Ambos chicos se encontraban paseando por la ciudad de Inazuma, la cual había crecido bastante a lo largo de los años. Había cada vez más tiendas y más personas transitando las calles, ya sean residentes de Inazuma o visitantes de otras regiones. Itto tenía planeado todo un panorama para ese día juntos, se le veía realmente feliz. Gorou solo le seguía la corriente la mayoría de veces, las otras veces le salía natural el seguirle el juego al más grande. Tomaron desayuno en la Casa del Té Komore, donde se toparon con Thoma. Este se encontraba ayudando en el recinto, hace poco había empezado a trabajar en sus horas libres en la Casa del Té, una forma de despejar su mente.
-Buenos días Gorou -Saluda alegremente Thoma al canino- E Itto -Sigue algo confundido, no se esperaba que aparecieran ambos al mismo tiempo- ¿Una cita? -Dice con voz juguetona-
-Bueno... eh... -Gorou se estaba poniendo algo nervioso, no esperaba encontrarse con Thoma tan temprano en la Casa de Té-
-Gracias por venir, Thoma -Dice Itto chocando los cinco con el rubio- ¿No hay nadie más?
-Tal y como pediste -Thoma se apoya en la barra- Reservó todo para que no haya nadie más, por que sabía que quizás te molestaría -Le dice a Gorou- Consejo de mi señor, más bien.
-¡No digas eso! Me dejas mal parado
-Al contrario -Habla por fin Gorou- Gracias, Itto, es muy lindo de tu parte -Sonrie y mira al recién nombrado, pero al ver cómo su rostro se iluminaba, miró hacia abajo con la cara hirviendo- B-bueno, ¿donde nos sentamos? -Le pregunta a Thoma, el cual los estaba mirando con una sonrisa juguetona-
-Donde quieran -Se encoge de hombros- Son los únicos clientes, me avisan cuando quieran ordenar algo.
-Gracias Thoma -El oni le hace un "ok" con la mano- ¡Vamos! -Le toma la mano a Gorou y camina hacía alguna mesa que se vea cómoda-
Gorou no podía creer lo que acababa de pasar. Primero, Thoma era parte de este plan, e incluso Kamisato Ayato. Segundo, Itto genuinamente creía que él estaría incómodo con que la gente los vea juntos. Se sintió algo más respecto a eso, le demostró a Itto que no quería ser visto junto a él, que estaría avergonzado de ello. Negó levemente con su cabeza, como si eso quitara esos pensamientos de su cabeza. Ambos desayunaron algo liviano, como recomendación de Itto, ya que, en la siguiente actividad, necesitaban no tener el estómago lleno. Eso preocupó un poco a Gorou, ¿qué clase de locura harían para necesitar el estómago vacío?
Cuando terminaron con su desayuno, le pagaron a Thoma. Mejor dicho, Itto le pagó a Thoma. Gorou insistía en pagar lo suyo, pero el de cabellos blancos se negó rotundamente.
-Yo te invité, yo pagaré -Decía cada que el castaño ofrecía de su mora-
Se despidieron de su amigo y caminaron juntos fuera del restaurante. Caminaron por la Ciudad de Inazuma, viendo de pasada lo que se vendía en la gran cantidad de tiendas del lugar. Itto aprovecho de comprar un par de golosinas, bastantes la verdad, de las cuales la mayoría fueron escogidas por el más bajo. Cuando ya habían pasado bastante tiempo en la ciudad, mirando todas las tiendas donde podrían haber golosinas y otras cosas, se retiraron de la ciudad. Se alejaron lentamente de la multitud, cada paso dado, era menos gente a su alrededor, hasta que volvieron a quedar ellos dos. Solos. Se dirigieron a la Isla Yashori, donde se encuentra la actual residencia de Itto y su pandilla. La Banda Arataki vive junto a una señora mayor y sus nietos, en una pequeña aldea del lugar. Es una zona preciosa, cerca de la estatua de la Raiden Shogun y montón de preciosa naturaleza alrededor. Cuando llegaron, todos saludaron de manera muy cariñosa y con completa confianza a Gorou, como si lo conocieran de antes. Claro que lo hacían, si Itto hablaba horas sobre él, solo les faltaba verlo en persona. Gorou saludo a todos uno por uno, y se presentó de manera general ante todos.
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𝕄𝕠𝕟𝕠𝕘𝕖𝕠 │ Ittorou (Itto x Gorou)
FanficLa guerra ya a terminado, el Decreto de Captura de Visiones ya ha sido derrocada. Inazuma por fin es una Región tranquila, normal. Por fin todos los guerreros y guerreras podían descansar y disfrutar de sus vidas, sin dejar de recordar y agradecer a...