Solos en paz

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El peso del otro es reconfortante, los mantiene sensatos. La arena hace un buen apoyo -suave, caliente pero convirtiéndose fresca con el día terminando- para su manos entrelazadas.

Seth frota su cabeza contra el cuello y hombro de Horus, acurrucándose más, y el rey exhala disfrutando de la presencia de Seth; con el suspiro, su cuerpo cae aún más sobre Seth.

—¿Quieres dormite aquí?— pregunta el ex-rey. Moviendo sus pies para sentir la arena, siempre siendo una extensión de su cuerpo, y acercando su pierna para entrelazarla con la de Horus.

—¿Mhn?— responde un poco somnoliento irónicamente Horus. Tener este descanso donde están solos en su propia tierra, olvidando todo sobre Kemet y poder concentrarse sólo en su querido lo ha dejando flojo y guango que se mente se desconecta un poco.

Jugando, Seth repite —Que si quieres quedarte a dormir aquí—, sonriendo un poco de manera juguetona —pichón flojo— termina su frase.

—Ahh— diciendo cómo cuando un niño dice "Ahhh, ya entendí", —Mhmm— aún un poco desconectado y apenas despertando las funciones de su cerebro que se encarga de estar consciente, lo piensa: ya están cómodos, no hay caos ni tormentas internas por una vez, dejaron sus chanclas junto a otras provisiones como agua y pan, hay una manta por ahí; y se puede acurrucar más con Seth. Lo piensa y llega a la conclusión de porqué rayos no, aquí no es el rey de los dioses y Seth no es un fugitivo, a parte de que no es seguido que su amado propone algo dulce como esto, sin que se avergüence y empiece a maldecir; así que acepta —Sí, hay que quedarnos aquí— una de sus sutiles sonrisas en la cual Seth puede ver el amor que le tiene aparece. Horus inclina su cabeza más hacia Seth y continúa —veamos las estrellas para ayudarnos dormir—, y el rey saca una risita porque las estrellas también son sinónimos de sus ojos; tal vez moleste a Seth mirándolo constantemente provocando que se avergüence pero no se va a resistir.

Seth voltea bien su cabeza para que se puedan ver bien de frente en vez de tener la mirada hacia el horizonte, junta sus frentes y las frota un poco, jugueteando cuáles cachorros leones. Responde la risilla de Horus con la suya, casi puede adivinar porque se rio; tiene sus momentos poéticos donde emplea aliteración, metáfora y lo que sea que le de la gana, a veces hasta se hace el don Risas Romeo. Seth suele reclamarle "Ya cálmate tórtolo meco" pero interiormente le encariña las actuaciones, también le da risa pero su orgullo o vergüenza no le dejan calmado; pero ahora no le podría importar sobre apariencias así que deja los pensamientos que pudieron provocar la risa de Horus -tal vez sea alguna comparación entre estrellas y ojos o algo por el estilo-. Va a disfrutar lo que queda del día y la noche.

Dos siluetas, dejando que el mundo pase como la brisa llena de arena lo hace, se divierten en su oasis. Hay besos y pasiones que se intercambian, dejando las paredes que usualmente tienen y permitiéndose amarse sin apariencias. Pudiendo integrar sus almas por el amor que tienen. Están en paz aunque sea sólo por este momento, pero lo disfrutan y se entregan.

Solos en pazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora