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Aturdido, trató de estabilizarse, con una de sus manos tomó su cabeza en un intento fallido de apaciguar el terrible dolor que con cada segundo aumentaba.

Con la visión borrosa trataba de ubicarse y buscar a su equipo. Lo último que podía recordar era lo molesto que estaba con Orochimaru.

Se congeló en su lugar, un sudor frío recorrió su columna. ¿Que sucedió con la serpiente y el cuatro ojos?

Sus sentidos se dispararon y de un salto se puso de pie, se tambaleó pero aún así se mantuvo firme.

Lanzó un fuerte golpe cuando sintió a alguien acercarse por su izquierda, podía sentir que le hablaban, más solo podía escuchar palabras sin sentido gracias al fuerte pitido en sus oídos.

Perdió fuerza en sus piernas, desequilibrando su postura.

—N.......o, .....u..o, ¡Na....t... c......!

¿Qué trataba de decir aquella voz?

Su vista distinguió un borrón rosa y rojo, a su lado otro borrón de tonalidades oscuras.

Sonrió aliviado al darse cuenta de que era Sakura y, posiblemente, el otro era el capitán Yamato.

Se relajó, el pitido en sus oídos desapareciendo lentamente y su vista casi a la normalidad.

—¡Na....to, ....l de a....! —la voz de Sakura hizo que le prestará atención, pero se confundió al verla tan alterada, agitaba uno de sus brazos con desesperación. A su lado, Yamato realizaba sellos de mano con rapidez —¡¡Sal de ahí!! —su cuerpo reaccionó a último segundo, más fue suficiente para esquivar la espada que pasó a milímetros de su cabeza.

Un chasquido molesto salió de la persona tras él, a duras penas esquivó la espada que nuevamente se dirigía hacía él, dió un voltereta en el aire y aterrizó a unos metros de distancia.

Solo ahí se dió cuenta de quien se trataba y su cuerpo se congeló, incapaz de creer lo que veía.

Un nudo se formó en su garganta, sus manos empezaron a temblar, sus ojos de empañaron por las lágrimas retenidas, su cerebro hizo corto circuito.

La chica sonrió con superioridad, la espada descansando en su hombros.

—¿Ha-Hana?

¿Por qué ella le había atacado?

: : : : :

—¡Sasuke! —grito colérica una pelirroja —¿¡Qué te crees que eres!? —dió un fuerte golpe a la cabeza del azabache —¡Come de una maldita vez! ¡Si no fuera por Orochimaru-sama, te prepararias tú solo tu comida!

El Uchiha solo la miró con el ceño fruncido sin hacer nada.

—Genial —la chica alzó los brazos exasperada —, ya no estoy para estas cosas —se quitó el mandil de un tirón y tomo dos platos ya servidos —, muérete, maldito bastardo —refunfuñando salió de la cocina con dirección a la habitación de una de sus hermanas.

Sasuke miró el plato frente a él durante un largo rato.

Sabía que había convivido con el trío de locas durante tres años, así que era obvio que supiera cuál eran sus gustos.

Agarro sus palillos y tomó el tomate perfectamente cortado que le pedía a gritos que lo comiera, según él claro.

—No está mal —susurro, mientras seguia comiendo lentamente su comida.

Yuna, quien estaba comiendo Tonkatsu junto a su hermana, sintió una oleada de orgullo, sin poder evitarlo sonrió satisfecha.

—Deberias dejar de consentir al Uchiha —argumento la peliazul a su lado.

—No lo consiento —siseo entre dientes —, solo sigo las órdenes de Orochimaru-sama.

—¿Y entonces por qué le preparas algo diferente a lo que comemos nosotras? —pregunto divertida con una ceja levantada.

—¡Deja de insinuar cosas! —grito molesta —, ¿que les pasa hoy?, solo me hacen enojar —clavo sus palillos con fuerza en su comida —¿Y dónde se metió la otra? Llevo toda la mañana buscandola, se supone que hoy le tocaba cocinar a ella.

—Salio —fue lo único que respondió la peliazul.

: : : : :

Minicap:

En una casa alejada del centro de la aldea, una señora limpiaba las heridas de un pequeño niño.

—¿Ya te sientes mejor?

—¡Si, gracias 'ttebayo! —respondió con una brillante sonrisa —, usted es tan buena, ¿Por qué no me trata como el resto?

—Oh, pequeño —removio los cabellos del niño con ternura —, no me interesa lo que digan los demás, yo solo veo a un niño de 5 años muy lindo y tierno —la barriga del pequeño rugió y la señora se rió —, y con mucha hambre también.

Un leve rubor se apoderó de las mejillas del infante.

—Hoy vamos por una barbacoa, ¿que dices?

Los ojos del pequeño brillaron como dos hermosas gemas azules —¡Si!

Cuando el niño salió corriendo por la puerta, la sonrisa en el rostro de la mujer desapareció, tomó todo lo que tenía rastros de sangre y lo almaceno en un pergamino de preservación.

—¿Por qué tengo que gastar mi dinero en un mocoso como él? —susurro molesta antes de que nuevamente una sonrisa apareciera en su rostro —, ¡No corras tan rápido o te puedes caer, Naruto!

Siempre Te Amare (Gaara Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora