AÑO 1740: DAEGU, COREA DEL SUR.
Una joven hermosa, cabello negro, labios con un cierto color rojizo, y unos ojos color miel que la hacían ver aún más hermosa. Mientras caminaba hasta la sala donde se encontraban sus padres; Los reyes. Se encontró a su linda mascota, un gato color gris oscuro y ojos verdes como la piedra esmeralda.
—Lucca, ¿donde te habías metido?
Hye, hablo como si este le hubiera a responder, al cargarlo lo coloco en su pecho y siguió su camino hasta la sala con su gato en brazos. Los guardias al ver a la princesa cerca hicieron un reverencia ante ella, Hye solo sonrió.
Aunque les decía que no era necesario hacer esto ellos se negaban a obedecer, solo le quedó aceptar no le harían caso. Al ingresar vio a sus padres sentados en la mesa, seguro esperando por ella.
—Lo siento, acabo de despertar.
Comento no sin antes hacer un reverencia ante sus padres en forma de disculpa. Su prima Hanna la veía desde la mesa mientras sonreía. Hye aguantaba la risa ya que recordó lo que había sucedido la noche anterior.
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—¿Deberíamos tomar algo de alcohol?
—No Hanna, si papá se da cuenta de que le falta una de sus preciadas botellas de licor nos mata. -Comento riendo.
—Ahora que lo pienso tienes razón, mi tío nos castigará si se entera.
Desde la cena ambas nos fuimos a mi habitación, a decir verdad esto no lo hacíamos mucho, hanna tenía muchas responsabilidades como princesa y sobrina del Rey, en algunas ocasiones viajaba y no nos veíamos por mucho tiempo. Realmente extrañabamos estos momentos de primas y muchas cosas más.
—¿me contarás que paso con el hijo del Duque?
—Hanna.
—¿Que? Hye hace mucho no me hablas de el ¿como va su relación?
—Terminamos.
—¿Que? ¿Porque? Tu lo quieres.
—y no lo niego, pero el no me quiere Hanna, Taehyung nunca quiso una relación formal conmigo.