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El viernes por la noche se encontraba interesante.
Ayer me había arriesgado a aceptar la invitación de Jessi y ahora me encontraba arreglándome en su casa como si estuviéramos a punto de ir a un desfile importantísimo para el cual había que vestirse de gala.
—¿Por qué buscas tanto? —hablé levantándome de la cama para acercarme al lado del armario, donde mi fiel amiga estaba revolviendo entre su ropa como si buscara una prenda de oro—, es solo ropa, Jessi. Dame cualquier cosa y yo veo.
—No, sunnie. Tengo el conjunto perfecto para ti, ¡Pero no logro encontrarlo! —se quejó. Parecía una niña de cinco años haciendo un escándalo por un insignificante globo.
—Pero si tienes demasiada ropa de fiesta, mira, ahí hay una blusa que-
—¡Lo encontré! —me interrumpió, enderezandose para mostrarme lo que tenía entre sus manos— esto te va a quedar muy bien —me extendió sus brazos y pude notar lo que tenía.
—Oh no, es demasiado.
—Shh, no quisiste ponerte el vestido blanco y me hiciste revolver entre toda esta ropa para encontrar algo, así que ahora póntelo que se hace tarde y todavía nos falta mucho —dejó la ropa en mis manos y me llevó hasta dejarme sentada en su cama— vístete mientras yo te busco unos zapatos para que uses con eso.
Se dió la vuelta y fué hasta el otro extremo de la habitación donde sacó miles de zapatos de otro pequeño armario de quien sabe cuantas clases.
Bueno, debo decir que ya me estoy empezando a arrepentir. ¿Pero se supone que acepté esto para poder cambiar, no? Así que me callo y empiezo a desvestirme para poder cambiarme. No tengo vergüenza frente a Jessi, hemos sido amigas por unos cuantos años y no es gran cosa.
Finalmente, los zapatos que ha elegido para mí no son nada más ni nada menos que unas botas con un poco de taco negras adornadas por unas pequeñas cadenitas plateadas. Me los pongo y decido ir hasta el espejo de cuerpo completo que hay en el pasillo fuera de la habitación para ver mi outfit ya terminado.
—¡SUNNIE ESTÁS HERMOSAAAAA!
—Ah...¿No crees que es demasiado? —musité, temiendo a su posible respuesta. Lo que efectivamente fué un regaño descriptivo de mi apariencia.
—¿¡Demasiado!? ¿Crees que esto es demasiado? Mira como se te ve de lindo este corset rojo engomado sin mangas, te hace resaltar el pecho y le queda muy bien a tu color de piel, y mira que bien te calza el pantalón negro también engomado y pegado a tus piernas, hasta parece que tienes trasero, amiga.
—¡Oye! —le reprocho.
—Mentira, mentira. Si tienes, solo que con la ropa suelta que usas no se notan todos tus atributos. Mira como se te ajusta el pantalón perfectamente a tu cintura, ¡Tienes unas buenas curvas! Las botas te dan un poco más de altura y ya todo te queda perfecto, solo déjame hacerte un peinado y el maquillaje, luego ya todo listo.
No protesté. Dejé que me alisara el cabello y me hiciera trencitas en los mechones a los lados de mi cara para que así no se me cubiera el rostro por completo. Luego llegó el maquillaje. No la dejé hacer nada más que agregarme una sombra de brillitos, algo de rímel y un labial nude no tan llamativo.
—¡Mi obra de arte está lista! —exclamó Jessi, girando la silla para así verme en el gran espejo con luces de su cuarto.
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𝑺𝑬𝑹𝑬𝑵𝑫𝑰𝑷𝑰𝑨 | jeon jungkook
RomanceImagínate odiar a alguien por su actitud y tener que convivir la mayoría del tiempo con esa persona. ¿Detestable, verdad? Pues esa es mi triste historia. ¡Ven a patearle el trasero a alguien conmigo! ¡Vamos a demostrarle a ese idiota de lo que está...