ꮼ ࣪ 𝅄ㅤlate night comfortㅤ♥︎ㅤluckity

⟡ ˖ ⊹ㅤlate night comfortㅤ!

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luzu soñaba con él.

soñaba con cada cosa que amaba de él, sus sonrisas, su piel, sus abrazos cálidos y sus adorables besos,  todos solamente para él. tenía en su mente plasmada eternamente la imagen del rostro de su amado, era algo que nunca podría olvidar, sus facciones estarían por siempre grabadas en su cerebro y hasta el día de su muerte sería capaz de pensar en su belleza.
su esposo era el chico de sus sueños, el más hermoso y el más increíble que alguna vez podría haber conocido; cuando la gente del pueblo le decía que era muy afortunado por haber ganado su corazón, él sabía que decían la verdad, porque quackity era simplemente perfecto y nadie era capaz de negarlo. amaba todo lo que hacía, siempre alegre, era exactamente lo que alguna vez había necesitado para iluminar sus días pintados de gris.

se había enamorado de él un día de verano, cuando el sol brillaba y había mil aventuras por realizar, quackity había decidido permanecer con él la mayor parte de ese tiempo, y ahí es cuando cayó por él. había un espacio en su corazón y quackity encajaba perfectamente en él, él solía pensar que el destino una vez más había hecho de las suyas y había facilitado la unión de dos almas gemelas que siempre estuvieron dispuestas a ser.
existían días en los que sentía que quizá no era suficiente para un corazón tan grande como el de quackity, que quizá era demasiado a comparación de él, quien era mucho más simple y apagado, pero la manera en que quackity lo abrazaba e insistía en pasar sus atardeceres sólo junto a él lo llevaban a pensar otra cosa.

en los mejores sueños, quackity estaba en ellos, y siempre le decía que todo estaría bien, que él estaría a su lado cuando abriera los ojos y mirara, que no se preocupara porque él jamás se iba a alejar. aún así, no podía evitar mirar cada que despertaba en mitad de la noche, solamente para comprobar si de verdad estaba ahí, profundamente dormido junto a él.
luzu no decía nada de eso, y quackity tampoco preguntaba, pero sabían a la perfección de esa costumbre que tenía el mayor por despertar en horas al azar de la madrugada, perturbado por el insomnio.

luzu no tenía la menor idea de en qué momento de su vida se había originado el insomnio, principalmente porque no recordaba nada antes de llegar al pueblo de karmaland, pero tampoco se esforzaba excepcionalmente en encontrarle una razón de ser, de todas formas tendría que vivir con eso.
afuera de la casa que compartían podía escuchar la manera en que el viento corría muy suavemente y con ello mecía las hojas de los árboles, también podía escuchar el crujir de las ramas y el movimiento de los animales nocturnos que se movían a través del bosque.

y lo relajaba, de verdad que lo hacía, pero más lo podría relajar un cigarrillo.

“es sólo uno, cariño”, había dicho luzu unos meses atrás, buscando convencer a su esposo de que le regresara su cajetilla de cigarros. se avergonzó de que quackity descubriera su adicción por fumar, pero no estaba del todo dispuesto a abandonarlo, ni siquiera por petición de la persona que más amaba y que sabia que velaba por su bien tanto como él lo hacía por el suyo.
“y pronto serán sólo diez”, repuso quackity, mirándolo con una ligera pizca de decepción que pinchó el corazón de luzu como una daga. sabía que decía la verdad, pero no podía despegarse de un hábito que estaba con él desde que era consciente en ese pueblo, y que seguramente lo acompañaba desde mucho antes.