23 de Julio 2013
—Jeon Jungkook, 16 años, paciente de ingreso, pase por favor.—exclamo aquella señorita quien desviaba la mirada para anotar unas cuantas cosas en una tabla que portaba en su mano, llevaba un vestido blanco largo simulando una enfermera de un hospital lujoso de aquellos que, el pequeño Jeon, siempre soñó con visitar.
El adolescente caminaba con pesadez mientras arrastraba una maleta grande con solo cosas de su pertenencia, las necesarias y que aquel orfanato parecía permitirle al chico. El pasillo largo por el que el menor y la señora parecía hacerse aún más grande mientras la espera por aquel final era interminable, las luces parpadeantes con un tono verde y solo alumbraban en camino, las paredes manchadas con tinta de colores como si hubiesen querido rasgarlas y dañarlas al propósito o alguien intentando escapar.
Los ojos de Jungkook estaban rodeados por una fina capa negra de ojeras y que amenazaban por cerrar completamente sus ojos para caer en un sueño profundo, no había dormido desde hace horas, y la única razón por la que se dejaba guiar por la señora era por qué sus padres prometieron buscarlo en cuanto las vacaciones empezaran...faltaba solo un año. Año el cual creía Jungkook aprovecharía para tomar un tiempo lejos de su familia la cual le daba solo problemas.
Este es solo un estudiante de tan solo 14 años que padecía de depresión y psicosis medicada el cual según este creía estar bien, leves ataques de paranoia, ansiedad, alucinaciones, y razón válida por la cual sus padres decidieron mandarlo a ese orfanato.
Sentía sus piernas y manos temblar por alguna razón, pero no de miedo, más su ego lo alentaba a seguir caminando hasta llegar a aquella luz tras la puerta de madera negra que rechinaba junto con el piso del mismo material, la presión en su pecho por la falta de aire en ese lugar se hacía más notable, como si hubiese algo que le impidiera llegar hasta la puerta, un campo magnético donde los polos se repelen. Al llegar a esta, la señorita de edad media, como unos 30 años, abrió la puerta que estaba asegurada con llave, para darle paso al menor quien al segundo tapó sus ojos con sus manos ante la fuerte ráfaga de luz que parecía provenir del otro lado, una recepción algo descuidada para ser un orfanato, enfermeras y hombres que veían con indiferencia a Jeon lo cual quiso no prestar tanta atención ante las miradas penetrantes hacia el que llegaban a causarle miedo y temor, solo era un cuarto vacío con una mesa simulando una recepción y muchas puertas rodeándole como si dieran a algún lado pero la mayoría solo eran pasillos largos pintados de blanco, como si quisieran engañar a alguien de que había salida.
Subió la mirada para tratar de encontrar alguna salida entre esos pasillos pero no se veía mas que un largo fondo sin final, y algo que llamo la atención del pelinegro fue los números pintados con aerosol sobre las puertas de metal con tres candados, números pintados sin cuidado alguno y que parecían ser algo viejos.
—Paciente número 097, acompáñeme por aquí.— exclamó la señorita dirigiéndose hasta Jeon quien solo le dirigió la mirada con extrañeza.
¿Soy el paciente número 097?
¿Que carajos es esto?..Vociferó en su mente con unas ganas inmensas de poder decirlo en alto, más su voz no le permitía hacerlo, como si se hubiese quedado sin voz por completo, y solo se limitó a seguir caminando. Las puertas sonaron con un pitido, como si alguien las hubiese abierto solo para ellos imaginando que aparte de los candados, tenía más seguridad de la que creía.
¿pero por qué tanta seguridad? ¿No es un simple orfanato?
Sus ojitos oscuros y grandes miraban con curiosidad a que número y puerta se dirigirían, parándose frente a él número 000 junto con la señorita que lo acompañaba algo disgustada de hacer su trabajo cotidiano o lo que era darle la bienvenida a pacientes de nuevo ingreso.
¿Tres ceros? ¿Es acaso una combinación? ¿Soy parte de los tres ceros?
La puerta se abrió sin más y la mujer siguió caminando con un adolescente confundido y ansioso ante lo que sería su nueva vida dentro de lo que parecía de todo menos un orfanato normal, el pasillo por el que caminaban después de haber entrado por la puerta 000 era largo, podía jurar que no había un fin, con muchas puertas blancas con candado, parecían ser habitaciones más la única ventana que había con vista hacia dentro, no estaba al alcance de Jeon al estar algo pequeño a comparación de las ventanillas que llegaban hasta arriba, casi al final de la puerta.
—Paciente número 097...
¿Paciente?
—En este lugar los nombres están estrictamente prohibidos, cada experimento tiene un número..
¿Experimento...? ¿Que es esto?
—Están siendo monitoreados las 24hrs del día y tienen horarios estrictos de comida, receso y hora de juego...
¿Por que mi pecho duele? ¿Que hago aquí? ¿Debo correr? ¿Por que no puedo respirar? ¿Tengo miedo? ¿Por que no dejo de temblar?
Su respiración comenzaba a entrecortarse, pasó de una pulsación tranquila a su corazón bombeando a mil por hora, sus manos temblaban y desgarraban la piel de sus brazos sacando hilos de sangre, no podía moverse, se encontraba completamente estático mientras escuchaba a la mujer hablar un sin fin de cosas mientras el volumen de su voz aumentaba y rechinaba por todos sus oídos siendo cada vez más fuerte y molesta, el piso comenzó a temblar, cayó por completo en seco con sus rodillas apoyadas en el piso y sus manos sujetando sus oídos para callar a la espantosa mujer que no dejaba de hablar y retumbar en sus oídos.
Cállate, ¡cállate por favor...para de hablar! ¡¡basta!!
—CÁLLATE DE UNA PUTA VEZ MALDITA PERRA MALNACIDA!— exclamó en un grito ronco y fuerte que retumbó por todo el pasillo, su mirada subió para dejar ver ambos ojos que dejaron de ser de un color marrón oscuro con unos brillos en estos, a unos negros por completo donde solo se notaba frustración, dolor y odio.
Se abalanzó hacia la señora quien soltó un grito desgarrador en cuanto un cuchillo fue a dar directo a su garganta entrando y saliendo una y otra vez siendo guiado por la mano de Jeon quien no se inmutaba para nada ante la escena que el mismo estaba cometiendo. De la boca de la mujer salieron litros de sangre oscura y espesa, los tejidos de su garganta, huesos y aún más sangre comenzaban a hacerse presentes, las manos del adolescente completamente manchadas de sangre junto con su ropa, más fue de poca importancia.
Solo quería acabar con ese maldito ruido y de quien provenía.
No pasaron mas de 3 minutos cuando ya había tres hombres cubiertos por completo de su rostro con trajes negros, sosteniendo los brazos de Jeon quien no dejaba de someter a la mujer a su gusto abriendo su garganta y sacando de esta lo más que podía, tejido muscular, huesos, sangre, disfrutando aquella escena lo más que podía. Tan cegado por la rabia y las alucinaciones que aparecían en cada lugar de el pasillo, evitó que Jeon viese el momento en que fue arrastrado a una habitación completamente blanca sin nada al rededor mas que dos conductos en forma cuadrangular donde apenas y podía caber una persona extremadamente pequeña, siendo tirado con brusquedad dentro de este cuarto encerrándolo con aquellos candados que había visto desde que llegó. En cuanto fue tirado con brusquedad, su cabeza golpeó contra el piso haciendo que en segundos cayera completamente dormido mientras comenzaba a salir sangre de su cabeza, más no supo nada más de si mismo.
La noche 1 está por comenzar...
—————
ESTÁS LEYENDO
PARANOIA ! - Kookv
Mystery / Thriller"Después de esto seremos felices Taetae..." Ambos coinciden en un hospital psiquiátrico donde se hacen experimentos humanos y ocurren las más siniestras y grotescas humillaciones y torturas al ser humano, ambos creen que viven una vida color de rosa...