trabajas ahora? —Alaude giró sus papeles y me los estiró dejándome leerlos de inmediato.

    Esa confianza que había forjado con él no podía dejarla ir, ni por la misión ni por el cariño que le tenía a Alaude.

    —Es un secreto aun, así que no se lo cuentes a nadie —yo asentí.

    No contuve mi sonrisa al leer el título "Proyecto Asesoría Externa".

    —El nombre es provisorio —dijo Alaude serio.

    Yo asentí, no sé como Alaude había llegado al nombre CEDEF, pero ya veía que estaba encaminado a crear la institución.

    —Recuerdo que alguna vez me comentaste esta idea, no me imaginaba que ya querías llevarla a cabo.

    —Son apenas unas ideas —dijo cruzando sus manos—. Faltan muchas cosas, el presupuesto, el mobiliario, el personal, la preparación de aquellos.

    —Es grandioso —dije leyéndolo todo.

    Nunca me imaginé llegar alguna vez a tener acceso al borrador de la constitución original de CEDEF.