[06] CAMBIO DE PODER

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Cuando Rosie se durmió, Lara tomó el monitor de bebé que tenía y salió con Daryl. Se había convertido en algo habitual para ellos salir una vez que Rosie se dormía solo para alejarse de todo por un tiempo. Se sentaban y miraban las estrellas, hablando de cualquier cosa, hasta que Rosie se despertaba o uno de ellos empezaba a quedarse dormido.

Daryl encendió un cigarrillo y la luz iluminó su rostro por una fracción de segundo. Lara tomó el cigarrillo de entre sus labios y le dio una calada. Sabía que si Rick alguna vez la sorprendía fumando tendría algo que decir, pero ella no era adicta. Le gustaba dar una calada de vez en cuando para aliviar la tensión y calmar los nervios. Había comenzado una vez que ella y Daryl se mudaron al Santuario, cuando la presión de ser líder de personas que preferirían verla muerta y la ansiedad de estar de regreso en lo que alguna vez fue su prisión se estaban volviendo demasiado difíciles de manejar.

—Oye, eso es mío —dijo Daryl, tomando el cigarrillo.

Lara sonrió mientras exhalaba el humo—. Hay que compartir.

—No —respondió Daryl—. No quedan muchos.

—¿Alguna vez fumaste marihuana? —preguntó Lara.

Daryl la miró.

—Está bien, solo preguntaba —dijo Lara—. Yo sí, fue en la universidad. Este chico, Jason, hizo una fiesta y todos nos sentamos a drogarnos. Fue genial, pero no quiero volver a hacerlo. Además, a Rick casi le agarra un ataque cuando se enteró.

—No había pensado en drogarme desde antes de todo esto —dijo Daryl—. Ya no queda mucho por ahí.

Lara escuchó pasos detrás de ella y se giró para ver a Carol acercarse. Daryl le tendió el cigarrillo y se sorprendió cuando Carol lo tiró al suelo y lo aplastó.

—Eso te mata —comentó Carol.

Se sentó y Lara la miró—. ¿Por qué no estás acostada?

—¿Y tú? —preguntó Carol, antes de suspirar—. Nosotros no dormimos. En cambio, Ezekiel duerme como un bebé. Me molesta.

—¿También ronca de forma elegante? —preguntó Daryl.

—Basta —dijo Carol en voz baja.

—Me cae bien —dijo Daryl—. Es un poco cursi, pero...

—Me alegra tener tu aprobación —dijo Carol—. Después de lo que viví con Ed, lo cursi me agrada.

—Nos alegramos por ti —dijo Daryl—. Si alguien merece ser feliz, eres tú.

—Aunque no me gusta no verte —agregó Lara.

—Lara —dijo Carol.

—¿Sí?

—Quiero hacerme cargo de este lugar por un tiempo, por ustedes dos. Y no discutan —dijo Carol.

—¿Traerás a Henry y al rey contigo? —preguntó Daryl.

—Aún no le dije —dijo Carol—. Me pidió que me casara con él.

—¿Qué? —preguntó Daryl.

—Sí —dijo Carol—. Y una parte de mí quería decir "sí" ahí mismo.

—¿Qué te lo impidió? —preguntó Lara.

—No lo sé —respondió Carol—. Quiero ayudar, tomarme mi tiempo.

—¿Quieres que nos quedemos aquí contigo? —preguntó Daryl.

—No —respondió Carol—. No soy la única que merece ser feliz.

—Sí —susurró Daryl.

Carol lo miró—. Tú también.

BLEEDING OUT | Daryl Dixon ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora