One Shot

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Advertencia: Posibles spoilers del Manga.

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PELO BLANCO
(KazuFuyu)

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Chifuyu lo había notado recientemente. 

Mientras hacía las cuentas del mes para la tienda junto a Kazutora, Peke J se mantenía a un lado, casi derretido en la mesa. Instintivamente Chifuyu había estirado su mano para acariciarle detrás de la oreja, justo en el punto donde terminaba aquella cicatriz, sabía que al felino le gustaba mucho ese lugar en particular. Lo sabía porque ronroneaba contra su mano. 

Fue entonces que Chifuyu levantó la mirada de los números y contempló al gato unos segundos más de lo habitual. 

Su pelaje negro ya no resplandecía como antes, pequeños hilos plateados se colaban entre la tinta de su cuerpo, pintando su rostro. Su actitud alguna vez inquieta había sido ya reemplazada por la tranquilidad de la senectud, de su piel colgaban pliegues más suaves y su mirada se veía más cansada. 

 Peke J había crecido, al igual que él, junto a él. Su tiempo no se había detenido como el de Baji. Ni siquiera lo había notado, no lo había pensado antes. Realmente habían pasado más de 12 años desde entonces. 

Tanto tiempo, si lo pensaba, este año cumpliría lo suficiente para decir que había pasado más de la mitad de su vida desde entonces. Había pasado más años de luto que los años que tenía cuando sucedió. 

¿Cuándo había pasado tanto tiempo? Incluso era mayor el tiempo en que su propio padre había muerto, pero ni siquiera lo había notado, ¿en qué había estado pensando en todo este tiempo? 
¿Cuánto…? 

—¿Chifuyu?—la voz de Kazutora lo regresa a la realidad.

El otro lo está mirando de reojo, quizá llamándole la atención que no le haya quitado la mano de encima a Peke J. Había una pregunta en la mirada de Kazutora, Chifuyu había pasado el tiempo suficiente a su lado para identificarlo. 

Tiempo… 

—No es nada, no te preocupes—, dice rápidamente, volviendo su atención a las cuentas, arrimando hacia sí mismo la calculadora al lado del felino—. Solo estaba pensando. 

Kazutora lo contempla unos minutos, Chifuyu piensa que lo ha dejado pasar, pero ambos saben lo que había cruzado por su mente. 

—Peke J ya es algo viejo—comenta el otro, como si no fuese más que la cosa más natural del mundo. Porque lo es, todos los seres vivos envejecen, todo cambia—. ¿Cuántos años tiene? 

Chifuyu se muerde los labios, su pluma golpea levemente la madera de la mesa tres veces antes de contestar.  

—Este año debe cumplir catorce. 

Los gatos tenían una esperanza de vida variable de 12 a 18, en promedio. Ambos lo sabían, Peke J ya había vivido bastante, se encontraba bien de salud, pero no podía evitar pensar cuánto tiempo le quedaba aquí. Todo cambia, todo tiene su tiempo en este mundo. Es natural.

Kazutora acaricia al felino cuando este se voltea sobre su espalda y deja su vientre al descubierto. 

Chifuyu no debería sorprenderle que el tiempo de su amiguito esté cerca de terminar, quizá sean unos meses más, quizá sean unos pocos años más, pero Peke J se irá también. Se irá con el último recuerdo que tenía de Baji a su lado.

La perspectiva lo marea. Realmente ya no puede centrarse en las cuentas. 

Chifuyu había seguido su vida con la vista enfrente, pero había ocasiones donde tropezaba con el pasado, el luto jamás lo había abandonado si era sincero consigo mismo. 

Había ocasiones donde simplemente esta verdad le pegaba de frente. Seguía doliendo. 

—Chifuyu—, Kazutora habla de nuevo, está vez acomodando los papeles que tenían enfrente, en la carpeta donde solían guardarlo—. Será mejor que descanses, hoy ha sido un día duro en la tienda— ambos saben que es mentira, hubo incluso menos trabajo de lo usual—. Podemos terminar esto mañana. 

Matsuno alza su mirada para encontrarse con su compañero, no parece que le esté preguntando. No tiene ganas de discutir, y es verdad que pueden seguir después. 

Simplemente se deja llevar. Toma a Peke J en sus brazos para irse a la cama.

Cuando se acuesta, aún tiene al pequeño gato en sus brazos.

—Peke J no solía ser tan dócil, se movía un montón cuando lo bañaba y trataba de escapar cuando lo secaba—, comenta Chifuyu, acariciando el pelaje del gato, sintiendo su calidez y su constante suave respiración—. Ahora se queda tan quieto, puedo cargarlo y llevarlo donde sea. 

—Mn…—murmura Kazutora, estando de acuerdo, pese a que él no lo había conocido en ese entonces. Aún así, el calor de su presencia contra su espalda y aquellos pequeños monosílabos hacían que Chifuyu se sintiera mejor. 

—La próxima semana habrá que llevarlo al veterinario, parece que está perdiendo la vista, ya no persigue el láser como antes—, continúa Chifuyu, puede sentir como la cabeza del otro se esconde en su hombro, volviendo a asentir —. Quizá cuando sea la hora, si pienso que se podrá reunir con Baji-san, me hará sentir mejor. Después de todo, Baji-san fue quien le dio su nombre. 

Los brazos en su cintura aprietan su agarre, Chifuyu puede sentir como su espalda se humedece un poco. 

—Seguramente debe haberle extrañado mucho—, dice finalmente Kazutora. 

—Si, seguramente— concuerda Chifuyu, llevando una de sus manos hacia el cabello del otro, acariciandolo un poco, como consuelo. 

Son aquellas noches en que Chifuyu deja que sus lágrimas se escapen silenciosamente, cuando no recuerda quedarse dormido, donde tenía sueños que al despertar tenía la sensación de haber vivido por un largo tiempo.

Sueños vívidos de recuerdos olvidados con el tiempo, son esos días en que Kazutora le señala que despierta con una sonrisa, y Chifuyu sabe que fueron sueños felices. Aunque no recuerde lo que ha soñado, le consuela pensar que ha sido algo preciado. 

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Notas:

Esta vez sí pude hacer un drabble! Yey!
Por cada cosa bonita que hago, al parecer debo hacer algo triste también. Un alma por otra alma.


Gracias por leer ♡♡♡

Pelo Blanco [KazuFuyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora