La chica del teléfono rojo

CAPÍTULO 16

☎️Nota autora☎️

Holi boli lagartijas rojas 🦎❤️

Pues este capitulo es bastante largo (perdón por ello), quedan 3 capítulos para terminar la historia 😭 mas el epilogo y un ✨Epilogo especial ✨ 

Estoy muy emocionada por terminar la historia y a la vez triste porque habre soltado a mi Rosie pero os preguntáis porque feliz? Pues apenas termine "La chica del teléfono rojo", empezare a publicar el libro de Chase-Carter 🎾

Eso es todo por hoy, disfruten el CAP y no olviden que adoro leer vuestros comentarios!

Lyzza MJM.

—¿A dónde querías ir?

—A esa caja roja, es un teléfono.

—¿En serio? —me miro de lado besando mi mano.

—Si, quiero ir —le sonreí como niña pequeña.

Chase se carcajeo tomando mi rostro entre sus manos, me acerco para que le besara y se mantuvo con los ojos cerrados. Tenia una leve sonrisa en los labios. Pero el beso que esperaba nunca llego, estaba demasiado ilusionada viendo a las imágenes del movil.

—Es la cabina del teléfono rojo —dijo abriendo los ojos.

—¿Podemos? —sonreí suplicante.

—Vale, pero no me hagas esos ojos, me pones nervioso.

—Uhm —me acerque a darle un beso en la mejilla.

—¿Qué vas a comprar? —soltó un suspiro quitándome el móvil y guardándolo —. Hay mucha ropa, muchos adornos o algunos llaveros, quizás postales.

—Nada, no tengo dinero.

—No te he dicho que lo fueras a pagar —alzo las cejas pasando su brazo sobre mi hombro —, te he dicho que me digas lo que compraras para ir a la tienda, Rose. Escoge lo que sea que te guste, lo que quieras, del dinero me encargo yo.

—Pero Chase...

—¿Escuchas eso?

Lo mire extrañada viendo cómo se ponía la mano en la oreja buscando el sonido, hice lo mismo esperando a que sonara algún ruido.

—¿Qué? No he oído nada.

—Uhm, que raro —sonrió, burlón —. A lo mejor te gusta un chico inglés.

—Para eso estas tu.

—Los que hay aquí no son iguales a mí, yo he crecido en una familia mixta, Rose.

—Igual que yo —le apunte mirando a la ventana.

—Ah mira, ya hemos llegado.

—¿¡Que!? —chille apoyando mis manos sobre sus muslos para ponerme de cuatro hacia la ventana —. Woah, mira eso ¿esto es Londres?

—S-sí.

—¿Estas bien?

—No pongas tu mano ahí —me apunto en un hilo de voz a su entrepierna.

—¡Uy!

Me aparte al instante arrodillada en la silla del avión. Estábamos solos en una cabina apartada de los demás. Chase suspiro apretando las sillas con ambas manos. Me quede viéndola algo asustada.

—¿T-te duele?

—¿Dolerme? —se burló pasándose las manos por la cara —. Tu mano ahí hace cualquier cosa menos doler.