Capítulo único: La hoguera.

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—¿Hemos llegado ya?— el moreno se encontraba jugando con el asiento de alante, dándole pataditas haciendo que este, y el que iba sentado en él se tambalearan levemente.

—Creo que iríamos más rápido si dejaras de empujar mi asiento— reclamó el conductor del vehículo.

—¿De veras?— detuvo sus acciones mirando al adulto a través del retrovisor.

—¡Pero no ves que es broma, cabeza buque!— regaña el albino que iba sentado al lado de su amigo.

—¡Killua, estás despierto!

—Me has despertado con tu barullo.

—Oh... Lo siento...

—N-no te preocupes, no me molesta ni nada.

—Pero si acabas de quejarte de ello— irrumpe Ging harto de el comportamiento de ambos— si te quejas por qué reclamas, idiota.

—¡Papá no lo insultes!— exclama nuevamente Gon.

—Aww perdóname por decirle la verdad a tu novio.

—¡No estamos saliendo viejo pocho!— dice el otro completamente avergonzado. La verdad es que Gon le gustaba, mucho y de hace mucho pero desde que el padre de su amado decidió pasar más tiempo junto a su hijo no ha tenido muchos más momentos a solas pues siempre estaba aquel tío canoso acechando.

—Vieja tu madre— defiende Ging.

—Qué infantil suenas haciendo esos chistes.

Eso lo sorprendió un poco, pero no demostró su asombro.

—¡Ya hemos llegado!— dice Gon pegándose a la ventana.

—Más cuidado chaval, este carro funciona de maravilla pero es muy frágil— regaña el más mayor.

Efectivamente habían llegado a un bosque muy muy alejado de la población, por no mencionar que no había ni un solo coche por aquella carretera, solamente eran audibles los sonidos de animales como pájaros, mosquitos, etc.

—Bajad de mi coche, voy a supervisar que este sea realmente porque la verdad veo unos tres bosques más alrededor.

Los dos acataron las órdenes del hombre y bajaron del auto suspirando casi a la vez.

—Uf... No sabía que un viaje podría cansar tanto, y eso que no he hecho prácticamente nada...

—¿Escuchar el aburrido sermón de tu padre no es "hacer algo"?— pregunta irónico.

—Y encima ahora nos va a poner a hacer sus estúpidas actividades...

—¡Pero si eres tú quien acepto, gustosamente además!

—...

—¿Te ha comido la lengua el gato?— el otro lo respondió con un puchero que a ojos del más alto se veía horriblemente adorable, realmente tenía ganas de estrujarlo en un abrazo hasta dejarlo sin aire.

—Bueno resulta que sí es este el bosque en el que nos alojaremos las próximas... ¡Dos semanas!

—¿¡QUÉ!?— respondieron los dos al unísono.

—Sabía que os ibais a negar si se trataba de dos semanas así que la reduje a la mitad...— dijo echando una carcajada que hasta un sordo podría escuchar.

—¡Nos has mentido, brujo!— gritó Killua indignado por tal acción, aunque no le extrañaba.

—¿¡Y brujo por qué!? ¡Nada que ver!— se defiende el otro.

Fue ahí cuando empezaron una mini discusión mientras Gon se limitaba a pensar en quién sabe qué.

—Pero Killua...

₊⿻゚𝗟𝗮 𝗛𝗼𝗴𝘂𝗲𝗿𝗮 ↳𝗞𝗶𝗹𝗹𝘂𝗴𝗼𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora