𝑺𝑬𝑹𝑬𝑵𝑫𝑰𝑷𝑰𝑨 | jeon jungkook

El rojo me gusta.

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—¡Señorita Sun!

—¿¡Qué!? —levanto la cabeza inmediatamente y veo al profesor de química frente a mi escritorio—, ¿Profesor?

—Señorita Sun, ¿se está quedando dormida en mi clase? —levanta sus cejas y noto como baja su cabeza para verme por encima de sus gafas, notablemente molesto.

—Ah, lo siento mucho, señor. Le prometo que no me voy a volver a quedar dormida —hablo rápido, ignorando que tal vez no se me entendió nada por estar balbuceando y más cuando me acabo de despertar.

—¿No durmió anoche, señorita Sun?

—No, no, estuve hasta muy tarde terminando unos proyectos y no me di cuenta de la hora —me excusé rápido, sentándome derecha como corresponde para no tener otro llamado de atención—, mil disculpas, no volverá a pasar.

—Está bien, pero procure no quedarse hasta tan tarde, es mejor dejarlo para después que no dormir.

—Sí, profesor.

—Bien. Ahora sigamos viendo esta fórmula, ¿Recuerdan? Como les decía...

Me quedé dormida en clase, genial.

La verdad era que sí me había quedado hasta tarde y no dormí, pero no por estar terminando proyectos que ni tengo, si no por haber cumplido exitosamente mi plan de verme la saga completa de Crepúsculo a altas horas de la madrugada. Luego de soportar todo el bendito día a ese Jeon desagradable me di el gusto de hacer lo que quería desde un principio y como dije, lo logré pero terminé de ver la última película a las cinco de la mañana. En efecto, las clases empiezan a las ocho y es por eso que dormí unas dos horas mínimo.

—¿Qué es lo que hiciste anoche? —escucho una voz a mi lado, y giro mi cabeza para ver que se trata nada más ni nada menos que de mi mejor amiga. Está ligeramente inclinada hacia mi, casi susurrando para que el profesor no nos escuche hablar y vuelva a interrumpir su clase por mi culpa.

—Estuve viendo Netflix toda la noche —respondí en el mismo tono, fácil y sencillo. Ni siquiera hizo falta que le dijera que es lo que vi, ella misma se da una idea de lo que veo siempre.

—¿Un domingo? Tuviste viernes y sábado para hacer eso, Sunnie.

—Lo sé, pero esos días estuve ocupada leyendo y no me alcanzó el tiempo —me volví a sentar bien, me froté los ojos con los nudillos y respiré profundo para prestar atención a la clase, no quiero perderme nada importante porque seguro va a haber examen de esto y no quiero reprobar por haberme quedado dormida en medio de una explicación en la clase.

Busqué en mi mochila mi libro y un lápiz porque al parecer estuve durmiendo desde antes que llegara el profesor, puesto que todo seguía guardado en mi mochila. ¿Cuánto dormí? Decido sacar mi celular del bolsillo del pantalón y veo la hora que es.

¿¡Me perdí una hora de clase!?

Maravilloso, Sun Lilieth. Que buena habilidad para dormir y pasar desapercibida por una hora tienes.

Asombrada de mi misma, me tapo la boca con la mano en señal de exageración a mi misma. Espero que alguien haya hecho apuntes de todo lo que pude haber aprendido hasta ahora o estoy perdida.

[...]

—¿Sunnie?

Vuelvo a la realidad de golpe.

—¿Eh?

—Haz estado callada desde que salimos de la clase de química, ¿Estás bien? —me pregunta Jessi, con una cara de preocupación que me hace pensar por un momento como si tuviera una mordida de vampiro sangrando en mi cuello, justo a la vista de todos.