Capítulo 19 Te quedaras solo

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Al despertar, Sander estaba prendido en fiebre, la herida que tenía en la pierna estaba infectada, su cuerpo estaba deshidratado, mientras que el hambre empezaba a atormentarlo haciéndolo sentir que caía en un abismo en el cual se desvanecía rápidamente.

- ¿Ya as despertado mi pequeño forestal?

El pobre chico se reincorporó de un brinco al escuchar esa voz sínica a su lado, hay estaba aquel hombre, sentado a su lado, simplemente viéndolo con sus ojos exageradamente abiertos, rojos, fijos en él, con las moscas zumbando a sus espaldas sobre aquel cadáver en descomposición. Mientras el hombre hacia un ademán con la mano para que se acercara.

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Yo no quería hacerlo, no quería acercarme a él, pero la rabia que centellaban sus ojos me daba una advertencia de lo que podría pasar si no me acercaba, mis piernas se mezclaron con el polvo cuando empecé a arrastrarme con mis brazos temblorosos hacia donde estaba, para que tomara mi cabeza con imposición apretando mis pómulos mientras la recostaba sobre su regazo acariciándome con sus ásperas manos.

Él olía a muerte

Una especie de canción de cuna salía de su garganta como un leve tarareo mientras acariciaba mi cabello enredado con extrema delicadeza.

- Tienes los ojos como una noche sin luna, parecen caramelos.

¿Por qué? ¿Por qué se comportaba así?, ¿qué estaba pasando? ¿Acaso planeaba sacarme los ojos? ¿Creerá que mis ojos son una especie de dulces? ¿Me matara para sacarme los ojos? ¡¿o me los sacara mientras aún vivo!?

Su vientre empezó a moverse con una risa ahogada mientras aún acariciaba mis cabellos, pasando por mis mejillas y mis hombros.

- ¿Cómo terminaste aquí mi pequeño?

Sander se mantuvo callado por unos instantes

- Si no quieres decirme está bien lo entiendo

¿Por qué se estaba comportando así tan de repente? ¿Estaba jugando conmigo? Vi como una placa destello desde su cuello, era una chapa que colgaba de una cadena aparentemente de plata con solo una palabra escrita, LUZBEL, la tomo y se la puso entre sus dientes, "es mi nombre" y me dio un beso en la frente al terminar de hablar. Era extraño, muy extraño, pero necesitaba un poco de calor, él era reconfortante, y me gustaba su cariño.

**Luzbel**

La luz de la luna se filtra a través de las copas de los árboles acariciando el cuerpo de mi pequeño, despertó poco antes de que callera el sol y ahora volvía a dormir, solo que ahora estaba tranquilo, sereno. Me dedico a observarlo, se ve hermoso, frágil e indefenso.

Veo sus labios que me traen loco y de los cuales me encanta arrancar gritos de dolor y muy pronto gemidos de placer, quiero que él sienta el mismo placer que yo; sonrió al pensar en el momento en el que lo conocí, sus ojos eran una mezcla de odio, ira y deseo, deseos de una esperanza, realmente me fue muy difícil contenerme para no matarlo, pero ha valido la pena, nadie en el mundo me a dando tanto placer con sus gritos como me los da él.

La noche va pasando y yo solo podía contemplarlo, su rostro se vuelve más visible con la luz de las plantas fulgurantes, no solo puedo apreciar su respiración tranquila, sino también su rostro apacible de mi pequeño.

**Sander**

No sé cuánto tiempo pasa desde que las caricias se detuvieron, pero logro sentirme mucho más calmado estando entre sus brazos, me giro en su regazo para estar más cómodo, y a punto estuve de poner el grito en el cielo cuando veo una figura frente a mí.

El loco de los mil mundos (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora