Estrías

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Percy estaba frente al espejo, observando su cuerpo, no especialmente su crecida barriga, más bien todo.

Estaba agrandado cada día, y con eso venían las horribles estrías.

Percy nunca había tenido esas marcas, pero las había visto en Clarisse y algunos otros del campamento, en ellos se veían bien, pero él se sentía mal por verlas decorando su cintura y barriga.

-Que linda vista-dijo Jason desde la puerta, observando a su novio sin playera.

-No digas tonterías.

-No son tonterías-se acercó a él-. Es la vista más hermosa del mundo-aseguró, dejando sus manos en su cintura.

Percy se tenso, podría sentir muy bien sus estrías.

-¿Qué sucede?

-Nada-intentó quitar sus manos de su cintura.

-¿Qué quieres esconder?-preguntó, conociéndolo muy bien.

-Nada-repitió.

En lugar de seguir preguntando, Jason agacho su cabeza, soltando a su novio para poder ver.

-Aw, ya te salieron estrías-dijo como si fuera lo más hermoso del mundo, pasando un dedo por una de ellas.

-No hagas eso-Percy se hizo para atrás.

-¿Qué?

-Odio como se ven-admitió.

-No te preocupes, amor, son más comunes de lo que crees. A mi me gustan.

-Lo dices para hacerme sentir mejor.

Jason negó con una sonrisa. Cerró la puerta del baño.

-Mira-se quito su propia playera.

-Wow, ver tu abdomen marcado seguro me hará sentir mejor-dijo con sarcasmo.

-No-se dio vuelta, mostrando las estrías de su espalda.

-¿Siempre las has tenido?-preguntó sorprendido, acercándose a tocar una.

-Ajá.

-¿Como es que nunca las vi?

-En tu defensa, no se ven en primer momento-señalando su piel extra blanca-. Además-volteo su rostro-, no soy yo el que siempre anda de espaldas, ¿o sí?

Percy se sonrojo dándole un empujón.

-Aw no te avergüences-volteo para abrazarlo por la cintura-. Esa no es una linda vista, es extremadamente sexy.

-Jason-regañó al sentirlo bajar sus manos.

-¿Qué?-se hizo el inocente-. No querías que las tocara.

-Porque en mi son horribles-dijo entre dientes.

-No es posible que haya algo horrible en ti.

Se inclinó a besarlo con fuerza. Percy aún estaba dudoso, pero aún así pasó sus brazos por su cuello.

Jason no perdió el tiempo, sin separarse del beso, alzó a su novio, dejándolo sobre el lavamanos.

-Te he extrañado-murmuró entre besos.

-Jase, no deberíamos-dijo de la misma forma Percy-. Los niños...

-Se quedaron viendo una película en la sala. Por favor, por favor, por favor-suplicó, pasando de sus labios a su cuello-. Por favor.

-Mmm alguien está ansioso-Percy hizo su cabeza de lado para darle más espacio.

-¿Tienes idea de la tortura que es verte tan radiante y hermoso y no poder tocarte?

-No lo has hecho porque no has querido-se encogió de hombros.

-No creí que querrías hacer algo así embarazado-subió sus manos por su espalda.

Un escalofrío recorrió a Percy, haciendo que cerrara los ojos.

-Aprovechemos-apretó su cabello rubio-. Estoy más sensible de lo normal.

Se besaban con fuerza. Los besos eran desprolijos y algo húmedos, pero eso no los detenía.

Jason lo levantó lo suficiente para quitarle los pantalones y la ropa interior, todo sin romper sus besos.

-Eres hermoso-murmuró Jason.

-Y yo que creí que me verías diferente-admitió Percy sin pensarlo.

Eso hizo que Jason se separará.

-Creí que ya te había dejado claro que eso nunca iba a pasar-acarició su mejilla.

-Lo sé pero...con las estrías, como crece mi panza, los cambios de humor, y...

Jason no quería escuchar más de eso. Lo besó, tranquilo y con cariño.

-Te amo. Sigues teniendo el mismo efecto en mi.

-¿Sí?-Jason asintió-. Pruébalo.

¿Qué más necesitaba escuchar?

Volvieron a devorar los labios del otro. Jason solo se separo por unos segundos para sacar la botella de lubricante.

-Tú dime cuando te sientas incómodo-pidió, levantado un poco la pierna izquierda de su novio.

Percy asintió, ansioso y expectante. Lo extrañaba tanto dentro de él.

-Mhm-Percy apretó sus labios, evitando hacer algún sonido que los delatara.

Cuando Jason estuvo por completo dentro de él, se dieron un minuto para familiarizarse nuevamente con ese adictivo sentimiento. Espero a que Percy lo dejará moverse.

-Ven aquí-lo atrajo en un beso, dándole luz verde con un pequeño movimiento de cabeza.

Gracias al beso ambos pudieron silenciar los gemidos que salieron de sus labios.

Jason dejo que pasara sus piernas por su cintura, dándole así completa facilidad para recorrer cada centímetro de su cuerpo con sus manos. Prestó especial atención en sus estrías, acariciándolas con la yema de sus dedos.

-Te amo. Me encantas-murmuraba contra sus labios, sin detener el golpe de sus caderas contra su trasero-. Eres el ser más bello de ambos mundos.

Percy ahora no se sentía tan inseguro por su falta de ropa, o por las nuevas marcas de su cuerpo, no cuando tenía a alguien que siempre estaría dispuesto a demostrarle la obra de arte que era a sus ojos.

Estaba un poco más acostumbrado a sentirse terminar contra su pecho, pero gracias a su barriga, solo mancho su parte baja.

Ambos recuperaban el aliento, aún con sus labios unidos pero sin besarse realmente.

-¿Prueba suficiente?

-Tal vez-recargaron sus frentes juntas.

-Más en la noche podría extenderme en este caso-sugirió, abrazando su cintura y espalda.

-Suena como una buena idea-igual pasó sus manos por su espalda, acariciando sus estrías.

Un golpe en la puerta los sacó de su burbuja.

-¡Papá, mamá venga a ve con nosotos!-exigió Nico.

-Ya vamos, cielo-respondió Jason-. Iré a atenderlos rápido-se separo, subiendo sus pantalones y volviendo a ponerse su playera-. Espera y vengo a limpiarte.

-Yo puedo hacerlo.

-¿Estoy hablando en latín? Yo lo hago-le lanzó un beso y salió del baño, cerrando la puerta.

Percy se quedó en su lugar, acariciando y admirando su panza y las estrías que la decoraban al igual que su cintura.

-Crece bien, bebé. Mamá puede soportarlo, más porque papá está cuidando tan bien de nosotros.

Agosto de MPREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora