Como el mar y el sonido de tu voz

I: El amor es una guerra aparte

Xiao pudo sentir como la sangre subía a sus mejillas, sus manos sudaban como locas y como no, su cuerpo estaba dando fruto ante tal sensación bochornosa que lo rodeaba. Aether causaba horrores en su ser y al parecer se le hacía divertidísimo jugar con Xiao.

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¿Estaba mal si se ilusionó por una pequeña muestra de afecto?- aún sabiendo que no era el único que recibía esos tratos -.

Para Xiao eso no estaba nada bien, estaba mal... muy mal. Más aún sabiendo que vivía encadenado y consumido por su karma, algún día eso le llegaría a hacer daño al viajero y no se lo perdonaría jamás, se odiaría por afectar a la gente que realmente lo apreciaba.  Ya había cometido ese error con Ganyu y no lo iba a repetir; a pesar de que quedaron en buenos términos y cada que podían se visitaban, las cosas no volvieron a ser lo mismo. En esos tiempos su aprecio hacia ella estaba muy por encima de un posible amor. Pero ahora... ahora no era igual, no se sentía igual a como lo hizo con ella. Aether hacía despertar sus instintos más primitivos; como si los dragartos de Morax hicieran fiesta en sus intestinos. Con Aether nada era igual.

 La primera vez que lo vio su cuerpo reaccionó drásticamente al suave olor que emanaba el viajero, era similar a la brisa del mar, junto con almendras y toques de vainilla.

Lo transportaba a un pasado no muy lejano en el cual solía recolectar caracolas a las orillas del mar, con el agua salada mojándole hasta la pantorrilla. A lo lejos podía ver al señor Zhongli sentado sobre un manto, con tofu de almendras esperando a por él, era como un buen tiempo de calidad entre padre e hijo - a veces los acompañaba la rata pelirroja de nombre Tartaglia - solía ser divertido y desestresante. Lamentablemente hace aproximadente diez meses Zhongli se había ido de viaje junto a Tartaglia.

Y ahora el olor le causaba cierta nostalgia al igual que tranquilidad; realmente reconfortante. 

⊱⊶⊷⊰