Parte única

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"Los domingos, cuando no puedo responder mensajes ni llamadas. No estoy de humor para nada".

Jungkook se encontraba acostado en su cama, con un brazo sobre sus ojos. Su teléfono sonaba cada tanto, los mismos sonidos de las mismas notificaciones de siempre, no tenía intenciones de atender a ninguna de ellas y mucho menos de responder los mensajes de sus amigos o su familia, solo quería quedarse en casa; en esa solitaria y fría casa.

"En momentos me doy cuenta de que estoy cansado de eso, y ahora me encuentro un poco indefenso".

No siempre había sido así, o al menos desde hace unos tres años atrás, cuando cierta persona había entrado a su vida, rescatándolo de su miseria. Pero toda la alegría, calor, color y luz que había en ella se habían ido junto con el amor de su vida hace unos cuantos meses.

Dios, el castaño extrañaba a su Jimin, extrañaba sus citas de domingo, cuando ninguno tenía escuela o trabajo, esos días eran completamente suyos. Una sonrisa se extendió por su rostro al recordar las veces en que sus citas solo eran estar en cama abrazados, viendo películas o durmiendo.

La risa de Jimin resonó en sus oídos, al igual que su voz, su dulce sonrisa de ojos llegó a su mente, fue solo cuestión de tiempo para que una lágrima recorriera su mejilla. Estaba siendo dependiente, lo sabía, pero él lo había rescatado de la oscuridad hace mucho tiempo, había logrado iluminar su camino. Lo extrañaba como loco.

"Pero todavía siento que podría ser capaz de salvar a alguien... Porque escucho tu voz".

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el constante sonido de una llamada entrante. Un sonido que él reconocía perfectamente.

Saltando en su lugar tomó apresuradamente su teléfono, el cual estaba sobre la mesita de noche. La misma sonrisa que tenía anteriormente cruzó su rostro una vez más mientras veía el nombre en el identificador de llamadas "mochi", llenando sus pulmones de aire, finalmente contestó.

-Mi mochi. -Su voz no podía sonar más emocionada.

- ¡Hola, cariño! -Saludó Jimin del otro lado de la línea.

"En medio de todo este ruido el tiempo se detiene, estamos conectados por un sonido en común".

Jungkook solo atinó a suspirar, mientras se deleitaba con la voz de su novio.

- ¿Cómo estás, mi cielo? -Preguntó recostándose sobre las almohadas.

-Mejor ahora que estoy hablando contigo, ¿Cómo te encuentras tú?, ¿Ya comiste? -Su voz, su jodida voz, era música para sus oídos.

-Me alegra oír eso bebé, estoy bien, pero aún no he comido, no tengo hambre. -No era mentira, desde que su novio había partido a penas comía.

-Kookie, tienes que comer, recuerda que prometiste cuidarte mientras yo no estuviera para hacerlo. -Le reprochó Jimin.

"Cuando cierro mis ojos, veo tu luz en la oscuridad".

-Lo sé cariño, es solo que no tengo hambre en este momento. -Atinó a escuchar un sonido disconforme del otro lado.

-No me convence, ¿Y sabes por qué? -Su novio sonaba molesto.

- ¿Por qué?

-Porque Tae me ha dicho que comes muy poco o simplemente no comes. -Oh, eso.

- ¿Quién lo diría?, Taehyung resultó ser un soplón. -Dejó salir una risa.

-Jeon. -Jimin no tenía que decir nada más.

"Ilumina el camino para mí, sigamos caminando hacia adelante, tú y yo".

-Okay, okay, no diré nada respecto a Tae. -Jimin soltó un suspiro.

Lights |Kookmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora