Los amo a ambos

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Gabriel entró en la sala de emergencias y vio a Nathalie sentada en la sala de espera. Mirando fijamente el suelo. Se sentó junto a ella.

—¿Dónde está Adrien? — preguntó.

—Lo llevaron al TC. — estará de vuelta en unos minutos. —No me dejaron ir con él.— Todavía estaba mirando al suelo; levantó los ojos y miró a Gabriel. —Lo siento mucho, no tengo idea por qué dijo eso, nunca planeé...

—Shh, está bien, es natural. Pasas mucho tiempo con él, lo cuidas, lo ayudas con su tarea, lo cuidas cuando está enfermo. ¿Qué esperabas?

—Pero yo...

—Dije que está bien. Centrémonos en Adrien, ¿si?— puso su mano sobre la de ella.

-- Sí. -- murmuró Nathalie.

Gabriel pasó su viaje al hospital pensando en su hijo y Nathalie. Se dio cuenta de lo importante que era ella para su hijo, se dio cuenta de que Nathalie era la que acercaba a ambos, padre e hijo. Ella era el pegamento que mantenía unida a esta familia rota. Ella era el pegamento que evitaba que se desmoronara.

Adrien regresó de la TC y el Dr.Laurent se acercó a ellos.

—Entonces, está confirmado, los laboratorios y la tomografía confirman la apendicitis. Tendremos que operar.

Nathalie sintió ganas de desmayarse.

—¿Puedo verlo?— ella preguntó.

—Por supuesto. Sr. Agreste ¿me acompaña a firmar los papeles?

—Si, solo déjame hablar con él. — respondió Gabriel.

—Por supuesto, te estaré esperando.

Nathalie y Gabriel atravesaron la cortina donde yacía Adrien.

—Nathalie, padre. -- dijo.

—Hola Adrien, ¿cómo te sientes?— preguntó la mujer en un tono muy maternal.

—Estoy mejor, ya me dieron analgésicos. — dijo. —Me van a operar, ¿no?

—Si hijo, pero estarás dormido, no verás ni sentiras nada. Antes de que te des cuenta volverás con nosotros. — dijo Gabriel.

—¿Con los dos?

Gabriel y Nathalie intercambiaron miradas.

—Pues sí, por supuesto, ahí estaremos, TODO el tiempo— respondió Nathalie, un poco intrigada por la pregunta del niño.

—Necesito irme a firmar el papeleo, Nathalie ¿te importaría quedarte con él?— preguntó ́p Gabriel.

—Por supuesto, señor. — dijo ella.

Gabriel se fue.

Adrien sostenía la mano de Nathalie.

—Lo siento si te hice sentir incómoda. — de siculpo.

—¡No! Está bien. Quiero decir, te amo como a mi propio hijo. — ella sonrió. — No hay nada que yo no haría por ti.

—¿Y mi padre?

A Nathalie le costaba tragar.

—Claro, a tu padre también.— confesó ella.

Adrien sonrió.

—Solo necesito saber, ¿cuidarás de él?

—Siempre, Adrien, siempre cuidaré de ustedes dos. ¿Por qué preguntas?

—No sé, podría morir ahí dentro. Es una posibilidad. — dijo el niño.

—¡Ay dios mío! Eso no va a pasar, no digas esas cosas. — respondió ella.

—Estoy asustado.

Nathalie sintió que las lágrimas nublaban sus ojos, pero no podía llorar. Tenía que ser fuerte para Adrien.

—No te va a pasar nada, no bajo mi vigilancia. Te lo prometo, cuando te sientas mejor, podemos ir a hacer un picnic.

—¿Nosotros tres?

—Si, los tres, Tú, tu padre y yo. — respondió Nathalie.

Gabriel se quedó en silencio mirando a Nathalie y su hijo. Estaba profundamente conmovido por esta conversación. Ninguno de los dos los vio allí de pie hasta que apareció la enfermera.

—Muy bien Sr.Agreste, hora de llevarlo al quirófano.— dijo la enfermera.

—Nathalie me tiene miedo. -- dijo Adrien.

—Tranquilo. Te amo, los dos te amamos mucho. Estaremos aquí mismo esperándote. ¿De acuerdo?— Nathalie tomó la mano del niño.

—De acuerdo. Los amo a ambos.

—Te amo Adrien. -- dijo Gabriel besando la frente de su hijo.

Nathalie soltó lentamente la mano de Adrien. Sintió como si estuviera perdiendo su propia mano, el dolor en su pecho era demasiado para soportar. Inmediatamente tomó la mano de Gabriel.

La enfermera se llevó la camilla de Adrien.

Nathalie y Gabriel estaban detrás tomados de la mano.

—Señor Agreste. — El Dr.Laurent distrajo a ambos.

—Doctor, ¿está todo listo?

—Si, pueden esperar en la sala de espera del quirófano o en la habitación de Adrien, es la suite número 301.

—Preferimos la sala de espera.

—Está bien, por aquí.

Hablaron en el ascensor sobre el procedimiento de Adrien, la anestesia y otros detalles de la cirugía. Nathalie y Gabriel siguieron al Dr.Laurent aún tomados de la mano.

—Aquí está la sala de espera, los veré a los dos en un rato. Prometo cuidar de Adrien.

—Gracias— dijo Nathalie.

El Dr.Laurent entró en el quirófano dejando solos a Nathalie y Gabriel. La sala de espera era una sala pequeña, solo tenía un sofá, una nevera pequeña con agua y refrescos. Una cafetera Nespresso y un televisor.

Nathalie dejó caer su cuerpo en el sofá. Gabriel se sentó a su lado.

—Esto no está pasando.— dijo Nathalie poniendo su rostro entre sus manos. —No está pasando, no está pasando.

—Oye— dijo Gabriel poniendo su mano en su mejilla. —Va a estar bien, es fuerte, ¿quieres un café?

—Si.

—Bien, haré café para nosotros. Esta máquina la usa.

Nathalie dejó escapar una pequeña risa.

Instintos MaternalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora