3.

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 Taemin llegó a su habitación, la cual compartía con otros tres chicos. Su corazón estaba henchido de felicidad; había besado a Minho en la mejilla.

"¡AHHH! Estoy loco, pero valió la pena. Seguramente mañana ya ni siquiera se va a acordar de mi nombre."

Sentía un cosquilleo ligero en los labios. "Si existe el amor, seguro que debe sentirse así. Minho es tan guapo."

—¿Taem, qué te pasa? Estás rojo, parece que tienes fiebre —preguntó uno de sus compañeros.

—No es nada, entré corriendo, por eso me sofoco.

Para Taemin, a partir de ese día, nada sería igual. Había descubierto que el amor a primera vista sí existía, y él había sido víctima de ello. Ni siquiera fue al comedor a merendar; Kai le trajo una rebanada de pastel con chispas de chocolate, su favorito. Lo guardó en su mochila, no tenía apetito. Toda la noche soñó con Minho: sus grandes ojos, sus labios, el color de su piel, y lo guapo que era. Ese Choi no tenía nada que ver con su padre o su hermano; eran totalmente diferentes, tan opuestos como el día y la noche.

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Pasaron dos días antes de que Taemin volviera a tener noticias de Minho.

La Hermana Yori lo fue a buscar a la cocina.

—Taem, el señor Choi está en la sala de visitas. Será mejor que vayas, trae muchas bolsas.

Su corazón dio un salto de emoción; Minho no se había olvidado de él. Corrió tan rápido como pudo, y cuando lo vio ahí, parado entre tantas bolsas y cajas, además de dos personas que no conocía, intentó detenerse, pero no pudo. Se impulsó hacia él y lo abrazó efusivamente, casi tirándolo.

—¡Heyyy, Taem! Nos vamos a caer —dijo Minho, sonriendo.

Taemin se avergonzó.

—Lo siento, Minho, es solo que pensé que ya no te volvería a ver. Y cuando me avisaron que estabas aquí, me dio tanto gusto que no olvidaras nuestra nueva amistad.

—Nunca, mi niño. Nunca podría olvidarte. No pude venir ayer a darte tu paga porque mi padre organizó una cena para nuestros clientes, y no podía faltar.

"Mi niño, me dijo, mi niño. Dios, voy a morir." ¿Tú ibas a venir a pagarme? Pensé que habías dicho que mandarías a un empleado.

—¿Hago mal, mi niño? Si te hago sentir incómodo, me voy y...

—¡Nooo! No me malinterpretes, es solo que es raro, de verdad, que alguien como tú quiera ser amigo de un ex-callejero.

—¿Alguien como yo? No te entiendo, Taem.

—Eres una persona inteligente, profesionista, tienes un apellido importante. En cambio, yo soy un chico que vivió en la calle hasta hace un par de años, buscando sobrevivir, sorteando las drogas y haciendo lo imposible para no robar. ¿Qué beneficio puedo darte, Minho? Ninguno.

—Taem, podemos ir al jardín a hablar. Necesito explicarte algunas cosas sobre mí.

—Sí, vamos.

Antes de salir, Minho pidió a sus empleados que entregaran todo a la Madre Corazón y que se retiraran.

Llegaron hasta la sombra de un gran árbol, el cual les sirvió de respaldo.

—Taem, voy a contarte un secreto, y como amigo, te voy a pedir que lo guardes como lo más sagrado que tengas. ¿Puedo confiar en ti?

Taemin asintió y tomó la mano de Minho, llevándola a su corazón.

—Minho, te lo prometo con mi corazón como testigo.

O TÚ O NADA. (2MIN)🔞🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora