Capitulo ²³

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El ambiente era tenso, el silencio había invadido la habitación y la obscuridad de la noche no ayudaba en ello, nadie quería hablar sin embargo sabían que era importante ceder. Las cintas blancas seguían firmes en su deber y el agarre no cedía.

-Preguntaré ésto sólo una vez más, ¿Qué, sucede, aquí?- replicó con voz firme al no obtener respuesta alguna.

Pero la situación no fue muy diferente luego de sus palabras. Debían de dar una respuesta, fuera quien fuera, sin embargo nadie lo hacía; Kirishima quería hablar y explicar todo lo que sus ojos habían presenciado para que su sensei hiciera algo al respecto, pero simplemente las palabras no le salían, su boca no lograba formular ni una sílaba por más que abría y cerraba su boca como un pez, probablemente debido al dolor que sentía de ver al rubio que tenía entre brazos en este estado; Midoriya, era simplemente obvio que no iba a hablar en su propia contra, es algo lógico; Todoroki, no lograba procesar todo lo que sucedía, a su punto de retrospectiva todo estaba pasando demasiado rápido; y por último Bakugou, su mente sólo podía maquinar en matar al zorro que tenía en frente suyo.

El ceño del azabache se frunció al no tener respuesta, sus labios comenzaron a arrugarse previos a soltar una nueva repetición, pero no fue necesario debido a que alguien interrumpió en el proceso.

-Lo que sucede, ¡Es que esta maldita escoria estaba violando al cargador andante de una forma cruel, lo estaba haciendo llorar y le hizo sangrar, y Kirishima y yo lo estábamos impidiendo!- habló finalmente el cenizo, con furia cargada en sus palabras.

No podía dudarlo mucho, las pruebas eran irreputables, jamás en su tiempo como profesor le había pasado algo similar. Sin esperar más tiempo, porque debía de actuar y decidir rápido se dirigió a sus alumnos.

-Kirishima, tú quédate aquí y protege a Kaminari. Todoroki, a tu habitación. Midoriya, Bakugou, siganme- indicó comenzando a caminar.

-Pero, Aizawa-sensei- reprochó el heterocromático.

-Sin peros. A tu habitación, Todoroki- el menor hubiera querido decir algo más, pero tenía razón estando ahí no haría nada más que estorbar.

Así que sin remedio, se fue en dirección a su habitación, sabiendo lo que en realidad quería su profesor, aunque dudaba mucho poder dormir después de todo. Estando en la puerta, el azabache se giró mirando al pelirrojo.

-No te muevas, hasta que regrese. Iré a buscar a Recover Girl- indicó.

Transportó a los otros dos por los pasillos, sin mucha luz de por medio. Pero como era de esperarse no se iban a poder quedar callados, bueno no al menos uno, que no pudo mantener su silencio al ver que no se estaban dirigiendo a la dirección.

-¡¿Por qué demonios no estamos dirigiéndonos a la dirección?! ¡Tienen que hacer algo con el maldito de Deku y ayudar al jodido Pikachu! ¿Cómo puede ser que no vallan a resolver nada?- exigió enojado el de orbes rubis.

El mayor suspiró con pesadez, a veces olvidaba lo que era lidiar con problemas tan graves y que la gente no ayudara llegando a parecer una cabeza dura. Pero por algo había tomado esa desición, si bien no vió la sangre que había mencionado su alumno, tampoco vió nada que comprobara que estaba mintiendo, así que tenía que ver primero que todos los hechos concordaran y esperar a que la cabeza se les enfriara pues así no podría escuchar nada sin gritos de por medio, tenía más alumnos que intentaban dormir y no quería que se despertarán a causa de los gritos pues el problema se haría más grande, además tampoco podía ir en ese instante con el director Nezu o hacer una junta para decidir respecto a Midoriya y por último, pero no menos importancia, debía de atender a su alumno que no se encontraba en las mejores condiciones. Lo primordial, era asegurar a Bakugou y Midoriya, posteriormente atender a Kaminari.

Mi Presa, Mi Conejito, MI DenkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora