Lamento de verdad algunos de mis comportamientos.
Intentar buscar algún pretexto, por más bello y honesto que sea, no sería realmente ser responsable y tomar parte de la culpa que en mi recae.
Ciertamente esa culpa es el único consuelo que me quedo, después de desgarrarme el corazón, pensar tener un pedazo de carne que no siente nada más que unas insaciables ganas de ser olvidado no suponía ninguna lógica para mi.
No hay de que preocuparse, mi corazón y yo hace mucho nos separamos, jamás logre entenderlo ni el a mi aunque entendí que sin su presencia me sentía vacía, volviéndome solo un viejo costal de carne y huesos que respiraba, comía, estudiaba, hablaba de vez en cuando. Aveces el sonido que salía de mi boca, se sentía como un veneno mortal, palabras que se volvieron pequeñas agujas que apuñalaban, sabiendo exactamente donde dar en los puntos más vulnerables, como si algún día hubiese estudiado acupuntura, con la única intención de hacer daño, como dije en un inicio, la verdadera culpable es la persona que realizó este escrito.
No quiero que me perdones, yo aún no soy capaz de hacerlo, solo quiero que tengas en mente que en serio lo siento. Júzgame todo lo que quieras. Ódiame, se completamente que me lo merezco.
No tienes porque sentirte mal por una ser que solo se dedica a llorar. Honestamente no valgo tus palabras, menos que pienses en mi existencia. Aparenta que estoy muerta si eso es lo que deseas, entiérrame de igual manera no hay corazón en mi que siga latiendo.
Si te sirve de consuelo, no me siento como una buena persona, se muy bien la clase de basura que es está mediocre escritora.
Se también que a estas alturas las palabras ya no valen para nada, menos las mías que daño es lo único que hacían pero, en verdad, no sabes cuánto lo lamento.-IWD (una mediocre)