SUBORDINATE ©

Capítulo 32

Capítulo 33

~Capítulo final

Luego de una semana, ya estábamos listos para partir a Miami y ser feliz allí, Harry había sanado y eso era lo que necesitábamos para poder tomar un avión.

Nos encontrábamos empacando lo poco que nos llevaríamos ya que habíamos hecho un desastre con todo, en especial yo, que había desempacando cantidades de mis pertenencias y ahora me tocaba volverlas a organizar en su sitio.

—¡Harry date prisa!, ¡el avión partirá en dos horas! —vociferé al señor Harry que había tomado los últimos minutos para ducharse.

—¡Ya salgo, chiquilla!

Suspiré.

—Habrá que dejarlo —musitó Adela en voz alta para que el escuchara.

—¡Dije que ya salgo, bestia! —desgañitó Harry, casi matándose en la ducha, ya que escuchamos todo lo que dejó caer por salir apurado del baño.

Sabía perfectamente que Adela no bromeaba nunca.

—¡Ya verás lo que te haré cuando salgas, mecha corta!

Entonces eso último que pronunció Adela me provocó una oleada de risas incontrolables.

Adela se dispuso aparcar el auto hasta que Harry terminara de ducharse, y por mi parte, saqué las maletas afuera.

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Una vez en el avión, Adela estaba en silencio y mirando cómo nos alejábamos de República Dominicana, de su tierra natal, y sabía perfectamente que eso le daba una gran melancolía, y yo también sentía tristeza al saber que me estaba alejando de mi tierra, de mi gente y de mi cultura para siempre, pero también entendía que era el país en el que había sufrido demasiado, el país en el que me vi totalmente sola sin ningún familiar que me quisiese a su lado y creo que es el mejor de los comienzos, alejarme de República Dominicana y olvidarme para siempre que alguna vez fui de allí.

Empezaría una nueva vida con las personas que independientemente de cómo y para qué llegaron a mi vida,  amaba demasiado y ya eran mi familia.

Harry, el primer hombre que me hizo sentir sentimientos de amor a pesar de que no podía hacerlo, el que nadó contracorriente sin importar lo que sucediera al final, aquel que no se rindió al amor que sintió por alguien que alguna vez fue imposible para él, solo una vez, porque me volví ese “imposible” que lo tenía tachado en el corazón. Lo tenía conmigo, no murió, estábamos juntos, huímos juntos.

Adela, la chica más lista que he conocido jamás, aquella que no se dejó asesinar por un desquiciado sin alma, que fue astuta y siguió al pie de la letra con sus reglas, salvaguardándo a su colega y haciendo que en el momento en que murió el villano, podamos nosotros volver a renacer como se debió desde un principio.

Le eché un vistazo rápido y se había quedado dormida, Harry estaba mirándome mientras yo pensaba un sinfín de cosas, me sostuvo de la mano y me dedicó una sonrisa genuina.

—Concédeme este momento—, me dijo, desdoblando unos papeles.

Asentí.

Comenzó a leer

•Mi amor por ti:

El amor que te tengo va más allá de lo que puedes imaginarte, va más allá de lo piensas y de lo que idealizas.

Jamás vas a comprender este amor, porque no pertenece a este mundo, no pertenece a ninguna patología, no pertence a algo que fue creado aquí, ni muchos pertenece a ninguna área de las secciones académicas.

Te amo con la fuerza del viento y con la voluntad del sol.
Te amo como ya no se ama, te amo para cuidarte siempre, para morir a causa de tu amor... Te amo de la manera en las que todos creen que estoy loco, y no me molesta que todos piensen que perdí la cabeza, porque realmente la perdí el día en que te conocí.  Yo sé lo que siento, yo sé el bombardeo que se transforma en mi pecho cada vez que presiento tan siquiera el aroma que sueles utilizar.

No miento, no exagero, hablo enserio cuando digo que te amo como ya no se ama, porque te amo como para tenerte una vida entera, a sabiendas de que eso puede costarme muy caro.

•Como una estrella:

Ahora puedo ir corriendo detrás de ti y gritarte que te amo inconcientemente, que te vi y simplemente mi corazón latió tres veces seguidas y se detuvo en ese instante, aunque luego siguió latiendo.

El amor es ciego, eso es cierto, pero te juro que el que siento por ti tiene los ojos bien abiertos. Cuánto quisiera ver las constelaciones junto a ti, decirte al oído que eres como una estrella; brillante, inalcanzable y bella.

Pero supongo que hay veces que se quiere algo y es imposible tenerlo, como por ejemplo, todos quieren una estrella a sabiendas que no la obtendran, pero yo, yo te quiero a ti, quiero arriesgarme y subir al espacio aunque sé que puedo morir en el intento...

Y al terminar de escuchar esos hermosos poemas, lo abracé fuertemente, lo besé y no pude evitar que se me cayera una lágrima...

Pero esta vez fue de felicidad.