3

147 11 0
                                    


Me preparaba para ir con Nancy, me había invitado al Lago Lovers para ir a bañarnos. Hoy es uno de los pocos días que hace calor en Hawkins y quería aprovecharlo. Yo no estaba muy segura de ir, pero ya no había tiempo para arrepentirse. Cogí mi mochila con algún libro, por si prefería quedarme a leer en vez de bañarme. Y salí por la puerta. Fuí hasta la casa de Nancy, allí me estaba esperando con su coche. Me monté dentro y ella arrancó.
—Hola Nance
—Hola Ivy, ¿que tal hoy?
—Bien, ¿donde están tus amigos?
—Ellos ya están allí esperándonos
—Pues vámonos entonces

Después de 10 minutos llegamos hasta allí, caminamos por un pequeño bosque hasta llegar al lugar, ya se podía ver un grupo de gente, pero aún no podía reconocer a nadie.
—Hola Nancy
—¡Steve!— Nancy giró la vista— ¿Te has traido a mi hermano y a Dustin?
—Si, lo siento, se me escapó comentar lo de la salida y ellos 3 insistieron en venir. Hola Ivy— giró a verme, yo levanté mi cabeza en señal de saludo.
—¿Que tres?— preguntó Nancy, al solo ver a Mike y Dustin
Dustin se acercó riendo con un chico a su lado.
—¿Munson?
—¡Ivy!— dió una gran sonrisa —no sabia que vendrías
—¿Os conocéis?— preguntó Steve
—Claro que si— contestó Dustin —Eddie se pasa el día hablando de Iv-
—HENDERSON— Eddie le interrumpió dándole un codazo. Yo agaché mi cabeza riendo y la levanté un poco mirando a Eddie. Él estaba sonrojado y una pequeña sonrisa se formaba en su rostro.
—Bueno, viendo que todos nos conocemos, ¿por que no vamos a bañarnos?— contestó Mike
—Claro, vamos— Steve, Dustin y Mike corrieron hasta la orilla como niños pequeños. Se quitaron la camiseta tirándola en la orilla y se sumergieron en el agua. Eddie fue con ellos, pero no se quitó la ropa ni tampoco se metió. Nancy y yo nos acercamos hasta un pequeño arbol cerca de la orilla y dejamos allí nuestras cosas.
—¿Vienes, Ivy?— Nance preguntó quitándose la camiseta
—Aun no, me quedare un rato aqui
—¿Seguro?
—Si, vete tú con ellos
—Bien, cómo tu quieras— Nancy caminó hasta la orilla y Steve la empujó hasta el agua. Yo reía viéndolos. Saqué mi cassette y mis casos y los conecté, pusé Black Sabbath de nuevo. Cerré los ojos escuchando el ritmo de la música. Minutos después alguien interrumpió. Abrí mis ojos.
—¿No te vas a meter?— Munson preguntó. Me quité mis cascos para oírle mejor.
—Mmh— dije pensativa fijándome en sus ojos —No
—¿Porqué?— él comenzó a levantar su camiseta y a quitársela, miré su torso y su pecho al descubierto, hipnotizada —¿Ivy?
—Eeh— salí de mi asombro —me meteré más tarde
—¿Y por que no ahora? Vamos —agarró mi mano y tiró de ella levantándome. Yo me eche para atrás.
—Ademas no tengo ropa para bañarme— mentí
—No seas mentirosa— sonrió —oh, ¿es que no puedes quitartela?
—¿Que?
—Tranquila, yo te ayudo— se acercó poniéndose detrás de mí, pasó sus dos manos por mis caderas y las metió por debajo de mi sudadera. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir sus anillos pasando por mi cintura. Fue levantando mi camiseta hasta quitármela. Después sujetó mi cintura y giró mi cuerpo hacia él, ví su sonrisa pícara mirándome. Él se quitó su pantalón quedando en ropa interior. Creo que mis piernas temblaban.
—¿Necesitas ayuda tambien con el pantalón?— acercó sus brazos, yo los aparté. Si el me quitaba los pantalones me desmayaría aquí mismo.
—No, tranquilo, puedo yo— dije quitándome el pantalón. Eddie miró mi cuerpo, de arriba a abajo, bajando y subiendo su mirada muchas veces. Una sonrisa iba apareciendo a medida que me observaba. Yo me sonrojé.
—Vamos— dijo tomando mi mano y caminando hacia la orilla
—Eddie, no sé— él frenó, no dijo nada, solo se quedó quieto. En un instante se giró y fue hacia mí. Me agarró de las caderas y me subió a su hombro. Yo grité y patalee para que me bajará mientras él corría hasta el agua.
—¡Eddie! ¡Te juro que te mataré si me metes en ese ag-
Pero ya era tarde, Eddie ya se había tirado al agua conmigo. El agua estaba helada. Yo saqué mi cabeza del agua respirando hondo. Y le miré. Su pelo mojado era precioso. Sus cadenas relucían en el agua. Él me miraba y sonreía. Nunca he visto a Munson mirarme sin sonreír.
—¡Imbecil!— empecé a salpicarle.
—¡Oh niña, no sabes dónde te has metido!— comenzó a salpicarme aún más. Nos quedamos riendo y peleando.

𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒 ↺eddie munsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora