La Isla [He Tian x Jian Yi]

Pequeños gestos - 14

Lo único que se puede oír en el interior de la cabaña es el ruido del viento sacudiendo los árboles, aunque esto por sí solo no es nada fuera de lo común, lo realmente raro es la tensión que causa ese silencio.

Jian Yi y He Tian, ambos sentados frente a frente en lo que parece ser un enfrentamiento silencioso de miradas que dura minutos hasta que uno decide romper el silencio.

―Así que... No hay comida, ¿eh?

Después de eludir el tema todo el día anterior, y toda la mañana de hecho, solo después de terminarse la última lata y tener que comer mango ahora en el desayuno, finalmente llegó el momento de afrontar la realidad.

―No más enlatados ―responde He Tian.

―¿Qué vamos a hacer?

Es una pregunta que sabe que ambos se han hecho incontables veces, pero solo ahora lo sacan a la luz. He Tian parece desinflarse en su lugar, abandonando la posición tensa en la que se había sumergido.

―Estaremos bien ―dice―. Aún hay fruta en los árboles, el mango que recolectamos está cada vez más maduro pero aún no alcanza su límite, podemos comer eso mientras tanto. Además tenemos agua potable del lago, vamos a ocupar las botellas que tenemos para traerlas aquí, entonces usaremos las ollas y la herviremos, luego la dejaremos vaciamos en otras botellas limpias, eso nos servirá para beber.

Ahora es el turno de Jian Yi de relajarse― Está bien.

―Sí, deberíamos hacer eso hoy, es más importante el agua que ver el océano.

―Dios, ¡gracias! ¡Estoy harto de ver agua!

No mencionan que de lo que están hartos es que nada aparezca en el horizonte, pero es una verdad silenciosa de la que son conscientes.

Se dividen las tareas fácilmente, armónicamente de hecho.

He Tian fue a buscar la parrilla y la olla, mientras Jian Yi comienza a sacar la madera para comenzar a avivar el fuego de la chimenea, antes de que pudiera hacerlo He Tian le habla.

―Mejor hacemos el fuego fuera, al lado del lago.

―¿Por qué? Tenemos todo aquí, hasta el agua ―comenta y apunta hacia las dos botellas rellenas que habían traído el día anterior del lago.

En vez de responder con palabras He Tian alza la olla.

―Oh, entiendo. ―Claramente tienen poca agua y la olla es grande, es mejor hervir de inmediato para más tiempo supone.

Toman entonces todo lo necesario, llevan muchas botellas, el encendedor, la olla y la parrilla, y se dirigen hacia el lago.

En un tiempo moderado llegan. Eligen una zona plana y sin plantas donde hacer el fuego, ponen piedras para sujetar la parrilla y comienzan a hacer el fuego entre los dos, finalmente arman una pequeña cocina con eso, pronto la olla está en el fuego y ellos esperan pacientemente recostados.

El agua pronto hierve, la sacan del fuego y la dejan de lado mientras se enfría.

―Sabes que no podemos sobrevivir con solo mango, ¿verdad? ―Habla Jian Yi en esa espera.

Otra persona, he incluso el mismo He Tian antes de la isla, se hubiera burlado de él, levantando una ceja y mirándolo con desdén por decir lo obvio; He Tian no.

―Sí, lo sé ―responde.

―¿Quizás hay más árboles frutales? Aún no exploramos toda la isla, quizás haya más que mango por aquí.

―De todas formas la fruta es temporal, el mango está madurando, en algún tiempo comenzará a podrirse.

―Lo sé ―dice Jian Yi, porque es consciente de eso, es un punto de vista pesimista, pero es una realidad que no pueden eludir