Capítulo 72

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COMENTARIO ESTRELLA (13/07/2022): Ana_gxpz Por un momento de tu vida Lúa, permítete ser feliz.
Zherazade16 JAJAJAJAJAJA es la primera vez que leo y dices algo sin insultar a las lectoras.

Capítulo 72| No.

Ashton Carter fue el primero. Fue el primer beso en el que me sentí como si tocara el cielo, y fueron sus caricias las únicas que me aceleraron el corazón así. Fue el primero en mirarme a los ojos y hacerme sentir irremplazable. Me hizo querer ser yo, de pies a cabezas. Y luego, me hizo desear no serlo para poder disfrutar de lo que me daba. 

Fue el primero en confesarme que estaba enamorado de mí. Quizás también el primero en enamorarse de mí. Y escucharlo declarar todo aquello, me hizo arrepentir de lo que acababa de decirle, de pedir ese maldito tiempo.

Sin apartar mis ojos de los suyos, húmedos y plagados de emociones, me mordí el labio intentando encontrar las palabras. 

—Te llevaré a tu casa—habló antes de dejarme decir algo y cruzó por mi lado comenzando a caminar.

Tardé un par de segundos en ponerme en marcha y di grandes zancadas hasta posicionarme a su lado. Por su manera de caminar, la tensión en su cuerpo y la forma descarada en la que evitaba mirarme con su expresión cargada de frialdad, supe que debía actuar con velocidad.

—No hemos terminado —me aclaré la garganta —. Sobre todo lo que dijiste...

—No quiero escucharte —articuló, serio, interrumpiéndome.

—Ya, pero...

Volteó su cuerpo y nos hizo detener. Su respiración agitada y el grado de irritación que manejaba era intimidante. Más allá de eso, parecía asustado. 

—Solo súbete al auto, deja que te lleve a tú casa y mantén la boca cerrada todo el camino. 

Entreabrí los labios sin creerme lo que estaba escuchando. 

—Tengo derecho a decir lo que me venga en ganas—escupí, molesta.

—Y yo de no escucharte.

—Estas siendo un niño.

—Mira quien habla. 

En ese momento tomar aire y darme dos segundos para calmarme fueron esenciales para no mandarlo al demonio. Antes odiaba que no discutiera, odiaba cuando yo quería pelear y él no; pero en en aquella situación, más que odiar que no quisiera discutir, me estaba llenando de rabia el hecho de que soltara todo lo que quería y luego pretendiera que yo no dijera nada. 

¿Cómo podía sentir revolotear mi corazón por su confesión y que al mismo tiempo me ardiera la sangre de rabia contra él?

—No sabes lo que diré. 

Rió, burlesco.

—Estoy seguro de que no me interesa escucharlo. 

Di un paso en su dirección, ya impaciente. 

—Ashton, quiero hablar sobre todo lo que me acabas de decir...

—Olvídalo—volvió a cortarme.

Bufé.

—Pues que te den, imbécil. Pero voy a decir lo que quiero y lo vas a escuchar aunque...

El sonido de su móvil nos interrumpió. Ashton no solía prestarle atención cuando estábamos juntos, pero encontró la excusa perfecta para dejarme con la palabra en la boca y lo tomó de su bolsillo sin apartar sus ojos de los míos. Cuando los fijó en la pantalla, frunció el ceño y respondió.

La consejera sexual de Ashton| EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora