La noche junto la caída de una gran lluvia brindaba unos aire de terror, sin embargo lejos del mar, había cierto bullicio constante, todas las luces estaban encendidas con tintes rojos.
Mujeres hermosas alzaban voces seductores a los hombres que transitaban el lugar, mientras gritaban
- Oh joven, venga a disfrutar el oasis del placer no se arrepentira- mientras guiñaba un ojo.
El Sr de aspecto algo mayor miraba sonrojado, sin embargo fue convencido y entró a la gran casa.
Pero...cerca de la gran voluminusa entrada lejos era más bosque y grandes charcos de lodo, cerca se escuchaba una carreta sin caballo, hombre alto, usando ropa tradicional, junto una Kasa y unas hombreras de paja, mientras jalaba la gran carreta por sus espaldas se dirigía a Yoshiwara, en la carreta habia algo que estaba cubierto con una gran manta de paja, el miraba hacia el bulto y seguía mirando hacia adelante hasta llegar al distrito.
El hombre de gran altura descanso en la puerta del lugar hasta que... Un hombre de unos 60 años aproximadamente cargaba una cesta llena de objetos, el gran hombre alto agarro la mano al viejo y le dijo con un japones bastante bueno
- Adónde se dirige?
-Ehh me dirijo a la Casa Akabeko, por qué quiere hay de lo mejor de lo mejor se lo aseguro- mientras salió una risilla de sus dientes algo chuecos
El extranjero lo quedó viendo con ojos semicerrados y pronuncio, mientras se levantaba del suelo.
- Eh escuchado que compran mujeres y dan un buen dinero, es cierto?
- Es muy cierto gaijin-sama ( Sr. extranjero )
- Quiero vender a una mujer es muy bonita, cuánto me daría por ella.
- Oh mucho dependiendo si es niña o una jovencita mínimo 10 Ryō a 50 Ryō, con el puedes comprar a hasta 30 o más sacos de arroz lo cual es mucho.
- Bien en la carreta tengo una señorita de unos 19 años.
- A ver- el viejo destapó un poco la paja y vio una mujer llena de arena con ciertas ropa que no era visible, su cabello estaba enredado y tenía cierta herida sin sanar en la cabeza-¿ por qué está toda sucia ni le veo el rostro?- miraba con recelo.
- Le aseguro que no se arrepentirá de la decisión de comprarme a esta jovencita.
- Bueno, vámonos entonces haber que decide mi señora.
El Sr mayor lo llevó hacia una esquina allí relucía el nombre Casa Akabeko.Mientras ingresa una mujer hermosa salía de un cuarto y le dirijo la palabra al viejo.
- Anciano Ryo ya tiene todo lo que pedí ?
- Si Oyuki Sama, pero hay un hombre que quiere hablar con usted.- la mujer mira y ve a un hombre extranjero usando ropas tradicional y le dijo:
-Habla japonés
- Si
-Bien que quiere
- Quiero vender a una mujer
- ¿Es bonita?- le pregunta al viejo Ryo
- No la veo bien debido a que está sucia mi señora Oyuki.
-Enserio, cómo puedo confiar en usted ehh-Mira hacia el extranjero
- Le aseguro que es verdad- agarró un cuchillo y corto su mano hasta intentar traspasar su mano,la señora Oyuki viendo su determinación sin chistar.
- Está bien,¿ cuánto cuesta ?
- Ella es exótica, está mujer la cual traigo hacia usted no es de aquí, por lo tanto quiero 60 ryō de oro.
- Te doy 40 ryō por ella
- No acepto, le aseguro que vale màs que unos 40 ryō.
-Entonces 50 ryō y hay trato- dijo la Mujer con una media sonrisa.
-Hecho- pronunció el hombre.
La mujer le dió una bolsa, el hombre agarro la bolsa y empezó a contar el dinero estaba completo, lo cual se retiro, la lluvia aún seguía cayendo y está vez más fuerte, salió corriendo hasta la salida, sin mirar atrás la carreta que había dejado
La dama Oyuki se dirijo a la entrada y vio la carreta, levanto la paja mientras el sr Ryo le tapaba con un sombrilla , vio una señorita acostaba de manera fetal, totalmente sucia de pies a cabeza después dijo:
- Anciano Ryo levanté a la señorita y llevala al cuarto de baño.
- Si.
El anciano levanto a la mujer y la llevo al baño,luego llego otra joven y se colocó de lado de la Dama y dijo:
-¿ Es una mujer? está toda sucia
- Sayuri querida puedes ayudarme a limpiarla.
- Sí Shinzo Banzo- agarró una cubeta de agua y lo llevó al cuarto de baño.
Sayuri empezó a limpiar a la mujer y vio que su piel no era tan blanca pero era hermoso, toco sus manos y era suaves
- Estás manos nunca hizo trabajo forzosos- pronuncio la mujer
- Es verdad- Dijo Oyuki sama
Empezó a ver salir todo lo oscuro, y empezó a visualizarse una joven de cabello oscuro hasta las costillas, tez clara sin ser oscura, su ropa estaba casi desgarrada.
La dama Oyuki paso a revisar a la joven en su zona, vio que aún mantenía vello púbico, empezó a abrir sus labios mayores y menores; revisó su abertura y no tenía indicios de nada, no habia rastros de alguna herida o costras.Paso a revisar los dientes y estaban bien. Reviso su cabeza y tenía cierta herida, mando a Sayuri a llamar un médico y eso hizo después de volver comento que llegaría en unos 10 minutos
Sayuri cubrió a la muchacha con una manta y paso a vestirla, y la dejo en el tatami arropada con la cabeza coagulada, el médico llegó y tomo sus pulsaciones, le puso medicina y recomendo otras que debían comprar, después se retiro. La dama Oyuki observó desde la puerta
-Me constaste un dineral, espero que... valgas la pena.
Al día siguiente
La muchacha despertó y empezó a caminar por todos lados, repentinamente tropezó
- Dónde estoy -Hablando un idioma extranjero
Dama Oyuki se paró de su asiento hecho con la mejor seda y plumas de ganso y dijo en japonés
- Ya te levantaste- se dirijo a ella- Cómo te llamas, por lo que veo no hablas japonés, realmente será un problema adiestrarte
- Dónde estoy- mientras se tocaba la cabeza.
Un grupo bellezas se reunieron a ver la nueva adquisición de la Shinzo Banso, Sayuri llegó y vio la gran multitud de mujeres observando y se dirigió a la nueva compañera, dijo:
-La verdad no hablas japonés, bueno... Yo soy Sayuri- se señala- Sayuri
La joven observaba a la joven de unos 23 años diciendo Sayuri mientras se señalaba con el dedo, por lo tanto supuso que...talvez era un nombre.
- Yo Amelia- señala- Amelia
-¿Amerīa ?, ¿Ame? como lluvia.
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Cadenas De Amor Y Honor: Destinos
Historical FictionMi memoria se ha ido, solo se mi nombre pero no mi apellido, de una tierra lejana soy y a otro he llegado, mi vida es como la arenas una historia sin fin
