Eudaimonia | nonograma

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El reloj dió las 9 y como un pequeño salto en el tiempo todo había pasado tan rápido. Jaemin tomó sus cosas y finalmente antes de cerrar la cafetería, observó un pequeño objeto clavado en el sillón donde hace un momento había estado hablando con el chico del pastel.
Regresó lentamente y lo tomó en sus manos.

– Le he dicho a Taeil que ya cambiemos este sillón, se traga todo.

Dijo mirando aquella cartera de cuero, la cual, no contenía dinero si no más de 20 tarjetas y tickets con compras de café y energizantes. <<Dios mío, si sigue así le dará un ataque o algo>> dijo mientras sacaba la credencial que contenía la foto del chico.

– Jeno Lee... Es del 2000. Somos del mismo año y parece más realizado que medio Corea. – Dijo antes de notar como una tarjeta de presentación se resbalaba del contenido de la cartera y caía al suelo. – ¿Y esto? ¿Es de su trabajo? – Miró cuidadosamente – DIAD company... Jeno Lee... ¡CEO! – gritó asombrado para después asegurarse de que nadie lo hubiera mirado armar tal drama – Un, un... ¿El es CEO? Juro que repitió varias veces que era programador.

Al llegar a su casa una luz chillona lo molestó como bienvenida.

– Buenas noches joven Jaemin Na – Habló felizmente la IA de la mesa de estar.

Cómo era de esperarse el castaño había tardado poco para darse cuenta de que aquel chico de la cafetería era el mismo que aquella figura holográfica que lo saludaba contento.

– Nono...

– Si, dime.

– ¿De casualidad el nombre de tu creador es Jeno Lee? – La pequeña figura asintió únicamente. – ¿El te creó a base de su aspecto cierto?

– Al principio no iba a ser lanzado al mercado, juro que se arrepiente.

– El día de hoy fue a mi cafetería – Dijo sentándose frente a su escritorio. – El no se parece para nada a ti – lo miró. – Y dejó esto – Le enseñó su cartera – ha bebido mucha cafeína en poco tiempo, debería de ir al doctor antes de que le dé algo.

– ¿El lo visitó?

– ¿Cómo puedes deducir que fue a verme? Únicamente necesitaba más droga pero terminó tomando leche con chocolate.

– Gracias por cuidar de el, joven Na.

Por un momento Jaemin solo miró atentamente a Nono intentando descifrar los gestos en su rostro, había decidido simplemente descartar alguna forma de que aquella cosa electrónica fuera capaz de mandar toda su información al anterior chico para una situación en especial, pero parecía que tanto el como Nono no sabían exactamente lo que estaba sucediendo.

<<Una simple coincidencia más>>

Repitió para si mismo. Pues Jaemin no era capaz de creer en esas cosas del destino y las almas gemelas, no imaginaba a nadie llegando a su vida para intentar salvarlo de cualquier cosa o siendo su persona destinada. ¿Cuánta gente más supuestamente llegaría a su vida para cambiarla o darle una lección? Estaba cansado de eso y solo quería pensar en las personas como un pequeño personaje de ambiente para su historia.

Los días seguían transcurriendo y a pesar de que Jaemin imaginó que Jeno aparecería nuevamente en la cafetería para reclamar su cartera, no lo hizo.

– Últimamente has estado muy pensativo Nana ¿Alguien...

– No Taeil estoy bien. – dijo apresurado intentando tener todo listo para la siguiente mesa.

– De un tiempo para acá hay mucha gente viniendo, será mejor que contrate a alguien rápido. ¡Ey! Deberías de decirle al chico obsesionado con Curry que venga a ayudar.

– Chenle Jefe, Chenle... Está muy ocupado haciendo música, no podrá venir. – terminó derramando un poco de agua. – Ay no, ya... – Continuo.

– Jaeminieeeeeee – Gritó el canadiense más molesto que Jaemin había conocido en su vida.

– Marcos – habló desanimado viendo cómo aquel chico entraba gritando vestido de "Soy el mejor rapero del mundo bitch" junto a su novio actual corista de Adele.

– Mark Jaemin, Mark...

– ¿viniste a tomar un café? Itaewon queda más lejos de aquí ya deberías saberlo.

– Tsch – Taeil le gritó en advertencia.

A pesar de que Jaemin aventaba un ambiente meramente incómodo ambos sabían lo que había entre ellos. Las risas de burla entre los dos inmediatamente se hicieron notar. Habían sido buenos amigos inclusive después de que Mark regresará a U.S.A para continuar con su carrera de artista y tal parecía que lo seguirían siendo el resto de su vida pues aún lograban diferenciarse del resto.

Después de una tarde de pequeñas charlas y una muy cansada jornada de trabajo, regresó a casa y tomó su teléfono para mirar la dirección de la gran empresa.

– Solo iré y la dejaré – Aquel chico aún no salía de su cabeza – quizás no sea tan importante.

Por otro lado Jeno solo miraba por la ventana de su gran oficina mientras tomaba un milk sky que su secretaria se encargaba de conseguir para el todos los días. En su computador, solo podían verse imágenes de acciones incrementando, parecía tan orgulloso de haber logrado que cada ves que algún usuario preguntara por alguna cafetería o pidiera sugerencias Nono recomendara en la que Jaemin trabaja.

Jeno y Jaemin no estaban enamorados, simplemente se mantenían despiertos uno al otro en su cabeza, día y noche se pensaban y eso era suficiente para saber que aún hay mucho que sentir.

– Joven Lee – Tocó la puerta su secretaria para entrar y como todos los días dejar su café en el escritorio. – Hace un momento vino un chico y dejó esto – extendió la cartera para el – dijo que la había olvidado en la cafetería.

Impresionado Jeno se levantó de su asiento y tomó la cartera sin revisar su contenido.

– ¿Cuánto tiene qué lo vió?

– A penas hace unos 3 minutos – soltó solo poco antes de que Jeno saliera corriendo de la oficina en dirección a el joven de los bonitos ojos.

A penas a unas calles notó que probablemente era inútil continuar corriendo. ¿Cuáles eran las probabilidades de que aquella mañana Jaemin fuera caminando desde DIAD hasta su trabajo? Habían miles de sitios a los cuales podía haber ido, así que con la respiración agitada simplemente se sentó en una banca cercana y agitó su cabello un poco sudoroso.

– Sabía que te vería otra vez... – una dulce voz sonó a sus espaldas.