— Didi... Didi. Tienes que ponerles tus patas. Pero no tanto... si no las aplastaras. ¿Entiendes?
El gatito gruñó. — No me llamo Didi. Me llamo Yibo...
Haikuan evitó burlarse. — Bien... Señor don gato. No me mate por favor.
— Jum. — Volvió su cola alejándose orgulloso con la cabeza en alto y su mirada afilada.
— Bien.. Yibo. Inténtalo.
— Mn. — Haikuan le dio otra demostración. El menor siempre pensó que era tan cool. Quería ser como el.
Entonces fue sigiloso caminando despacio y en cuanto vio saltó en un solo punto. Intentó ser feroz mientras casaba el animal.
El gatito terminó saltando en el mismo punto y no pudo alcanzar la lagartija. — Ah...
Haikuan sonrió. No se veía feroz para nada.
— Kuan- Ge! Enséñame! No te rías.
— Bien intentemos de nuevo.
— Yibo para adentro.
— Pero...
Bastó un gruñido de su mamá gata para dejar de renegar. No quería ser cargado de su cuello... El era un gato... No un gatito bebé.
— Tu déjalo de sonsacar.
Cuando Yibo no estaba afuera le gustaba jugar con su mamá. Le mordía el cuello y las patas de manera juguetona hasta que le daba sueño.
***
El carro de Zhan, el que le habían dado sus padres. Le servía para transportarse, pero el día anterior se dañó y su novia por primera vez en mucho tiempo no lo acompaño al colegio aunque el pelinegro insistió mucho en que podrían caminar juntos. A ella le quedaba a veinte minutos la universidad.
Enojado, tomó el camino de siempre y fue cuando vio el camión gubernamental que acababa con el exceso de animales callejeros. Levantó sus hombros restandole importancia... ese día el pequeño gatito había perseguido una lagartija y no se había dado cuenta que se había distanciado bastante de la casa.
El animalito se veía un poco más grande. Aún no maduro del todo y recordó el camión gubernamental, Zhan sabía que si le llegaban a ver lo más probable era que lo tomarán y lo llevaran para asesinarlo.
— Oye pequeño idiota. — Yibo miró al humano enfurecido por llamarlo de esa manera y quiso saltar encima sin embargo sus movimientos aún eran imprecisos. Sobretodo si Zhan estaba cerca era bastante inconveniente para ver.
Zhan soltó una carcajada y lo levantó de la parte de su lomo. Estirando su piel... — Que revesero eres. Debería dejarte aquí! Para que te lleven. — El animal ajustó sus patas y trató de alcanzar la cara de Zhan... El sonido "feroz" le hizo sonar otra carcajada.
Soltó un suspiro el alfa. — Te guste o no. Te voy a llevar. Después veré si tienes un chip. Aunque siendo tan agresivo, debes ser callejero.
— Bajame! Esclavo! Te lo ordenó. Tengo que ir con mi mamá. — De nuevo intento levantar sus patitas en contra del pelinegro en vano.
Zhan estuvo a punto de soltarlo.
— Pff. Da igual.El aroma a vainilla sutil, hizo que involuntariamente. En vez de liberar al gatito apretara el agarre de su cuello.
— ¿Pero...Como?
Cuando Zhan se percató. Estaba metiendo la llave a su casa con él gato en la mano.
— Ay no. Animales no. — Dijo su padre.
— Es temporal. Al tonto lo iban a matar los de control.
— ¿Y entonces lo viniste a torturar tu que hasta aveces olvidas que debes comer?
— Oye...Esclavo! Mas te vale que me des comida.
Yibo miró alrededor... ¿No había más animales? ¿Tenía su propio grupo de esclavos para el solo?