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Al despertarse todo comenzó normal. El desayuno, lavarse los dientes, vestirse y despedirse de William para luego dirigirse hacia la universidad.

Al llegar a su universidad, entró en la clase que le tocaba y tomó asiento. Atendió a la profesora durante su hora para luego levantarse e ir hacia la próxima. Cuando acabaron las clases decidió irse a casa para preparar la comida ya que hoy William llegaría tarde y él tenía que entrar a trabajar temprano.

Justo cuando salía se encontró con una cabellera rubia que entraba al edificio.

-¡Hola!

La saludó.

-¡Hughie!¡Hola!

Respondió Annie.

-¿Esta es tu universidad?

-Bueno, sí, mía no es pero estudio aquí.

Annie se rió por el pequeño chiste y asintió.

-Acabo de terminar las clases de hoy, justo me iba hacia casa.

-Oh vaya, entonces vuelvo a molestarte.

-¡No!¡No!¡Para nada!

Hughie se rió amablemente para dejarle en claro que no le molestaba encontrarse con ella.

-¿Y tú qué haces por aquí?

-Bueno, resulta que me tienen que dar una charla de la policía en esta universidad y me toca venir.

-Ah, no sabía que daban charlas aquí.

-Sí, es como una pequeña clase de teoría sobre infracciones y todo eso.

-Oh, interesante.

-Ya.

Annie se rió porque realmente de interesante no tenía nada.

-Por cierto, ¿sabes dónde se encuentra la biblioteca?

-Ah sí, te acompaño si quieres.

-Oh, no hace falta Hughie.

-No me molesta, ¡en serio! Ya es una costumbre al parecer.

Annie se rió y asintió mientras Hughie daba la vuelta y así poder dirigirla hacia la biblioteca.

Cuando llegaron, había un hombre de pelo rubio que parecía esperar a alguien en la puerta de la biblioteca.
Ella se paró unos metros antes.

-Bueno, ese de ahí es mi jefe, me está esperando. Gracias por guiarme.

Hughie asintió y sonrió.

-Nada. Aquí siempre para servir.

Antes de despedirse Annie volvió a llamar su atención.

-¿Me darías tu numero de teléfono?

Hughie se quedó paralizado por un momento y pensó en su novio.

-Solo es para quedar, en plan amigos. No conozco a gente por aquí y me gustaría alguien que me enseñara la ciudad. Mi jefe no cuenta como opción la verdad.

Comentó la chica amablemente.

-Ah sí, claro. Pues soy ideal para mostrarte la ciudad porque me crié aquí.

Hughie aceptó el teléfono de Annie para escribir su número en él y cuando acabó, le entregó el teléfono a su nueva conocida.

-Muchas gracias Hughie. Ya te escribiré cuando tenga libre.

-No hay de qué. Un placer, Annie.

Se despidieron ambos y Hughie, ahora sí, se marchó hacia su casa.

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