Título: Almas gemelas
Género: Wincest
NA: Ambientado antes de que Dean vaya al infierno. Siento que he explotado ese tema y lo seguiré haciendo, hay demaciado sentimiento como para dejarlo en un solo fic.
. _. _. _. _.
El mes de diciembre había avanzado con rapidez, siendo el día siguiente navidad. Las calles, casas, locales, cada lugar estaba decorado con guirnaldas, oropel, brillos, árboles de pino, luces parpadeantes y una rítmica tonada de los muchos villancicos que no se cansaban de inventar u adaptar.
Sam a lo largo de sus veinticuatro años había escuchado la absurda frase de "ya huele a navidad", cada diciembre siempre había un soñador con esa frase en la boca, compartiéndola con todo aquel que se le cruzase en el camino, queriendo contagiar su alegría a todos.
Para Sam ningún diciembre ha olido a navidad y mucho menos ese diciembre que solo trae consigo aires de muerte y soledad. Esa será la última navidad que pasé al lado de su hermano, el amor de su vida.
Cada día que pasaba era una cuenta regresiva y Sam no sabe cómo se siente Dean con ese conteo, pero en particular el tiene ganar de gritar, revolcarse en el suelo y llorar por horas, pero se contiene por el bien de su hermano y de su propia salud mental. Llorar no revivirá a los muertos y que lo diga su hermano que lloró hasta quedarse sin lágrimas. Luego decidió quedarse sin alma y eso si que funcionó.
Eran pasadas de las dos de la madrugada y a pesar de haber vuelto de una cacería extenuante, Sam no lograba dormir, había mucho ruido en su cabeza y lo único que puede pensar era que va a perder a su otra mitad.
Los ronquidos de Dean sobrepasan su caos mental, trayéndole de vuelta al ahora, al lado de un cuerpo caliente y un corazón palpitante.
—Oye, Dean —Sam llamó y su voz se perdió entre la cacofonía de ronquidos—. Dean.
Un brusco movimiento al brazo de Dean solamente logró que este se atragantase con su saliva y retomase sus ronquidos.
—Esos ronquidos si que no los extrañare —Sam refunfuñó al costal que tenía al lado.
—¡Dean, se roban tu Impala! —Sam gritó al oído del rubio.
Dean que estaba perdido en su mundo de ronquidos, calidez y sueños de conciertos de rock, escuchó la voz de su amante pronunciando las peores palabras sobre la tierra. De súbito se sentó en la cama, su ritmo cardíaco estaba desbocado poniéndole alerta de forma antinatural.
—Lo hiciste otra vez. ¿Qué hablamos de esto, Sam? —comentó enfurruñado, dejándose caer de espalda de forma descuidada.
—Te llame, pero no me escuchabas —al ver la mueca de terror y luego enfado de Dean, por un momento Sam casi se sintió mal, casi.
—¿Y qué puede ser tan importante para que casi me mandaras al infierno antes de tiempo? —Dean no se escuchó hasta que llegó al final de su discurso, deseó golpearse por ser un idiota insensible—. Lo lamento, sabes que nunca conecto la lengua con el cerebro.
El silencio que siguió fue una tortura para Dean, para Sam la suma de sus sentimientos ahogándole.
—Dime, cariño, por qué me despertaste? —esta vez Dean pronunció con calma y preocupación.
Dean atrajo a Sam hacia sus labios, permitiéndole vivir allí cuanto tiempo quisiese. Un beso, luego dos, la cuenta era absurda porque se besaban sin razón ni cuenta de los minutos o años que pasaba entre el intercambio de sus notas de amor.
—Te necesitaba y no estás para mi —Sam pronunció con la derrota de quien ya ha perdido la batalla.
Dean sabia a que tipo de añoranza se refería Sam, a esa añoranza que picaba y que en unos meses no se podría rascar. A la añoranza del ahora, vivo, caliente, suyo. Necesidad de amor, necesidad de no ser abandonado, de no sufrir, de recibir una respuesta cuando pronuncie un "te amo".
ESTÁS LEYENDO
Semana Wincest
FanfictionComo su nombre lo indica esto es una semana de sabrosura y dolor emocional. Una historia por día, a continuación les dejo la temática (que yo elegí) por día. Día 1: Muerte Día 2: Magia Día 3: Adicciones Día 4: Hanahaki Día 5: Marcas Día 6: Almas ge...