Parte 1

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*POV Taeyeon*

Tengo que admitir que se me fue de las manos. Había bebido de más y sentía el nudo en la garganta más apretado que nunca. La fiesta tras el debut, la euforia de la primera actuación sobre el escenario. Todo me recordaba a ella.

Hacía poco menos de medio año de mi ruptura con Tiffany, pero todos aquellos recuerdos seguían doliendo como el primer día. La herida abierta que sentía en el corazón seguía ahí, sin forma de cerrarla, únicamente de ignorarla.

Observé desde mi silla a las chicas bailando, gritando de emoción tras el debut. Sonreí de lado cuando Hyoyeon me guiñó un ojo desde el otro lado de la sala y la vi acercarse a mí, sabiendo el tipo de conversación que venía a continuación.

-¿Por qué no te relajas un poco? -se quejó la pelirosa- Déjate llevar, baila un poco conmigo, por los viejos tiempos.

-Hyo...

-Estás muy tensa, se ha notado muchísimo en el escenario...

-No digas eso -chasqueé la lengua desviando la mirada de nuevo al centro de la sala, donde fijé la mirada en Seulgi y Wendy, que bailaban demasiado cerca con las miradas clavadas en los ojos de la otra; como si estuvieran solas en la habitación, como si el resto de personas no existieran para ellas.

-Tú sabrás, ya ha pasado más de medio año desde que se fue.

Giré la cabeza para mirarle directamente con los labios entreabiertos para luego fruncirlos.

-Es simplemente... No sé, recuerdos de antiguos debuts, ella estaba en todos.

-Tienes que encontrar a alguien y desahogarte, y no me refiero a llorar, para eso ya me tienes a mí.

Rodé los ojos dando el último sorbo a mi cubata, dejándolo sobre la barra. No iba a mentir, al menos no en mi cabeza. Llevaba mucho tiempo sin que nadie me tocara, sin el calor de alguien en mi cama y sin la adrenalina del sexo, de los primeros besos, de las primeras caricias. Con Tiffany siempre había sido todo muy íntimo, muy bonito; pero algo dentro de mí echaba de menos los revolcones con desconocidos, los polvos de una noche, la brusquedad, el no temer ser juzgada. La diversión.

Cogí aire sintiendo algo en mi bajo vientre arder y me crucé de piernas cuando la música cambió y Hyoyeon lanzó un grito al aire al reconocer una de sus canciones, corriendo al centro de la pista donde Bo Ah le esperaba gritando las primeras líneas.

Recorrí la sala con la mirada y me mordí el interior de la mejilla antes de escabullirme entre la gente. Me alejé de la multitud y empujé la puerta del baño, sin sonido alguno debido a la fuerte música, pero mi cerebro omitió el ruido cuando un gemido sonó por encima de él y me quedé pegada a la puerta cuando esta se cerró detrás de mí.

Frente a mí Seulgi devoraba los labios de Wendy, apoyadas en el lavabo. Bajé la mirada para ver la mano de Seulgi por dentro de la falda de la canadiense y abrí la boca para coger aire. No me sorprendí, la tensión entre aquellas dos era visible desde el primer día de ensayos, pero en aquellos momentos mi cuerpo pedía ser una de ellas, ser tocada y besada de esa forma.

Estaba absorta en la escena cuando Wendy abrió los ojos y se clavaron en los míos. No gritó, no se movió; besó el cuello de la coreana en silencio y enredó los dedos en su peinado ya a medio deshacer.

-Unnie... -gimió Wendy alejándose de ella, mirándome; iba igual de borracha que yo- Perdón.

No era una disculpa real, o no la sentí así. Su voz sonaba tan cargada de deseo que me sacudió una ola de calor y sentí las piernas temblar. Seulgi se giró sorprendida y respirando con dificultad separó los labios, mirando a la canadiense y luego a mí de nuevo, arreglándose la falda.

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