CAPITULO UNICO

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Extraño, así se sentía el castaño estando sentado junto a su novia de toda la vida, ya no era lo mismo, ya no sentía su corazón latir rápidamente cuando estaba cerca de ella y tampoco sentía la calidez en su pecho cuando la tenía entre sus brazos.

Se preguntó, "¿Cuándo habían cambiado las cosas?" hace apenas unos meses reían como siempre y se dedicaban miradas apasionadas, sin embargo, algo había cambiado...

Acaso, ¿La había dejado de amar?

No, imposible, aquello no podía ser, pero entonces, ¿Por qué ya no se sentía con la misma alegría estando con ella?

¿La relación se había vuelto monótona y aburrida? O quizás fue por sus trabajos tan diferentes pero relacionados entre sí. Hay que admitir que, aunque han pasado algunas semanas alejados uno del otro, esto debido a los proyectos y metas que tenía cada uno, seguían siendo tan unidos como siempre, tenían la libertad de hacer lo que mas conveniente les pareciera para su vida profesional, eso sí, sin faltar a su relación pues para ambos era sumamente importante el lazo que tenían.

La miro y aprecio a la hermosa mujer que estaba a su lado riendo por alguna cosa graciosa en lo que estaban viendo, él no estaba poniendo atención a lo que pasaba en la pantalla, estaba más enfocado en descubrir que pasaba con sus sentimientos, enlazo sus manos y observó como encajaban entre ellas, se sentía cómodo, pero aún existía ese vacío en su interior.

Beso su mejilla de pronto y ella sorprendida lo miro y le sonrió como solo ella sabe hacerlo. "Amor", eso fue lo que vio en sus ojos cafés, siempre le habían cautivado por la luz que desprendían.

—¿Qué pasa cariño? —espero pacientemente su respuesta mientras la luz de la televisión creaba un juego de sombras en su rostro

—Nada, solo quería besarte— sonrió tiernamente y acaricio su mejilla quitando un mechón de su cabello y acomodándolo detrás de su oreja

—Oh pues vale, venga, bésame— se acercó a él lentamente y paso sus manos detrás de su cuello

le sonrió un poco más y la beso lentamente, sintió como ella acariciaba el cabello de su nuca

Se sintió morir cuando descubrió que los besos ya no le sabían igual que antes, ahora era como si besara a una desconocida, se separó despacio de ella y beso su frente, dejo que se recargara en su pecho y volvieron su atención a la pantalla.

Oh, bueno quien presto atención realmente fue ella porque la mente de él era un caos, aunque solo había una pregunta en su mente

¿Por qué?

Por más que pensó y le dio vueltas al asunto no podía encontrar la el motivo de lo que sentía, ella era la mujer ideal para él, hermosa, inteligente, siempre lo apoyaba en sus proyectos, así como él hacía lo propio con los de ella, atenta y muy cariñosa, cualquier persona estaría encantada de tener su lugar, además de que su relación era muy estable, no tenían peleas y cuando no coincidían en algo lo hablaban y llegaban a un acuerdo, además existía ese vinculo invisible que con el paso de los años se había vuelto extremadamente fuerte y estrecho.

Sumergido en sus pensamientos se encontró a sí mismo en la cama que compartían, dejo que se abrazara a él entre sueños y paso su mano por su sedoso cabello castaño oscuro.

Fue en la madrugada cuando el sueño y el cansancio lo vencieron y se adentró en un mundo de sueños inexactos de los cuales no recordaba nada cuando despertó a la mañana siguiente.

Su rutina fue la misma, se ducho, arreglo su cabello y su barba, desayuno con ella y luego la fue a dejar a su trabajo, después, cuando regreso a casa reviso sus recordatorios.

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