CAPÍTULO-2 (Te ayudo a desabrocharte)

222 7 0
                                    


Jared había analizado bien las caras de esos hombres, eran cinco, todos vestidos de un verde marrón para camuflarse con los arboles, seguro que gracias a eso asaltaron el carruaje sin ser avistados. El joven recordó a su padre inconsciente en el suelo, esperaba que no lo hubieran matado...

Llevaban ya más de media hora caminando, al principio lo habían subido a otro carruaje con los ojos vendados para que no reconociera el camino, y después de diez minutos de intensa agonía sin saber qué estaba pasando a su alrededor lo hicieron ponerse de pie de nuevo.

Todavía recordaba lo que le había costado levantarse, no por el puñetazo que le dieron en el estomago durante su captura, sino porque su vejiga ya se había acostumbrado a la posición de estar sentado, levantarse fue una verdadera tortura y tuvo que estar unos segundos con las pierdas demasiado juntas para que no se le escapara más que otro chorro. Había caminado con la tela que tocaba sus partes íntimas un poco húmeda y eso aumentaba aún más sus ganas de ir al baño, aunque a sus captores les había parecido extremadamente gracioso y no le habían dejado pararse más de cinco segundos.

Media puta hora que se hizo eterna.

El hombre que llevaba sus ataduras se detuvo para mirarlo, los demás siguieron su gesto.

-¿Todavía tienes que ir?

Jared lo fulminó con su mirada, pensar en la incomodidad que sentía entre sus piernas lo empeoraba todo.

-¿Tú que crees? -el prisionero intentó no hacer una mueca.

-Bien.

El hombre, robusto y pelirrojo, le dio la cuerda a su compañero rubio.

-Voy a acabar con tu sufrimiento chico.

A Jared lo acababan de secuestrar, su vida probablemente estaba en peligro, pero sintió un alivio tan grande al ver cómo ese hombre  se acercaba hacia él, supuestamente para dejarlo vaciarse de una maldita vez, que no pudo evitar aflojar un poco su constante tensión abdominal y mojarse unas gotitas más.

Un paso.

Dos pasos.

Tres pasos.

¿Por qué diablos caminaba tan lento?

Los otros observaron, las piernas de Jared volvieron a rozarse, no quería hacer el ridículo, solo debía esperar unos segundos más, vaciarse e intentar darles una paliza. Hasta ahora le había sido imposible resistirse sin mearse en los pantalones.

Cuatro segundos.

Cino.

-Te ayudo a desabrocharte -dijo el hombre, y Jared casi le gritó que lo hiciera de una maldita vez, como un crío desesperado.

Las manos del robusto captor se hacercaron hasta tocar sus pantalones, Jared hizo una mueca y juntó más las piernas, ¡estaba tan cerca de mearse joder!

Y después...

Las manos del pelirrojo retrocedieron y se puso a reír.

Se desabrochó sus propios pantalones, se sacó su extremidad e hizo un gran suspiro de alivio al vaciar su propia vejiga.

-Maldito imbécil -gimió Jared.

-Llevaba horas aguantando -confirmó el hombre, dirigiendo el chorro anaranjado muy cerca de los pies del prisionerpo.

Jared miró el líquido, cómo la tierra a su alrededor se mojaba y casi rozaba sus pies. el hombre tenía verdaderas ganas de ir porque no hubiera orinado tanto de no haber sido así.

Un segundo.

Dos.

Tres.

Cuatro.

El pelirrojo cambió de dirección hacia una piedra que había al lado, haciendo que el pis salpicara en microgotas y provocara un sonido aún más fuerte.

Shhhhhhhhhhhhhhhh.

-Joder -Jared no podía más, gimió cruzando sus piernas e inclinándose ligeramente hacia delante y cerrando los ojos con fuerza.

"Maldita sea"

"No puedo más"

"No puedo más"

"No puedo..."

Se concentró en su respiración, el pelirrojo ya había acabado, volvió a agarrar la cuerda que lo unía y tiró de él tan fuerte que el pobre cayó al suelo.

Las extremidades del joven empezaron a temblar desde el suelo, el hombre rubio fue a levantarlo pero los demás lo detuvieron.

-Aaa... -jimió Jared, casi llorando de la desesperación.

Sus fieras empezaron a frotarse entre si con un desespero que nunca en sus veintisiete años había sentido, iba a estallar, iba a... -¿Por qué me hacéis esto? -hiperventilaba.

-Porque sabemos quién eres, un hijo de puta encantador que sin duda se merece todo esto -uno de los hombres morenos escupió esas palabras con tanta rabia que mostró los dientes, pero eso el chico no lo vio, seguía en el suelo moviéndoselo desesperadamente.

Un chorro tan grande salió de él que fue hasta visible en sus pantalones.

-Porfavor... -suplicó, nunca en su vida lo había hecho antes.

-¡Levantadlo!

Lo levantaron, el chico a penas podía mantenerse en pie, tenía los ojos algo llorosos pero no osó llorar por la vergüenza.

-Camina -le ordenó el pelirrojo, que parecía ser el cabecilla.

-No puedo...

Sus piernas no podían descruzarse, no podía caminar.

-Si no lo haces... -sacó la espada de Lord Gerald, el padre del chico, la cual había robado durante el secuestro, y lo apuntó con fiereza- Voy a matarte.

Jared bufó, podía hacerlo. Descruzó sus piernas y empezó a caminar.

-Buen chico -Sonrió el hombre.

Pero eso no había acabado ahí, el roce de su roba sobre la parte interna de sus piernas al caminar, al sentir su miembro tan hipersensible... eso era una maldita tortura, sentía cada paso, cada maldito roce.

Y se equivocaba.

-Aa...- volvió a jadear sin dejar de caminar- Aaaa... -y siguió caminando.

El puro roce lo mataba, y tuvo que detenerse un segundo.

El moreno con barba larga que llevaba detrás lo empujó con fuerza hacia delante y él tuvo que hacer una zancada enorme para no volver a caerse.

Lo sabía, sabía que había llegado el momento, empezó a dar saltos en el sitio sintiendo el maldito líquido resbalar desde la punta de su pene. Uno gota, dos tres, cinco, diez...

-No, no, no, no, no... -y no podía pararlo, no podía detenerse- aaaaaaaa... -gimió- mmm... -y no pudo evitar que todo saliera como una catarata, empapando todos sus piernas, todas sus botas, y el suelo bajo él.

Ninguno de los hombres dijo nada, esperaron a que acabara antes de caminar de nuevo.

Maldito fuera su padre, maldito él por haberle hecho caso, malditos todos esos criminales y maldito ese momento en que sintió el alivio más grande del mundo, porque nunca había meado durante tanto tiempo antes, incluso empezando a caminar seguía vaciándose, y sentirse así de mojado era extremadamente desagradable.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 06, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

LORD OMORASHIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora