Capítulo V -. Bajo el árbol

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Ya habían pasado algunos días desde que Shisui y Deidara se habían puesto de acuerdo para darle un poco más oportunidad a Shisui para conquistar a Itachi, e Itachi seguía recibiendo cartas que lo hacían soñar con aquel ser que se atreve a enviar todo el amor que siente en tan sólo algunas letras que parecían escritas no sólo con el alma, sino que con el corazón y cualquier cosa que sea de su propiedad.

—Estoy definitivamente enamorado... No es una chica que saldría corriendo si yo le dijera cualquier cosa y no creo que se vaya a alejar de mí. Su sinceridad... me vuelve loco... —cubría su rostro carmesí mientras estaba sentado junto a Deidara en un parque.

—Oh, Uchiha. Algún día va a confesarse, algún día estará en tus brazos y ambos serán muy felices.

—Eso espero... ¡Lo o la deseo como no tienes idea!

—¿Ves que pudiste? Y más encima como querías que pasara. No sé muy bien de esas cosas pero algo de lo que estoy seguro es que las cartas románticas vienen incluidas.

—Sí... lo sé... ¡Hasta podría besarte de la emoción!

—¿Y qué te lo impide? —le sonrió con malicia y levantó su rostro para que lo mirase.

—El querer que sea el amor de mi vida quien robe mi primer beso.

—¿Y no sabes quién podría ser quién te envía las cartas que tanto adoras? —le preguntó curioso.

—No, en realidad no tengo ni idea. Podría ser cualquiera.

—¿Qué tal Shisui?

—¿Shisui?

—El mismo. —le dijo con simpleza —. Se ve que es un buen candidato ¿Lo aceptarías si fuera él?

—Sí. Me tiene tan ilusionado que no me importa quién sea.

—Ya veo. —le sonrió.

En ese momento, Itachi recibió un mensaje de un número desconocido, que lo citaba a un lugar conocido.

—Dice que... sabe de las cartas que se me envían casi todos los días y que es el autor. —dijo sorprendido —. Quiere verme de frente para decirme lo que siente por mí.

Deidara abrió los ojos de gran manera, él sabía a la perfección quién era el autor pero no esperaba que sin confirmar si gustaba de esa persona o no se lanzara a decirle todo. —¡Felicidades! ¿Quieres que te deje solo o te cuido de lejos?

—Cuídame de lejos, no sé quién sea o si sea cierto.

—Bien, ¿A qué hora y dónde te citó?

—Bajo el gran árbol, a las 7:00pm.

—Eligió un lugar muy especial y romántico... En fin, tu alma gemela. —sonrió divertido.

—Sí. —enrrojeció ligeramente.

...

—Entonces, tú te escondes allá y si te hago esta señal vienes "casualmente" si las cosas salen mal ¿Okay? —Itachi y Deidara planeaban cerca del lugar.

—Okay.

Itachi caminó con lentitud hacia el gran árbol buscando una silueta, más exactamente a su ser amado.

—¿Hay alguien ahí? —dijo mientras rodeaba el enorme tronco de madera. Buscaba con ansiedad hasta que encontró a alguien misterioso de sudadera, cubriendo por completo su rostro.

Por su forma de cuerpo, supuso que era un hombre alto; por sus cartas, un loco de amor.

—Huh... ¿Hola?

—Itachi... —la voz se le hizo conocida, pero dudaba bastante sobre si era... —. Yo... Bueno, ya sabes para qué es que te cité, ¿No? —dijo nervioso. Bajó su gorra, mostrando su rostro teñido de rojo, mirando fija y avergonzadamente al azabache menor.

—S-sí... —no podía más, sentía que iba a desmayarse si seguía viendo a Shisui frente a sus ojos.

—¿Cómo debería empezar con ésto? —rascó su nuca aún más tenso —. Llevo... mucho tiempo enamorado de ti, Itachi. Perdón si tuviste que enterarte hasta ahora. Se me ocurrió la idea de las cartas para... que tengas una idea... ¿Recuerdas que dije que no me gustaba que hubiera existido ese rumor sobre ti? No me gustaba porque... yo no podía confesarme si eso estaba. Tú creerías que es sólo por eso y no me gustaba, odiaba que eso estuviese ahí. —tomó las manos temblorosas de su acompañante con dulzura y posó sus labios sobre ellas —. Te amo, como no tienes idea...

—... —estaba sin habla, su mirada se conectaba con la de Shisui. Se concentraba en no besarlo con todas sus ganas, se aguantaba el no quedar enternecido con sus palabras, pero más de besarlo...

—No tienes que corresponder si no quieres, no estás obligado y podemos seguir como sie- —Itachi no se contuvo y se lanzó a él juntando a ambos labios vehementemente. La respuesta de Shisui fue rodear sus caderas con sus brazos acercándolo aún más hacia él —. ¿Esto significa que...

—Que también te amo. Demasiado. —dijo acurrucándose en su pecho.

—Quiero... ser tu novio... ¿Será que tus sentimientos también corresponden de esa manera...? —preguntó rojo hasta las orejas.

—¿Qué es lo que crees tú? —respondió entre lágrimas de inevitable felicidad. Más que sólo conocer al autor de las palabras que impregnaban en su corazón sacando el aire con suspiros enamorados, había encontrado al amor, era alguien que conocía bien y eso lo tranquilizaba mucho, ya que en el fondo, no quería estar con un desconocido por más lindas que sean sus palabras —. También te adoro y claro que quiero. —le sonrió.

Deidara observaba de lejos con sorpresa, no esperaba que terminaría así.

Tal vez no quería que Itachi consiguiera pareja, sólo le llenaba de ilusión que haya acudido a su ayuda antes que a la de nadie.

Esperaba a que terminara mal, y se atrevería a decir que lo deseaba en cierto sentido.

Las lágrimas empezaron a derramar de sus ojos. Con buscarle pareja a Itachi estaba muy feliz, pero no había pensado en qué pasaría con él cuando todo eso terminara. Mentiría si dijera que aún se sentía supremamente inferior a Shisui, a pesar de haberle ayudado para conquistarlo, solamente para tirar su propósito inconsientemente.

Los enamorados ojos de Itachi se cegaron nuevamente, dejando de lado a su mejor amigo. De nuevo lo abandonó por irse Shisui.

Sólo vió cómo ambos iban tomados de la mano, alejándose.

Le dolía lo que no creía que debería.

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