La llama derretida | Changlix | - En curso.

| Capítulo 1 | ☘

| Capítulo uno |

El que avisa; No es traidor.

Sentí mi piel estremecerse ante el contacto inesperado en mi hombro, sabía perfectamente quien era, mi líder. Estábamos en una situación tensa, estábamos en el borde de nuestros territorios, enfrentándonos cara a cara con nuestros supuestos compañeros. Teníamos las de ganar, lo sabíamos perfectamente pero nos mirábamos sin cesar, el que apartara antes la mirada sería el débil y el que primero caería, siempre fué así.

— No tienes por que hacer esto Lee. — Inspiré y exhalé, no estaba dispuesto a dejar esto por la mitad, no me iba a permitir huir, de nuevo. — Felix hazme caso, ya no es por ganar o no, si empezamos una pelea con ellos... — Suspiró. — Tal vez.. No, más bien; Los necesitaremos luego para ir contra aquellos monstruos. — Me chocó aquella frase, Bang Chan Nunca usó la palabra ''monstruo'' siempre decía que eran pobres desgraciados que tuvieron aquella mala suerte de convertirse, pero esta vez, usó el ''monstruo''. Iba totalmente en serio.

— Seo. — Cuando capté toda su atención decidí seguir, era ahora o nunca. No le decepcionaría. — Vamos a aliarnos. — Baje la mirada y lo observé de pies a cabeza, tenía todo el tipo de líder, fuerte con músculos y ciertos rasgos marcados.

<< Impone. >>

Una risa retumbó por todo el bosque, parecía estar riéndose de un chiste buenísimo. << ¿Acaso soy un maldito payaso? >> Con toda la furia que brotó cerré los puños, viendo como comenzaba a hervir toda mi sangre y aún más la pequeña llama de mi mano.

— Relájate rubito. — Mis ojos se clavaron sobre los suyos, buscando otro ápice de broma. — Lo haremos, pero habrán condiciones. — Mis ojos volvieron a arder en furia. — Las condiciones las pondré yo, tu decides aliarnos. Yo acepto pero a cambio de algo.

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Me encontraba bajando los escalones de aquella grande casa, más bien. Era una mansión.

Las condiciones seguían rondando por mí cabeza, no debí aceptar, mi integridad seguía en peligro pero... ¿Que debía hacer cuando Chan me miraba con ojos de cachorro atropellado? Era mi debilidad.

Seguía sumido en mis pensamientos hasta que choque contra alguien robusto, demasiado duro. Miré hacía arriba, en algún momento había acabado de bajar los escalones y estaba justo delante de mi enemigo, Seo Changbin.

— ¿No miras por donde vas? — Lo aparté rápidamente de un empujón, comenzando a sentir calor justo en las palmas de mi mano. << Justo donde lo había sentido. >>

No quise responder, al menos, no de momento. Hasta que yo no me sintiera totalmente agusto alrededor de aquel hipócrita no le dirigiría la palabra, no merecía nada de lo que yo pudiera decir.

— ¿Sigues sin decirme nada? — Pasé por su lado, esquivando su mirada. — Joder Lee, tenemos que hablar, te estoy acogiendo y por ello acepte aliarnos. — Soplé. No podía ser verdad que me estuviera reclamando que me acogiera, parte de sus condiciones eran esas.

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— Relájate rubito. — Mis ojos se clavaron sobre los suyos, buscando otro ápice de broma. — Lo haremos, pero habrán condiciones. — Mis ojos volvieron a arder en furia. — Las condiciones las pondré yo, tu decides aliarnos. Yo acepto pero a cambio de algo.

Me alejé rápidamente de él, no me daba buena espina. Algo que mi poder había desarrollado era que percibía antes de tiempo un mal momento o algo que no me iba a agradar.