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Después de haberme despedido de Jisung y haber hecho mi apresurado recorrido a través de los escalones, jale a Jeongin, que a su vez bailaba con un guapo chico rubio en el centro de la pista superior

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Después de haberme despedido de Jisung y haber hecho mi apresurado recorrido a través de los escalones, jale a Jeongin, que a su vez bailaba con un guapo chico rubio en el centro de la pista superior. Me miro como si estuviera loco, y haciéndole señas a su acompañante, nos dirigimos hacía el baño de hombres en la planta baja. Me asegure de que no hubiera nadie más que nosotros dentro del cuarto, y cerré con seguro el pomo de la puerta.

— ¿Qué te sucede Seungmin? ¿Acaso se te subieron los tragos? —Pregunto el mientras se dirigía hacía uno de los espejos frente a los lavamanos de azulejos azules y acomodaba algunos mechones de cabello—.

—No pude tomar nada de alcohol —más bien no me quisieron servir nada con alcohol—. Pero ese no es el caso. Tenemos que irnos, ya mismo.

— ¿Por qué? Acabamos de llegar —Dijo el, señalando lo obvio, mientras yo me sentaba sobre la barra de cemento donde estaban construidos los lavamanos—. Además, yo me la estoy pasando de maravilla.

—Ocurrió un imprevisto —Le mentí, mientras nerviosamente frotaba mis piernas con las palmas de las manos y miraba hacía todos lados. Jeongin alzo una ceja—.

—No sabes mentir bien. Es obvio cuando te pones nervioso, ¿lo sabías?

—No estoy mintiendo.

—Aquí vamos de nuevo —Me ofreció una mano para bajar de la barra y la tome, aterrizando inútilmente en el suelo. Me obligo a que lo mirara de frente, poniendo una mano sobre mi hombro derecho y hablo—. ¿Podrías decirme que es lo que sucede en realidad?

Espere un par de segundos, mientras rascaba mi nuca y después lo mire.

—Me acabo de topar con Hyunjin allá abajo.

Jeongin abrió los ojos mientras me examinaba fijamente. Yo cerré los ojos, con ganas de que se abriera un hueco en la tierra y me tragara.

— ¿Qué? ¿Te has encontrado con él? Pero qué...

—Y eso no es todo —Le dije, sin abrir mis ojos aún—. También me he encontrado con una amigo, que resulta ser pariente de Chan, y que me informo que él también se encontraba aquí.

Abrí los ojos para ver la reacción de Jeongin, la misma que me imaginaba. Tenía los ojos abiertos como platos y la boca ligeramente abierta. Aunque me sentía demasiado nervioso, no me pude resistir las ganas a reírme un poco por su reacción. El no se inmuto.

— ¿Estás diciendo que Hyunjin y Chan están en este mismo lugar? Oh santo cielo. ¿Qué harás?

—Bueno, por eso fue que te dije que nos fuéramos cuanto antes. No quiero encontrarme con Chan, o peor aún, no quiero encontrarme de nuevo con Hyunjin y con Chan al mismo tiempo. Eso sería algo muy, muy malo.

Jeongin me miro con una expresión de culpabilidad y un aire de maldad a la vez.

—No pongas esa cara. ¿Ahora qué? —Pregunte, sabiendo que el tenía un plan en mente—.

—Bueno, me parece correcto que creas que lo mejor sería si nos marcháramos, en vez de enfrentar uno de tus temores más horribles, que son Chan y Hyunjin. Admítelo, darías un paso en la etapa de la evolución.

Lo mire como si estuviera delirando, o como si tuviera un pulpo atorado en la cabeza.

—No te entiendo. Y créeme, no te quiero entender.

El refunfuño y me miro, sonriendo maliciosamente.

—Quédate aquí. No huyas y si te encuentras con Chan o con Hyunjin de nuevo, simplemente salúdalos y ya.

— ¿Hola? ¿Sigues siendo mi amigo? ¿Estás hablando en serio? —El asintió inocentemente. Me aleje y comencé a caminar en círculos por la habitación—. Hace diez minutos estaba junto a Hyunjin y sentí a mis piernas flaquear, ¡Cómo cuando creía que me gustaba! Oh, y después, ¿Acaso no te dije que Chan no me dirige la palabra? ¡No puedo simplemente aparecer por ahí y saludarlo!

—Deberías hacerlo, Minnie.

—Olvídalo. Fue una tontería pensar que podía obtener un consejo coherente de ti. Me iré por ahí, ¿puedes pedirle al tipo que te de un aventón a casa? —El asintió, notablemente feliz—. Está bien, entonces, nos vemos al rato. Te quiero tonto.

Salí del baño con los ánimos por el suelo, bajando la mirada para no tener que mirar a nadie de frente. Tampoco andaba de humor como para tener que lidiar con la multitud en la entrada, por lo que me dirigí hacia la puerta de emergencia del lugar y salí al callejón.
Tenía la fortuna de encontrarme completamente solo, excepto por un chico de algunos veintiocho años, fumando. Su cabello era largo y liso, color castaño y tenía una cicatriz en forma de media luna sobre su mejilla izquierda. A pesar de eso, era increíblemente guapo.
Me sorprendió mirándolo, y sonriendo me dirigió la palabra.

— ¿Quieres uno? —Pregunto con un marcado acento. Se refería al cigarrillo. Yo solo sacudí mi cabeza y me senté sobre un escalón, mirando hacia la nada—.

Nos quedamos sin decir nada por mucho tiempo, tal vez un cuarto de hora, o algo así. Hasta que alguien quebró nuestro silencio no incómodo.

Nos volvimos, el en alerta y yo temeroso, para ver a quién habían sacado a patadas del club. Cuál fue mi sorpresa al ver que se trataba de Chan, visiblemente ebrio.

— ¡A mí nadie me saca así de un lugar! ¡Los voy a demandar! —Dijo mientras tropezaba sobre los escalones, cayendo sobre mí. El chico extranjero ayudo a Chan a incorporarse y este se alejó rápidamente—. ¿Quién es?

—Te estaba ayudando, no quiero hacerte daño —Dijo el muchacho, dándome una mirada de "¿y este qué?" —.

—Chan, ¿qué rayos hacías ahí dentro? ¿Y Minho?

—¿Seungmin? ¿Eres tú? —Pregunto él, mirando en mi dirección. Sentí una punzada de alivio al saber que me reconocía, aunque estuviera borracho—. Sácame de aquí.

—Pero, ¿y Minho? ¿Acaso no se preocupara?

—Por supuesto que no—Se tambaleo en mi dirección y lo sujete por los brazos. Susurro en mi oído, su aliento tibio resoplando contra mi piel—. Esta por ahí haciéndolo con su novio —Cerró los ojos mientras su cabeza caía sobre mi hombro. Casi pierdo el equilibrio mientras que el chico desconocido me ayudaba con el peso de Chan—.

—Muchas gracias... Eh...

—Felix —Dijo el ofreciéndome una sonrisa. Me presente y le di la mano libre—.

—Bueno Felix, ¿podrías ayudarme a llevarlo hasta mi auto? —Le pregunte, mientras intentaba recordar donde rayos había estacionado el coche. Felix asintió, cargándolo sobre su espalda y acompañándome fuera del callejón. Encontramos mi coche a una manzana de distancia y le di las gracias al chico, descubrí que era Australiano. Le puse inútilmente el cinturón de seguridad a Chan, que se encontraba roncando, y maneje hacía su casa—.

Maratón 2/??

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Maratón 2/??

-Mong

Corazón Ciego; ChanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora